Gabriel. Ella no es como las demás
Esta mujer me va a volver loco, primero me rechaza, dice que no le gusto lo suficiente para acostarse conmigo, que le puedo pegar una enfermedad a una hermosa niña, luego me dice que ese tipo tiene lo que ella quiere, que no es su novio, pero se va con él.
Además, que ayer tuve que aguantar las burlas de Petter porque fui rechazado por una mujer en sus narices. Cuando llegue a casa estaba encendido en llamas del coraje, ninguna mujer me había rechazo en la vida.
No puedo creer que esta mujer me dijera que no era de su tipo y me dejara una vez más plantado con la palabra en la boca.
Esta mañana me desperté con una erección que dolía, hacía mucho que no me despertaba así, me masturbe y cabe decir que fue pensando en ella una vez más, se me estaba haciendo costumbre masturbarme pensando en Lucia y eso no era propio de mí, ayer en la noche me masturbé tres veces por ella.
Me estaba obsesionando, necesitaba estar con ella, por eso decidí ir hoy al hospital otra vez, quería ver a los niños, no sé por qué, pero ese trío me hizo sentir tan especial y algo tenía que hacer con Lucia, no iba a ser fácil, cuando llego que hace me trata como si fuera nada además tengo que ver a este estúpido queriéndosela llevar.
-¡Príncipe, príncipe!- Mili y sus gritos me iban a enloquecer.
-No puedes estar gritando, las princesas no gritan.
-¿Estás molesto?.
-No, ¿a ver niños que me pueden decir de ese tipo que salió con la princesa?. Y si son sinceros, tal vez les traiga una sorpresa mañana.
-Es un buen doctor y nos hace reír mucho - tiene encantado a Carlos.
-Si es otro príncipe, siempre me trae un caramelo y juega conmigo.
-Y se lleva muy bien con la doctora que salió.
-¡Si!, siempre viene y nos cuenta cuento con la princesa.
-A veces solo viene a buscarla o atraerle cosas como chuchería y a nosotros también menos a Mili, ella no puede comer tanto.
-¿Y no sabes si ese príncipe sale con la princesa? - le pregunte a Mili, ella con tanta inocencia me respondería.
-No sé, pero a ti te gusta ella.- responde Carlos.
-Te gusta la doctora bonita, lo sabía, mi abuelo tenía razón.
-A ver Campeón no repitas eso, primero no se lo digan a nadie, segundo necesito su ayuda para saber si la princesa bonita tiene novio y por último si cualquier hombre pregunta ustedes dicen que esa princesa tiene novio.
-¿Eso no sería mentir?.
- No campeón, eso sería adelantarnos a los acontecimientos.
-Eso suena a mentir.
-Bien, les traigo chocolate y a ti señorita otra muñeca.
Así me fui del hospital, jamás pensé en usar a dos niños para poder acercarme a una mujer, increíble quien lo viera a mí pidiéndole ayuda a dos niños.
Fui a cenar a casa de mis padres, me gustaba sentarme en la terraza con vista a la piscina y al fondo se veía toda la ciudad, me ayudaba a pensar tenía que organizarme con Lucia, las cosas no eran simple.
-Hijo.
-Papá, no te escuche entrar.
-Me di cuenta, ¿se puede saber que te sucede?, me han dicho que esta mañana andas con un mal genio.
-Nada papá, solo un asunto que no he podido resolver y se me está complicando, solo eso.
-Solamente eso, ¿quién es?
-¿Cómo que quien es?
-Hijo, antes de ser padre fui hombre como tú, cuando un hombre empieza con los cambios de humor con los que cargas últimamente y se sienta con una copa de alcohol, no escuchas cuando se te habla, además dices que es un asunto sin resolver, solamente significa una cosa, una mujer.
-Nunca he tenido problemas con mujeres, papá soy experto en ese tema.
-Con tu reputación no lo dudo, pero hasta el más experto cuando se topa con la mujer que lo hace pensar más de la cuenta, ya no es una mujer cualquiera, mucho menos si te hace beber.
-Ay, papá, nada más...no sé. Es que... Me desespera.
-Si las mujeres tienden hacer eso, ¿te está presionando para algo serio, te cela? No estás acostumbrado a eso hijo, pero ya las manejará.
-Eso no es el problema papá, es todo lo contrario, prácticamente me ignora y cuando hablamos terminamos discutiendo y...
-Ella tiene la última palabra.
- Sí, no sé cómo hace, pero siempre logra sacarme de mi juicio, me confunde y me deja siempre con la palabra en la boca. ¿Alguna vez conociste una mujer así?
- Si, hijo, era la mujer más insufrible, déjame decirte que me volvió completamente loco, no dejábamos de pelear cada vez que nos veíamos.
-¿Y qué hiciste?.
-Aprendí a darle la razón y su espacio, es el secreto de treinta años de casado.
-¿Bromeas? ¿Me estás diciendo que esa mujer era mi madre?.
-Que te puedo decir ni yo me lo imaginaba.
-Esta mujer no es como las otras hasta, me llamo Gabo.
- Odias que te llamen así desde que eras niño, me imagino que fue tema de discusión.
-Ja ni me dejó hablar, nunca me tutea y cuando decide hacerlo me llama Gabo. ¿Puedes creer que me mando a callar cuando iba a hablar y luego se fue?.
-¿Conozco a esa mujer?.
-¿Qué? No, no la conoces, te juro a veces me provoca ahorcarla así como...
-¿Como, que?.
- Olvídalo papá, pero si un día vez en el periódico mi cara con un título “empresario en la cárcel por homicidio" ya sabes a quién maté.
Mi padre se ríe y culmina diciéndome - primero te mata ella hijo, además ya te atrapo.
-¿Qué significa eso papá?.
-Las ganas de matarla no son tan grande como la de desearla. No me mires así, hijo, cuando te atrapa; te atrapa no hay vuelta de hoja, si no fuera así la hubieras mandado al diablo hace rato. Las mujeres no se comprenden y las que te vuelven loco menos.
-Te juro que me tiene sin saber qué hacer.
- Entonces vale la pena averiguarlo.Gabriel, si dices que no es cualquier mujer entonces no la trates como a las demás, sé especial has lo que no has hecho, bueno eso si es que la quieres conquistar, nada me gustaría más que te enseries y que me presentes una novia por primera vez en la vida.
-¿Conquistar? No papá, esa bruja solo la quiero lejos, muy lejos.
-Si repite eso varias veces, pero no cambia nada. Que descanses, no bebas mucho y espero que te quedes esta noche aquí.
A quien quería engañar mi papá tenía razón, me tenía atrapado, solamente debo meterla en mi cama y esta obsesión se me quita, después la mando al diablo y listo.
¿Qué estaría haciendo? Estará con ese idiota de cara bonita... no aguante, he hice lo que dije que no haría.
-Aló, buenas noches. - Su voz era tan dulce, me quedaría escuchándola toda una noche.
-Hola doctora, ¿la interrumpo?
-¿Con quién hablo?.
-¿Vaya tan mal, le caigo que ni siquiera se acuerda de los amigos que tanto la aprecian?.
-¿Señor Gabriel?.
-¿Ahora soy señor Gabriel?, hace unas horas pensé que ya ibas a empezar a tutearme, me llamaste Gabo.
-¿Cómo consiguió mi número?.
- Un pajarito por ahí me lo dio. Espero no estar interrumpiendo nada importante - más vale que me diga que no porque si está con ese tipo voy preso, pero por matarlo a él.
- No creo que eso sea de su incumbencia.
- De hecho sí, porque estoy llamando y no quiero ser asesinado, es decir, si fuera a mí a quien llaman, estoy con alguien y me interrumpe mínimo, lo ahorco.
-¿Tan dramático es usted?
- Digamos que aprecio mi vida.
- Creí que estaba cuidando a mis niños, no hace bien su trabajo.
- Los dejes en buenas manos, te lo aseguro. Pero me preocupa algo.
-¿Qué será?
-Que tú no estás en buenas manos.
-¿Qué le hace pensar eso? Y no me salga que es intuición.
Reí - no, es seguridad, sé que no estás en buenas manos porque las tengo ocupadas, una sostiene el teléfono y otra mi copa.
- Creo que sus manos son las peores en las que podría un ser caer.
- No he escuchado eso, más bien las adoran.
- ¿No le han dicho que es un egocéntrico insoportable y ahora acosador?.
- No, eres la única insolente que lo ha hecho.
-¿Me acaba de llamar insolente?, no lo puedo creer.
- Tú me llamaste dramático, egocéntrico y acosador.
-Es la verdad, ¿cómo consiguió mi número y que desea?.
-Ya te dije un pajarito, me lo dio y también te dije que deseo.
-Usted tiene que empezar acostumbrarse a que le digan que no. Usted no es rechazado con frecuencia por lo que veo.
-Nunca he sido rechazado hasta hora que me he topado con una mujer terca, sarcástica y con un mal genio.
-¡Yo no tengo mal genio!
- Si ya lo veo, ese no novio no está haciendo su trabajo si andas tan malhumorada en la vida doctora bonita.
-Si ando de mal humor es porque un lunático secuestro mi número y anda llamando a estas horas, ¿de dónde sacaste lo de doctora bonita?.
-Ahora soy un lunático, estoy sumando cualidades en esa lista.
- No son buenas esas cualidades, señor. No me has respondido.
-Le escuché a Carlos decirte así, me gusto la verdad, te luce el apodo.
-¿No tiene nada que hacer con su tiempo que molestarme?
-No, ese se ha vuelto mi pasatiempo favorito.
-¿Dónde están tus muchas mujeres que te pueden entretener?
-Ya no me entretienen, es más creó que me voy a convertir en santo.
-Pobres monjitas.
-¿De dónde sacaste tan mal concepto de mí?.
-Llámalo intuición.
-Eso no es justo, tu intuición te engaña.
- Lo dudo, nunca me falla y esta vez no va a ser la excepción.
-Déjame demostrarte que se equivoca. Te invito a cenar.
-Ya cené.
- Hoy no, mañana.
- Estoy de guardia trabajo mañana.
-Pasado mañana.
-Voy a estar cansada y no voy a ser buena compañía.
- Son excusas, ¿a qué le temes?, es solo una cena y ya en mi casa.
-Olvídalo, eso no pasará ni en tus sueños, ¿por qué no llamas a la doctora Geller o a la rubia estirada?, de seguro, las tienes en tu casa en menos de un minuto y no me llames a menos que sea importante. Adiós Gabo.
-Me colgó, no lo puedo creer, es que hasta por teléfono lo logra, muchachita, no vas a poder conmigo que va, aunque la verdad me gusta esto.
-Espera dijo rubia estirada, ¿Lucrecia? ¿Cómo diablos sabe de Lucrecia?.
Esto si complica todo, ¿pero entonces Dios?, me la pones bien difícil y ahora esto.
