Lucia. La invitación
Me llamó, consiguió mi número. Estoy en shock que se me va a salir el pecho, aún no lo creo, es un tonto.
A ver Lucia tómalo con calma, recuerda que es un mujeriego, un guapo mujeriego, pero tú no puedes caer, vas a salir lastimada; hombres como esos no toman a las mujeres en serio, además tiene a su flaca descerebrada y sabrá dios cuantas.
-¿Quién era? - me pregunta mi madre al sentarse, nos gusta ver televisión juntas, es nuestro momento.
- Nadie importante, vamos a ver la novela que va a empezar.
-Para no ser nadie importante tienes una cara de tonta.
-¡Mamá!, las cosas que dices.
- Mi niña, si tienes un pretendiente, ¿qué tiene de malo? Ya era hora, me tenías preocupada.
- ¿Pero por qué todo el mundo está interesado en mi vida privada?, ¿si no quiero novio cuál es el problema?.
- El problema es que te queremos ver feliz.
- Soy feliz, estoy tranquila, hago lo que quiero, uno no necesita de un hombre para ser feliz.
-Pero las mujeres necesitamos cosas que solo ellos nos pueden dar y eso no lo puedes evitar.
- No voy a hablar de sexo contigo, mamá.
-¿Por qué no? ¿Cómo crees que viniste tú al mundo? ¿Qué una abeja vino y te puso en el vientre o la cigüeña te dejo en la puerta? No mi vida, tu papá era un toro y…
-¡Ay mamá, cállate!, no quiero saber de la vida sexual de mis padres, ¿no te han dicho que todo el mundo tiene vida sexual menos los padres de uno?.
-Si hija pero...
-Silencio, no te quiero escuchar, es más, me voy a dormir, nos vemos mañana.
-Ay, no seas así, Lucia aún es temprano.
-Adiós mamá.
Lo que me faltaba un loco acosándome, yo tratando de no caer como boba y ahora vine mi madre hablarme de su vida sexual con mi papá, no te digo yo, como si en mi condición yo pudiera darme ese lujo.
El día siguiente volví a despertarme cubierta de sudor, estaba excitada estos sueños con Gabriel, ya se estaban volviendo muy seguidos, ¿es que quien no se obsesiona con esos ojos, esa voz, ese cuerpo, esas mano, esos labios?.
Ay dame fuerza porque voy a caer con este hombre y no quiero darle el gusto. Así me di un buen baño de agua fría, me fui al trabajo a empezar mi rutina diaria.
Cuando llegue me encontré a Carlos, muchos mejor ya no estaba con oxígeno decidieron retirarlo, anoche a ver si toleraba.
Me acerqué a David y le empecé el ritual, hablarle todo lo que se podía mientras que lo examinaba. De repente lo veo con sus ojitos café abierto.
-Hola bebe, que gusto que estés despierto, soy Lucia, nos tenías muy preocupado y tus papás se van a poner muy felices.
-Mami...
-Si mi amor mami va a estar muy feliz, ha extrañado tus travesuras.
-Se despertó el bello durmiente Carlos.
-¿A ver, señorita, quien le dijo que se podía levantar de su cama?
-Pero se despertó, hola, yo soy princesa Mili, él es Carlos y ella es la princesa doctora que te cuido, oye dormiste mucho, ¿en qué soñaba?.
-Mili, ahora no puede hablar, hay que dejarlo tranquilo para que descanse.
-¿Más?.
-Mili a la cama.
-Está bien.
Al rato pasamos la revista con la doctora Geller, que hoy si tenía su genio peculiar de ogro, pero le agrado que sentí allá despertado, dio las nuevas indicaciones, dio diez gritos y se fue.
-Creo que el encanto se le pasó. Volvió el ogro - Dijo Sandra, Mario la siguió, era otro de mis compañeros que estaba con nosotras.
-Hoy no le dieron lo suyo, por eso vino echando chispa.
-Bueno, pero pudo ser peor, yo estoy feliz, David despertó y según lo que dijo el neurólogo va a estar bien, solo espero decirle a sus padres.
Ellos llegaron en la tarde y se pusieron felices por la noticia.
-¿De verdad doctora está bien, despertó mi bebe?
-Si señora, apenas esta mañana y solamente pregunta por usted, así que puede pasar a verlo. No lo atosiguen mucho porque necesita descansar.
-Han pasado dos días, David ya está más activo a Mili, la vamos a dar de alta, está recuperada y ya tiene al pobre Carlos y David aturdidos, amo a estos niños.
-Princesa, el príncipe guapo no ha venido más, ¿está enojado con nosotros?.
- No mi muñeca, pero es un hombre muy ocupado, así que debe estar haciendo cosas de grande, por eso no ha venido.
- Pero ya me voy a ir y no lo voy a despedir.
-Ya pequeña, ya vendrá.
La verdad es que yo tampoco sabía nada de Gabriel desde que llamo, eso me tenía un poco triste más por los niños, pero es mejor después de todo para que hacerse ilusiones por bobadas.
-¡Príncipe!.-Escucho a Mili gritar y correr hacia la puerta y ahí estaba mi guapo hombre de ojos claros con su perfecto traje negro, ¿por qué tiene que estar tan bueno?.
- Pensé que no ibas a venir a verme, ya me voy a mi casa.
- Hola princesita como se te ocurre que te iba a dejar ir sin despedirme, solo tuve que pasar por algo primero.- cuando saca de su espalda una caja - Toma es para ti.
-¿En serio? Mida princesa lo que me trajo el príncipe.
- Ya vi mi muñeca, ve abrirla que tus papás ya van a subir.- luego se acerca a la cama de Carlos y le entrega otra caja.
-No lo creo, es un videojuego, mire doctora bonita.
-Eso es para que lo disfruten por portarse bien, ¿cómo han estado? - les pregunta Gabriel con esa voz que extrañaba escuchar.
- Bien, yo también me voy pero mañana.
-Qué bien- en eso se acerca a mi escritorio, ay Dios ya me sudan las manos, vamos Lucia, segura un sujeto más, calma.
- Doctora, ¿cómo está usted?.
- Señor, muy bien gracias, ¿y usted?.
-Bien, aunque ahora estoy mucho mejor. - Esa sonrisa tan matadora, desvíe mi mirada.
-Me alegra, tenía a Mili triste, pensó que no la iba a despedir.
- No, eso jamás sé que hoy se iba - Que lindo, lo recordaba.
-Bueno, pero déjeme decirle que está en un dilema porque tengo tres niños y solo trajo dos regalos.
-Si, pero David no creo que se vaya a molestar por eso.
-No estoy segura de eso - él me mira de forma interrogante. Le hago una seña para que volteara y se asombra cuando ve en la cama de Carlos a David enseñándole como jugar.
-¿Ese es?...
- David, despertó hace dos días según las pruebas, todo va bien, se le realizó un eco cerebral y la hemorragia disminuyó, la familia está muy feliz.
-No lo puedo creer.
- Si ven... - Nos acercamos a la cama de los niños - David mira, te presento al señor Gabriel, el vino a verte varias veces, pero tú estabas dormido.
-Hola David, que gusto verte despierto, si lo hubiera sabido te traigo uno, pero para la próxima - dijo Gabriel.
David le respondió otras cosas, pero apenas se les entendía, no se le podía pedir mucho a un niño de tres años.
-Es increíble, aunque apenas entendí, es bueno verlo así.
-Si sigue así la semana que viene ya lo dan de alta.
-Tú no vas a estar porque estás de vacaciones - también recuerda eso, ¿así como me resisto?.
-Si así es, pero queda marcos y él me tendrá al tanto.
-¿Marcos?. Me parece bien.
-Señor Ziegermman, que gusto tenerlo aquí - Isabel, cada vez que lo ve se queda embobada.
-Vine a ver a los niños, ¿y usted, cómo está?.
-Bien, toma Lucia, es la placa de Carlos.
-Bueno Carlos, según la placa estás listo para irte a casa. Así que voy a dejarte ir.
-Me voy a quedar solito.- dice David, me parte el corazón.
-No, mi pequeño porque van a venir otros niños y las doctoras van a estar contigo.
En eso entró Sandra se puso hablar con Gabriel, yo los dejes solo, salí ya debía irme, el alta de Carlos le tocaba a Marcos debido a que era su paciente; y mientras más lejos este de Gabriel mucho mejor.
Cuando iba saliendo escucho una voz, esa voz que perturba mis sueños al susurrarme al oído.
-¿Se va y no se despide?.
-¿Ve que si me está acosando?.
-¿Yo? No, voy de salida y la vi.
-¿Vino a ver a mis niños y las obras?, por cierto, veo que están avanzados.
-Así es, si avanzan así, probablemente en dos meses ya tendrán sus nuevas áreas.
- Si usted lo dice.
-¿Por qué ese tono?, ¿no lo cree?
-Ver para creer, cuando esté listo y entregado lo creo.
-Pero tú misma has visto los cambios.
-Eso no dice nada.
-Es decir que no crees en mi familia, ni en mí.
-No tengo porque, no los conozco.
-¡Exacto! Y aun así nos juzgas.
- No lo hago, he dicho que los avances están muy bien, pero hasta que no esté listo por completo todo puede quedar ahí.
- Eso no va a pasar porque si algo tenemos los Ziegermman es que lo que empezamos lo terminamos.
- Bien entonces, cuando esté terminado, yo agradeceré.
- Así, ¿cómo me lo va a agradecer?.
- Dándole las gracias y tragándome mis palabras por cumplir con el hospital.
- Mm me gusta, pero yo prefiero que esas gracias venga con un buen beso incluido - Esté no se rinde y yo debo tener una cara de boba.
-¿No pide mucho? Y para que sepa mis besos no es un regalo tan fácil.
-¿Fácil? Van a hacer dos meses esperando ese beso.
-No se va a morir de eso.
-La acompaño a su auto.
-No se moleste mi transporte esta unas cuadras de aquí.
-¿Cuadras? Esperé, ¿me dice que se va en tren?
- O en bus. Lo que mi ánimo me diga, así que como ve mejor quédese aquí con su coche.
-¿Me estás diciendo que caminas unas cuadras para tomar el tren o el bus?, ¿sabes en qué barrio estás, lo peligroso que es? Te pueden robar, matar o hasta violar. Ni loco te dejo ir caminando.
-Gracias por el dato, pero si sé dónde estoy, llevo un año aquí y el peligro es el mismo de todos los días y no me ha pasado nada y espero que siga así.
- ¡Deja el sarcasmo por un momento! - me está gritando este idiota - ¿no te das cuenta el peligro en que te expones? - Ay es lindo que se preocupe por mi seguridad - ¿Qué le paso a tu auto? ¿Te levantaste y decidiste no traerlo o qué?.- Y ahora está siendo un cretino.
- Primero no me grite así que baje el tonito de voz, segundo mi seguridad es mi problema y tercero ¿qué le hace pensar que tengo un auto?.
-¿No tienes auto? - ¿Bueno, pero es que es sordo o qué?
-¿Dígame algo usted se levanta y decide "hoy voy a ir al hospital a molestar a Lucia"?, y no, no tengo auto, nunca he tenido. Llevo toda mi vida yendo y viniendo en bus y tren, ahora si ya discutimos mi transporte diario me voy. Adiós.
-¿Estás loca?, ¿a dónde crees que vas?, ¿qué parte de que no voy a dejarte ir caminando, no entendiste? A ver si te pasa algo. Yo te llevo y no acepto un no por respuesta.
- ¿Quién se cree que es para decirme que hacer o no? Ya he caminado esas cuadras muchas veces y lo voy a seguir haciendo, usted no va a cambiar eso.
-No voy a discutir contigo, te llevo yo y no seas terca, vámonos. -¿De verdad este quien se piensa?.
- ¿Y si me opongo?.
- Te subo al coche a la fuerza - ay Dios, porque está tan cerca, me desmayo.
-No se atrevería.
-¿Quieres apostar?.
Debo admitir que lo que me aseguro que sería capaz de hacerlo fue la intensidad de sus ojos y el tono con que lo dijo, no había manera de ganar esta vez y no quería ser el chisme del día.
"Lucia parecía saco de papa en el hombro de un tipo”.
“Lucia fue secuestrada por un hombre sexy y guapo".
Iba a tener que ceder, pero él no tenía por qué saberlo, como diría mi mamá, "aunque él tome la decisión haz le cree que fue tuya ahí el poder".
-No tiene nada que a mí me interese para apostar.
-Sube al coche, seguimos discutiendo en el camino.- bien, ahora me molesta ese tono.
-No me dé órdenes que no soy su empleada y no use ese tono de voz conmigo.
-Vamos a hacer una cosa, yo voy a correr el riesgo de montarme en un carro para ser secuestrada y asesinada por un posible acosador y abandonada en una carretera, pero me va a dejar en la parada de un tren donde yo elija.
-¿Crees que voy a asesinarte y abandonarte en una carretera? Estás viendo mucha televisión, seguro eres fanática sé esas series de NCIS.
-No, ese no me gusta, aunque de vez en cuando veo NCIS, los Ángeles, son guapos esos actores.
-¿Estás bromeando, que tienen de guapo?.
- Me gustan, bueno, ¿acepta o ya me puedo ir? - cuando me doy media vuelta para irme ocurre lo que obvio iba a pasar.
- Está bien acepto, la voy a dejar en la estación que considere segura - Cree que soy tonta y va a ganar.
-No, me va a dejar en la que yo diga y usted se conforma con que me voy en su coche, ¿estamos claros?
-Está bien.
-Prométalo, para que lo sepa creo mucho en las promesas, así que si lo promete lo tiene que cumplir.
-Lo prometo, pero tú me prometes que no va a ser en la estación que está a una cuadra.
-¿Si vivo por ahí?.
-¿Vives por aquí?
- Jamás había visto un hombre tan asustado por escuchar que alguien viva en este barrio, creo que sus ojos se van a salir de su órbita.
Eso me molesto, no porque viva en un barrio tan peligroso, pero tengo compañeros que viven cerca debido a que son de otros estados y hay personas que viven aquí y la mayoría no son tan malos, además uno a veces no escoge donde vive, sé que la mayoría de los que habitan aquí no querrían que sus hijos crecieran en este ambiente, pero a veces no se trata de lo que uno quiere sino de lo que la vida te ofrece.
- Puedes quedar sorprendida de las cosas que uno puede escuchar en los pasillos de un hospital que te hace agradecer lo que la vida te ofreció.
-¿Tiene algún problema con eso?, parece que le hubiera dicho cuando y como iba a morir.
-No para nada, es solo que no lo esperaba.
-¿Por qué?
-Bueno, no parece la clase de persona que pudiera vivir en un barrio como este, eso es todo.
-¿Y según usted como debe lucir una persona que viva en un lugar como este?.
Quiero escuchar lo que dice, de verdad me intriga, se ve que es una persona que nunca se ha bajado de su pedestal y ha visto la parte horrible de la vida.
-Bueno, eh... No lo tome a mal pero... Bueno...
- Vaya Señor, creo que se quedó sin palabra- reímos.
- ¿Se está burlando de mí, doctora?.
-No, pero es un poco gracioso verlo tartamudear y no mandar. Ya vámonos.- Y ahí está el poder que dice mi madre, yo gano y él ni idea.
No lo creo estoy en un carro tan lujoso que siento que si me muevo partiría algo, los asientos son de cuero, tiene olor a nuevo, amo lo nuevo, es espacioso, no me había montado un carro con tanto espacio que no sea en el tren.
Parece una limusina, pero no lo es, como un carro puede verse tan pequeño y ser tan grande por dentro es impresionante.
-Bueno, por lo menos tengo la dicha tenerla en uno de mis territorios - escuchar a Gabriel me saco de mi ensoñación.
- Si es lindo...
¿A dónde me dirijo, señor? - escucho al hombre Hulk que siempre acompaña a Gabriel, y no le llamo así porque sea verde, sino porque las veces que lo he visto tiene esa cara de amargado que si le hablas te muerde y tiene un cuerpo muy muy grande.
-Eso te lo debe contestar la doctora... - ahora si Lucia que le dices, nunca me ha gustado que un extraño sepa donde vivo ni mis compañeros uno no puede fiarse de nadie, excepto Santi y Daina saben dónde vivo, pero tampoco voy a desaprovechar este viaje.
-Podemos ir hacia el centro por toda la avenida.
-Ya escuchaste a la doctora. - En eso prendió el carro y salimos del hospital camino a la carretera.
-Bueno Lucia, me imagino que debes estar un poco felíz, Mili y Carlos ya van camino a su casa y David ya despertó.
-Si estoy feliz, pero si no hubiera sido por usted que pago sus estudios y su amigo, el neurólogo que vio a Santi, el pobre estaría ahí todavía dormido y sin mucho que hacer y también compro los antibióticos de Carlos, fue muy amable de su parte.
-Si esos niños me movieron sentimientos que no sabía que tenía y medio gusto ayudar.
-¿Por eso están aquí no? -Gabriel me vio de una manera extraña como si no entendiera - digo ayudar, realizan las donaciones para los arreglos de algunas áreas del hospital, como las consultas y el área crítica, y me entere de que también quieren hacer arreglos en el área de observación eso es lindo de su parte y de su familia.
-Si podemos ayudar a los demás que lo necesitan porque no hacerlo. Esos niños merecen algo mejor de la vida y mi hermana es experta en encontrar a los más necesitados, es un don que posee de niña.
-La señora Sabrina es caritativa, se conectó con los niños de maravilla, fue muy amable de su parte pensar en nosotros para realizar esta obra.
-Si ellas son así, mi padre dice que si mi madre no lo llevo a la ruina con tantas cosas que hacia mi hermana lo hará, pero a ella no le puede decir que no.
-¿Eso como que es de familia entonces? Ninguno está acostumbrado al no.
-¿Y qué tiene planeado en sus vacaciones, se va de viaje o algo?
-Dormir, Dormir y no le pienso decir.
Ya estaba cerca de mi casa y ahí se va mi viaje en este lindo coche con mi guapo hombre sexy.
-¡Aquí!.- Hulk dio un frenazo que casi nos hace atravesar el parabrisas, bueno que gritar cuando uno va manejando, tampoco ayudo.
-¡Petter!, hombre maneja con cuidado. -le grita Gabriel.
-Fue mi culpa, bueno, aquí me bajo.
-¿Aquí?, seguro la puedo llevar a su casa.
- Hicimos un trato y me lo prometió, así que me quedo en esta parada y no está en un barrio peligroso ni nada por el estilo.- ni loca le digo que mi casa queda a unas cuadras de aquí.
-Una promesa es una promesa y no se diga que no soy un hombre de palabra, por lo menos me dices ¿por dónde vives?.
-Usted es el acosador, debería saberlo. Adiós.
Cuando me bajo del coche me siento como cenicienta, cuando sonó el reloj a las doce se acabó el encanto, solo que sin el vestido, la calabaza, caballo y ratones.
-¡Oye!.
-¿Señor?.
- No me dejaste abrirte la puerta como todo caballero.
-Sé abrir una puerta, yo sola, no hay problema.
-¿Qué debo hacer?.
-¿Qué debe hacer para qué?.
-Para que me aceptes una cena, almuerzo o solamente un café - yo que trato de ser fuerte para no sucumbir ante este hombre bello, sexy, elegante, con ojos como cielo, pero así como puede uno - De paso que ya no tengo excusa para verla al hospital porque se va de vacaciones.
-Almuerzo - Que sonrisa tan perfecta con esos dientes tan blancos, brillante, voy a caer como tonta, ¡no!, Lucia, no seas débil.
-Almuerzo, perfecto mañana.
-Almuerzo, pero no en su casa y yo escojo el lugar.
Almuerzo, porque me despierto todos los días temprano, no pienso hacerlo para un desayuno.
¿Qué se pone uno para desayunar con un hombre sexy acostumbrado a ver mujeres despampanante y maquillada?, seguro tienen todo un quid debajo de su almohada; ¿y cena?, no, es un riesgo si no sale bien, ¿a dónde puedes correr? Te lo diré a ningún lado y la noche puede llevar muchas ideas erróneas. Almuerzo es lo más seguro.
-Perfecto, tú escoges el sitio y paso a buscarte mañana.
-No, nos vemos allá. - Su rostro impresionado y desconcertante es tan sensual, ¿será que abra algo de este hombre que no me guste?.
-¿Es en serio? - solo le doy mi respuesta moviendo mi cabeza de arriba abajo.- Bien nos veremos allá, entonces ¿qué sería en dónde? - Ay diablo, eso no lo había pensado y nada se me viene a la cabeza.
-No sé.
- ¿No sabes dónde almorzaremos? - Rayos lo dije en voz alta.- ¿Qué tal si yo decido donde almorzaremos y no insisto en venirte a buscar?.
Tentador, pero no, si me dice un sitio donde no tengo ni idea donde es con toda su gente rica y sifrina, no, no, no.
-No, yo decido, pero debo pensar en un sitio donde quiera ir.
- Veo que no voy a ganar una contigo.
-Me vine en su coche, sea feliz con eso.
- ¿Qué te parece si lo piensas y te llamo más tarde?, que sea un sitio lindo, no soy fácil de impresionar.
- Creí que yo era la que debía ser impresionada, no al revés.
-¿Tenemos un traro?.- Como decirle que no, ya que, diosito, si algo sale mal será todo tu culpa.
-Tenemos un trato.
Extiendo mi mano para sellar el trato porque diablos hago eso, si mis manos están sudando como pollo asado en vitrina de fuego.
Ay esa sonrisa, ahí está me estrecha la mano, son tan suave y cálidas, no están sudando como las mías, ay no, debo darle asco en este momento, ¡perfecto!, este hombre solo me ha visto en kimono médico, zapato deportivo, sin una gota de maquillaje, despeinada y ahora sabe que mis manos sudan como pavo asado.
-Mm ¿Me regresa mi mano, señor? - Por favor dame mi mano sudorosa, fría y temblorosa, por favor.
- Dime Gabriel y es, pero que me conteste la llamada.- No te acerque más, no, no, ay Dios, está tan cerca que puedo olerlo, olía tan bien.
Que importa a partir de ahora es mi olor favorito. Y termina besando mi mano, no sabía que eso todavía se hacía, es cursi.
- Adiós Gabriel - quite mi mano lo más rápido que pude, no quiero que siga besando mi mano sudorosa y asqueada.
El problema es que aún estamos parados aquí mirándonos y ninguno se va; ¿por qué no te vas?, da la vuelta montante en tu calmante auto y di adiós.
-Señor, tiene una llamada del señor Sebastián - Le dice el malhumorado de su chofer.
-Me debo ir.
-Si ya lo note, que le vaya bien- cuando se monta en su auto recuerdo que la educación es primordial - Gracias por traerme... A la estación.
- De nada...
Dios se va el hombre sexy de mis sueños, debo calmarme y respirar.
Estoy loca, ¿cómo se me ocurrió aceptar salir con este hombre?, no hay nada en común entre él y yo, somos diferente de pie a cabeza, ¿qué me voy a poner?.
Él debe estar acostumbrado a chicas sexy con cuerpo de barbi, que tengas más cosas en común, esto va a salir mal, muy mal.
-*-
Después de llegar a casa decidí un lugar bonito y hablar con Gabriel para decirle donde nos veremos, pensé en lo estúpida y tonta que fui, esto no iba a salir bien, así que llame a la única persona que podría sacarme de este enredo.
Pero no lo que hizo fue enredarlo todo, ahora estoy en mi cuarto a las nueve de la mañana con mi madre y mi mejor, traicionero y nada comprensivo amigo.
Cuando llego se le ocurrió decirle a mi madre "hola señora guapa vine a ver a su estúpida hija que acepto salir con alguien hoy y ahora está arrepentida" obvio desperté con una madre gritándome:
- “¿Por qué tu amigo sabe que vas a salir con alguien y la mujer que te trajo al mundo después de llevarte en su vientre no lo sabe?!, explica".
Ahí llego mi paz matutina. Después de dos horas explicándole a mi madre que es el ser que más amo en el mundo y pegarle unos buenos golpes Santiago, aquí estamos buscando en mi closet algo lindo que ponerme.
- Santiago, cállate, a ver hija con cualquier cosa que te pongas, te vas a ver linda.
-Tan bella madre, pero me miras con ojos de amor... Ya sé, lo voy a llamar y cancelarlo, le voy a decir que salió una emergencia- agarre mi celular
- Ya deja la estupidez, deja de ser tan negativa, calmante y arréglate, voy a traer algo que comer y cuando suba quiero que me muestres lo que te vas a poner.- si algo he aprendido en la vida es que cuando mi mamá usa el tono de mando ya no hay manera de discutir.
- Esto es increíble - le tiro una de mis almohadas a Santi para que deje de .
burlarse de mí.
-En qué parte de que no vayas a hacer de esto algo grande y no decirle a nadie menos a mi madre, ¿no entendiste?.
- Dulce, después que dijiste "tengo una cita mañana" lo demás fue bla-bla-bla, así que no me culpes por llegar diciéndole a tu bella madre.
-¿Qué voy a hacer?, ¿no quiero hacer esto? No hay nada que nos una a ese hombre y a mí.
- Bien, llevamos dos horas discutiendo y aún no me dices quien es este hombre; así que dime quien es él, ¿dónde lo conociste y porque no me habías dicho nada?
Cómo decir que el hombre con el que voy a salir es uno de los hombres más sexy, multimillonario, mujeriego y soltero más cotizado del país. ¿Por qué sé esto?, tal vez haya investigado un poco durante unos días.
-Lo conocí en el hospital, surgió muy rápido y prefiero conservar su nombre por ahora. Ahora ayúdame a escoger, no sé qué ponerme.
-¿Es uno de nuestros compañeros?, no ya lo sabría, es uno de los enfermeros, el de terapia, el de los ojos claros, como es que se llama?.
-¡No es ni médico, ni enfermero, no trabaja en el hospital y no insistas!.
-Pero vas a ir bella, segura y si se propasa contigo me llamas enseguida porque le voy a partir hasta el alma. ¿Y dónde te va a llevar?.
-A caso no escuchaste nada de lo que te dije ayer.
- Te dije que yo escogí el lugar y nos vamos a ver allá.
-¿Estás loca mujer?. Nunca le digas a un hombre donde te va a llevar menos en la primera cita, tienes que ver cuáles son las expectativas, cuáles son sus gustos de sitios y su economía, así vez si vale o no la pena.
-La economía no es un problema, él está acostumbrado a buenos sitios.
-¿Por qué no dejaste que él te llevara?.
- Porque no.
- Tienes que arriesgarte un poco, no todo es perfecto.
-Voy a salir con él, eso es un riesgo.
- ¿Qué sitio escogiste?
- Escogí el Das sushi Haus o el Meerstadt.
- Buenas elecciones.
- Soy más que una chica de hamburguesa. Me gusta el sushi, los camarones y todo eso.
-Aquí está, es lo que te vas a poner.- dice Santiago al sacar uno de mis vestidos del clóset.
-Ni lo sueñes, eso no combina.
-Es sexy y te queda bien.
-Pero es un vestido para un coctel, no para un almuerzo.
-¿Ya escogiste que te vas a poner?- entra mi madre con un par de sándwich y chocolate caliente. -¿estás loco?, ella no se va a poner eso, es un almuerzo, no una fiesta por dios muchachito.
Disfrutámos del sándwich mamá estaba en mi closet, nuestros gusto no son nada parecido a los míos, pero sabe escoger muy bien mi ropa, no por nada siempre era la niña mejor vestida de la escuela y familia.
- Esto estará bien. Sencillo, te vas a ver hermosa.- me mostró un lindo conjunto.
-Eso me gusta, lo vas a matar y si no le gusta es un marica.
-¡Santiago!
