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Capitulo 5

Mientras que Laura se encontraba ya agotada despidiendo a los últimos invitados que quedaban de la boda y los recién casados se habían ido a cambiar para tomar su vuelo que los llevaría a su luna de miel, Lilia era la más conmovida pues Claudia era su confidente y con la cuál su madre se la pasaba hablando, eran muy unidas, su relación era distinta a la que mantenía con Laura, su relación era más seria aunque aún así no dejaba de ser cariñosa, siempre fue así y ahora Lilia le tenía que decir adiós o simplemente dejar volar a su pequeña, a lado de la persona que había elegido como pareja y cuando los vieron partir, Lilia le dedicó una mirada a Laura.

-Ahora solo quedas tu - le dijo mirando a su hija con cierta nostalgia.

-¿Yo que mamá?

-Solo quedas tu para que te cases.

-Lamento desilusionarte pero a mi no me verás vestida de blanco.

-Eso dices ahora porque no te has enamorado.

Aquello hizo reír a Laura, aunque era cierto de que ella nunca se había enamorado, hasta a penas unas horas alguien por fin había captado mucho su atención, no es que nadie hubiera llamado su atención antes, sino que siempre tenía claro que en el tipo de mujeres en que se fijaba nunca serían del tipo de ella, del tipo de mujer que se fijaría en otra, sin embargo con Alexandra vio algo distinto, algo le decía que ambas tenían el mismo gustó por las mujeres, aunque Laura tampoco se hacía muchas esperanzas con Alexandra puesto que quizás ya debería tener alguna persona a su lado.

Laura sacudió todos esos pensamientos sobre Alexandra de su mente y se dedicó a ordenar un poco la casa antes de retirarse a su cuarto para quitarse ese horrible vestido y los tacones que le estaban torturando los pies desde hacía mucho pero por no desentonar no se los había quitado y si algo odiaba era no verse bien, ella no se sentía una mujer guapa, quizás por eso se preocupaba mucho por su aspecto, pues creía que nadie trataba de hacerle plática por eso, pero la verdad es que Laura tenía una presencia avasalladora, su rostro era hermoso pero serio y pocas veces solía mostrar una sonrisa abierta a los demás, solo era muy pocas veces cuando lo hacía y eso era para las personas que conocía desde mucho tiempo o bien tenían un buen trato con Laura, sin embargo muchos en su lugar de trabajo le apodaban "doña perfecta" y eso era por qué estaba a cargo de todos los que estaban en el área de diseño y ella era su supervisora además de que también se dedicaba al diseñó, pero al ser tan buena, exigía a los demás lo mismo que daba y aquello les molestaba ya que los hacía regresar un sinfín de veces hasta que Laura quedaba satisfecha y los aprobaba, por eso le apodaron a sus espaldas "doña perfecta" y Laura sabía que la llamaban así, todos ellos creían que ella no sabía, pero si lo sabía, alguien de sus compañeros de trabajo se lo dijo para ver qué ocurría, pero lo mejor que hizo Laura fue ignorarlo y hacer como si no supiera nada, si decían eso de ella eso quería decir que estaba haciendo un buen trabajo, por algo estaba a cargo de esa área y estaba feliz de ser la mejor y no tener cerca a falsas amistades.

Laura se quitó los zapatos y los aventó en alguna parte del suelo de su habitación, luego entro al baño y comenzó a quitarse el vestido, prosiguió a quitarse el maquillaje, más bien el poco que se había puesto. Una vez sin el, se miró detenidamente al espejo y se dio cuenta de que ya no era tan joven, que sus senos ya no estaban tan en su lugar, que sus caderas se habían vuelto un poco más anchas, se estaba volviendo mayor y le asustó por un momento, dio un suspiro y se alejo de su reflejo para terminar de desnudarse y meterse a la ducha, agradeció el agua que recorrió su cuerpo en ese momento pues claramente sintió como su cuerpo entero se relajaba a su paso, dio un respiro y se olvidó de que se estaba haciendo mayor, realmente ahora no le importaba tanto, así como tampoco le importaba encontrar a alguien, en el fondo le daba miedo perder la cabeza por una mujer, perder su esencia con tal de agradar a esa persona, le aterraba perder su vida perfectamente ordenada por una persona, pero sin embargo al mismo tiempo pensaba en que sí en verdad se enamoraba de esa persona seguramente no tendría miedo de los pequeños cambios que habría en su vida diaria, sin embargo esa incertidumbre persistía en ella como si fuese una piedra en el zapato.

Al final dejo de pensar y terminó de ducharse, se quitó el exceso de agua del cabello con una toalla, se puso unas bragas color negro el cuál era su favorito, una playera sin mangas color blanco y se acostó para dormir, pero no lo logro enseguida puesto que el recuerdo de Alexandra llegó a ella tan nítido que casi podía verla de nuevo delante de ella, con esos ojos café claro, su sonrisa torcida que mostraba sus dientes blancos perfectos y esa pequeña nariz casi perfecta, para Laura, Alexandra era casi perfecta, Laura dio un suspiro y miró el techo de su habitación sin nada más que hacer que pensar en tonterías, se sintió frustrada de repente y sin sueño, pero si con cansancio, tanto que no sabía si su cuerpo realmente quería una cama o seguir de pie, pero estar deambulando sola en su habitación como león enjaulado no le parecía atractivo y sin darse cuenta se quedó dormida en algún momento de la noche.

Al día siguiente despertó alrededor de las ocho de la mañana y pensar en lo que le esperaba ese día le dio pereza, pues había que levantar todo lo de la fiesta y hacer entrega de las cosas que rentaron así el servicio fuera a por ellas, ellos debían de contar que todo lo rentado estuviera completo o tendrían que pagar en caso de que faltará una. Se estiró y se forzó a salir de la cama, una vez vestida bajo para tomar su café de cada mañana en compañía de sus padres quienes por primera vez le habían ganado a levantarse temprano, estaban sentados en la mesa de la cocina cuándo el celular de su madre sonó y Laura noto la sonrisa que se dibujaba en el rostro de su madre al ver de quién era la llamada "es de Claudia" anuncio y procedió a contestar, está solo hablo para decir que ya habían llegado y que todo iba bien, que luego llamaría de nuevo, fue una breve llamada pero que sin duda significó mucho para sus padres.

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