Capítulo 3
—Menos, Lena. Eso es cosa de niños —dice.
— Escucha, para cuando te des cuenta ya será demasiado tarde — Empiezo a salir y me encuentro cara a cara con la puta rubia.
— Entonces me despido por un momento y aprovechas para decirle cosas malas de mí a mi novio. ¡Qué feo, Ely! Quemando mi película para mi novio—dice.
—¡Lena, vámonos de aquí! —Mari, intenta sacarme del lío.
—No necesito quemar tu película, ya está quemada. Ha pasado un tiempo desde que tu reputación en la secundaria hizo esto, lonchera escolar— Sonrío con satisfacción.
—Todo este nerviosismo es porque estoy con Pedro— digo riendo, miro a Pedro— ¿Sabías, Pê, que está enamorada de ti desde siempre?— Trago fuerte, mi corazón se acelera.
—Todo el mundo lo sabe, menos tú.—Se ríe.
Todos me miran. Me siento como un idiota en ese momento, bajo la cabeza y las lágrimas vienen conmigo.
—Dice que es mentira—Me quedo en silencio, avergonzada.
—Todos saben de este tonto enamoramiento infantil, pero nadie te lo dijo porque saben que no sientes nada por ella. Ahora estás conmigo y ella está así, nerviosa.
— Suzy, bebiste y hablas demasiado. Será mejor que te vayas — dijo Lipe
—¡No lo soy! Ella es la que debería irse, esta tonta enamorada. Pero Pê es mía, sólo mía. Levanto la vista, ella está en sus brazos.
—Creo que será mejor que te vayas. Lena no se iba — dice Pedro sujetándola de la cintura. Ella se burla, sonríe y le besa la cara.
Mi corazón se parte por la mitad. ¿Cómo podría gustarme un idiota así? Las lágrimas caen todo el tiempo y se secan rápidamente para que nadie se dé cuenta.
—Por supuesto — solo respondo, saliendo.
—Lena, voy contigo — dice Mari detrás de mí. Negociar.
—Mari, necesito estar sola, lo siento —asiente.
Salgo del bar. Las lágrimas, antes negadas, ahora mojan mi rostro. Me siento como en la infancia, cuando ella me hizo lo mismo, humillándome delante de todos. Pero hoy fue peor. Sólo soy un tonto, ella siempre me hará esto.
Camino por la playa, lloro. Tengo gente a mi alrededor, pero me siento solo. Amo a la familia, pero me siento solo. Estoy agotado, siempre trato de ser mejor, pero no es suficiente. Necesito cambiar, no sólo mi actitud, sino también mi vida, y ya sé cómo.
Camino hacia mi casa, que no está lejos. Entro, subo a mi habitación, me ducho, me siento en la cama y vuelvo a recordar. Lloro de nuevo.
—Lena– Escucho a papá tocar la puerta.
Lo autorizo, entra. Él ve mi llanto y pronto llega mamá también. Ambos conocen mis sentimientos por Pedro, saben todo sobre mi vida.
–Fue horrible – digo llorando, abrazándolos.
—Ay, mi amor, lo siento mucho — dice mamá, tocando mi cabello.
—Siempre dije que no es para ti —dice papá.
—Tomé una decisión —digo limpiándome la cara.
—Me voy a vivir con mi tía Eva—
Mi tía vive en Estados Unidos, en Denver, la capital de Colorado, un lugar hermoso. Ella es soltera, tiene años y es la única hermana de mi padre. Siempre salgo de vacaciones a verla, suelo quedarme en un lugar hermoso durante un mes.
—Hija, ¿estás segura de esto? ¿No crees que es prematuro? ¿No te estás adelantando? "Mamá dice, yo lo niego".
—Necesito vivir, cambiar, quiero tener nuevas experiencias, conocer gente nueva –los abrazo.
–Así con la loca de Eva —dice papá negando una sonrisa
–Tu hermana es dulce, ya basta—Mamá dice que ama a mi tía.
–Llamo todos los días y vengo de vacaciones. Solo quiero algo de tiempo para vivir mi vida lejos de aquí. Me emociono nuevamente y ambos me abrazan.
–Te amo– digo llorando.
—Te voy a extrañar, pequeña”, dice emocionado papá. Amo a mis padres.
Decidí viajar pronto. Fueron necesarios tres días para organizar el viaje. Sólo Mari sabía del viaje. Pedro llamó al día siguiente, no respondí. Me envió un mensaje, no respondí. Él hizo su elección y yo hice la mía. Tendré una nueva vida.