Capítulo 12: La insignificante Denis
También le decía de manera seria -Joaquín eres demasiado fuerte y demasiado bueno, tienes muchos enemigos, no debes tener debilidades, tu mujer no puede ser tu debilidad, Jimena es demasiada débil, no puede estar a tu lado. ¡Yo Denis, puedo!-
Cada vez que le regaña como -¡Miserable, incluso codicias lo que es de tu amiga!- Pero cada vez, ella inclinaba la cabeza hacia atrás y replicaba altaneramente -¡Joaquín, ahora estás soltero, cuando Jimena se convierta en tu novia, yo Denis, me esquivaré de ti!-
¡Qué mujer tan orgullosa!
-Te suplico, que me devuelvas mi dinero- En sus oídos, estaba la insignificante voz suplicante de la mujer.
La cara de Joaquín estaba impactada... ¿Ella era realmente Denis? ¿Esa mujer orgullosa y segura de sí misma?
Agarrando la muñeca de Denis con una mano, Joaquín la arrastró en dirección a su coche.
-Dinero, mi dinero, suéltame, no puedo irme sin dinero-. La voz de la mujer permaneció en sus oídos, y los ojos de Joaquín se enfriaron aún más... ¡Realmente quería escapar!
Joaquín se detuvo de repente en su camino, sus ojos barrieron hacia el guardaespaldas de traje negro -Ve a revisar su equipaje, confisca todo el dinero en efectivo y las tarjetas bancarias-.
Cuando Denis escuchó esto, su expresión fue instantáneamente ansiosa -¿Qué vas a hacer?-
Joaquín se burló -¿Quieres escapar? Con el dinero, ¿podrás escaparte? Denis, Denis, o eres demasiado ingenua o yo me he vuelto demasiado amable-.
Sus labios, pegados a su oído, eran como una pesadilla -¿Cómo he podido dejarte ir tan fácilmente? Cuando salías de la prisión debías irte lo más lejos posible y que yo no te volviese a ver. Como ya estás en mi radar, Denis, no podrás escapar-.
Tras estas palabras, Joaquín lanzó una mirada a Manrique y luego se dirigió su mirada afilada con frialdad hacia al taxista que estaba al lado.
Manrique asintió suavemente para mostrar que le entendía.
Joaquín arrastró inmediatamente a Denis y se movió con brusquedad para meterla en el coche. Él también entró rápidamente -Arranca el coche-.
Una persona en el asiento del conductor respondió respetuosamente -Sí, Señor García-.
En el camino, Denis no se atrevió a decir mucho, con un gran témpano de hielo sentado a su lado, no necesitaba acercarse, Denis se sentó apoyada a la ventana del coche, con Joaquín sentado a su lado, Denis estaba aterrorizada.
Desde que subió al coche, Joaquín no dijo ni una palabra, piernas largas y delgadas, pierna izquierda doblada sobre la derecha, ojos caídos sin expresión. Pero una marea de pensamientos esta pasando secretamente bajo las gafas de borde dorada, Joaquín no estaba tan tranquilo como parecía.
No sé cuánto tiempo tardó en llegar, pero el coche se detuvo. Denis miró hacia la ventana y su rostro se volvió ligeramente pálido al instante.
-¿Este, este es el Emperador Club? Señor, Señor Joaquín García, ¿para qué me trae aquí?-
En este viaje, los ojos de Joaquín no se posaron en el cuerpo de Denis, en este momento, al escuchar el temor en la voz de Denis, sus ojos ligeramente entrecerrados no demostraban sus verdaderas intenciones, repentinamente giró la cabeza y medio levantó sus hermosas cejas hacia la mujer con cara de terror, miedo y nerviosismo, una sonrisa de burla apareció en su apuesto rostro y dijo despreocupadamente.
-¿Qué crees?- le lanzó una mirada insinuante, -¿Señorita Denis Alonso?-.
Denis aspiró una bocanada de aire frío, temblando sus labios y pidiendo clemencia, -Te lo suplico, por favor sea generoso y déjeme ir, Sr. Joaquín García me disculpo por cualquier cosa que haya hecho mal, me arrodillaré ante usted e inclinaré mi cabeza hasta el suelo...-
-¡Cállate!-
Denis no esperaba por nada del mundo que el siempre tranquilo y empoderado Joaquín se irritara y enfureciera tanto. Su cara era aún más pálida -Yo, yo ...- No sabía qué decir, estaba mal decir cualquier cosa, apretando los dientes se arrodilló en el espacio no tan grande del coche...
Un par de ojos profundos y furiosos la miraron fijamente... ¿Realmente ella se arrodilló, realmente ella ya no tenía dignidad?
La furia de Joaquín era difícil de extinguir, una mano abrió la puerta del coche y con la otra una mano arrastró a Denis fuera del coche -¿Quieres arrodillarte cierto? ¿Tus rodillas son tan suaves? ¿Te gusta tanto arrodillarte?- El apuesto rostro de Joaquín estaba extremadamente enfurecido, arrastrando a Denis hasta la entrada del Grupo de Entretenimiento Internacional Emperador y tirándola al suelo -¡Ya que te gusta tanto arrodillarte puedes hacerlo aquí ahora!-
Realmente no sabía por qué estaba tan enfadado. Esta mujer, antes era tan odiosa, tan orgullosa e imbatible, ahora que ha perdido su orgullo, ¡es aún más despreciable!
¡¡¡Denis Denis Denis!!!
¿Es ella Denis? ¿Esta persona miserable podría ser la Denis que le había confesado su amor con arrogancia?
Recién ahora Denis terminó de digerir las palabras de Joaquín y su cara estaba pálida mientras miraba al hombre de al lado -Señor Joaquín García, ya sé que estoy equivocada, se lo suplico, perdóneme por favor, ya he estado en prisión durante tres años, yo...- Lo que quería decir era que cuando terminara de pagar su deuda, ella podría darle su vida a cambio de la vida de Jimena.
-¿No que te encanta arrodillarte? ¡Arrodíllate!- Los rasgos faciales del hombre se tornaron aún más fríos -Ya que te encanta tanto arrodillarte ¡Deja que todos te vean como la Señorita Denis Alonso queda tan desprestigiada!-
El cuerpo de Denis se tambaleó, pensó que no volvería a molestarse, pensó que había sido capaz de aceptar todo esto con calma.
Se equivocó.
¿Señorita Denis Alonso...?
Joaquín, ¿estás bromeando?
¿Quién ha dicho que hubiera Denis y no Familia Alonso, y que a partir de ahora no hubiera más Señorita Denis Alonso en la Familia Alonso?
Arrodillarse... ¿Ella quería arrodillarse?
Ella no quería.
¿Pero quién es ella?
¡Ella es sólo una serie de números “9 2 6”! No le queda nada. ¿Dignidad? ¿Orgullo? Jajajajajaja... ¡Cuando ella era Denis, la Señorita de la familia Alonso, él podía enviarla a la prisión al menor disgusto y ella ni siquiera tenía la oportunidad de refutar!
Ahora ella no es nada, salvo que ella se arrodille, salvo que ella venda su dignidad, ya no tiene ninguna moneda de cambio para negociar con él.
Joaquín, no es que “me guste” tanto arrodillarme, ¡es que ya no tengo nada que mostrar!
Me has quitado mi pasado, has borrado a la Denis de la Familia Alonso, has borrado la existencia y el pasado de una persona, soy peor que ese vagabundo de la calle, ellos al menos tienen un hogar, un pasado, ¿pero yo que tengo?
¿Dignidad? Denis bajó la cabeza, ignorando la amargura de su boca, estaba temblando, levantó los ojos y se encontró con los ojos oscuros de Joaquín, Denis se limitó a mirar fijamente a los ojos de Joaquín y se arrodilló lentamente... Joaquín, la señorita Denis de la Familia Alonso tendría dignidad y orgullo, ¡cómo podría tenerlo yo, una prisionera reformada!
Con los labios apretados, el hombre no dijo una palabra y caminó hacia adelante, las personas a su alrededor señalaban mientras que él simplemente las ignoró, siguió caminando hacia adelante, nadie sabía lo que iba a hacer.
Un par de piernas largas aparecieron frente a sus ojos, unos zapatos negros de cuero brillante, mostrando tal sofisticación, el corazón de Denis dio un pequeño salto, pero vio el par de piernas largas agacharse lentamente, Denis inconscientemente lo miró, un rostro apuesto y extraordinario estaba cara a cara con ella.
-¿Tú de verdad eres Denis?- Las pupilas oscuras del hombre eran profundas y desconcertantes, con un matiz de rigidez le preguntó, Denis parecía haber sido golpeada por un mazo gigante, su cuerpo se tambaleó y después de mucho tiempo ella no contestó nada, Joaquín se levantó lentamente, bajó la mirada hacia la mujer que parecía un insecto a sus pies y suavemente ordenó -Sígueme-.