Capítulo 5
Mi papá se une al abrazo, pero su apretón es mucho más fuerte que el de mi mamá, me ha tronado la espalda; me hacía falta, de eso no hay duda alguna, pero también me hace falta el aire. Cuanto empiezo a jadear con desesperación, ambos me sueltan, mi papá me revuelve el pelo como si todavía tuviera ocho años y mi mamá lo regaña, volviéndolo a acomodar, que lindos recuerdos.
Me dan el ultimo sermón antes de que me dejen tomar mis maletas y por fin pueda irme hasta la habitación que comparto con Karla, mientras me alejo, escucho a mi madre gritarme que me ama mucho y que no lo olvide, me giré hacia ellos y les dije que también los amaba mucho. Una vez que me he despedido de ellos por ¿Quinta vez? entro a mi edificio y me voy directo a mi cuarto; andar por los pasillos repletos de estudiantes no es nada sencillo, en especial porque muchos chocan conmigo y ya me han tirado varias veces algunas maletas, tienen suerte de que no sea rencorosa ni que tampoco me gusta usar magia, porque si fuera mi hermana, ya les hubiera quemado el cabello.
Reese.
Cierro los ojos por unos instantes y luego los abro lentamente, me he resignado a que tengo que venir al campus a convivir con los humanos, todo por orden de mi padre el Alfa de nuestro clan, que cree que debo convivir más con ellos ya que esto siempre es de suma importancia, en especial porque los humanos no entienden la forma en como nosotros nos manejamos o nuestras costumbres; honestamente poco me importa si lo entienden o no, mientras tengan presente que este clan se rige por la palabra de Gaia y del Alfa, estamos bien.
El Beta de mi padre nos ha traído hasta el lugar, antes de bajarnos de la camioneta nos ha pedido que nos portemos bien, que no causemos problemas ya que mi papá está muy ocupado con otros asuntos, preferí no decir nada y escuchar atentamente al hombre, Gabriel por su parte, no dejaba de decirle que lo entendía y que no necesitaba sermonearlo; recuerdo que antes de venir para Glassther, el señor le expresó a mi papá que le preocupaba que su hijo no siguiera entrenando para tomar el puesto Beta, pero el viejo le aseguró que no habría ningún problema ya que llevaba entrenando desde que era un niño.
Una vez que el motor del auto se apaga, abro la puerta y me bajo jalando conmigo mi maleta, detrás de mí viene Uriel y Aarón ya que en la parte del copiloto iba Gabriel. Antes de que él cerrara la puerta, su padre le dijo que estemos pendientes del celular y que, si por alguna razón no podíamos contestar en el momento, que devolviéramos la llamada lo antes posible, mi amigo le dijo que sí en un tono un tanto harto.
Siento como una suave brisa acaricia mi rostro, este tiene un aroma bastante peculiar ya que se siente un olor dulce y suave, es bastante embriagador desde mi punto de vista, tomo una gran bocanada de aire y lleno mis pulmones de dicho aroma, cierro los ojos para disfrutarlo mejor, pero casi enseguida los abro cuando me doy cuenta de que ese olor proviene de nuestro edificio, al ver que Gabriel va a tardar discutiendo con su padre, decido entrar al edificio y buscar el origen de ese aroma.
Mientras me alejo, escucho a la distancia que Uriel me pide volver, pero le he ignorado por completo, quiero saber quién es la dueña de ese olor y estoy decidido a buscarla. Entro al edificio y un mar de olores desagradables me recibe, algunos huelen a sudor, otros que llevan días sin bañarse y el resto es de perfumes baratos, pero de entre tantos aromas desagradables destaca el que acabo de sentir haya afuera, así que apenas lo detecto, me pongo a caminar por el lugar a paso firme y decidido.
En mi camino, he tenido que apartar a varios idiotas que se quieren hacer los fuertes conmigo impidiéndome el paso, pero solo bastó un empujón para que se aparten de mi camino; humanos ¿De verdad piensan que me pueden intimidar? Llego al segundo piso y el olor se hace más fuerte, con las ansias corriendo por mis venas, camino más rápido hasta llegar al tercer piso, el aroma inunda toda la planta. Ella está en este lugar, de eso no hay duda alguna.
Me detengo frente a una puerta que pone 304, acerco más mi cuerpo a la puerta y puedo escuchar las voces de dos chicas hablando y riéndose, una de ellas le reclama a la otra por haberla asustado de esa forma, pero no está enojada, de hecho, parece bastante feliz de ver a su amiga otra vez, creo que llevan tiempo sin verse. Vuelvo a tomar una gran bocanada de aire y me cercioro de que si, efectivamente, ella está aquí, ahora tengo que descubrir quién de las dos es la dueña de ese aroma tan embriagador que tanto me ha cautivado. Estando satisfecho por tener la respuesta que buscaba, me alejé de la puerta y me fui al cuarto piso, que es donde está nuestra habitación.
Estando todos reunidos otra vez, empezamos a desempacar nuestras cosas y a acomodarlas en su lugar, mientras hacíamos esto, mis amigos me preguntan porque me fui así como así y les dije mi razón, ellos me miraron un poco confundidos al no entender de que hablaba, arqueé una ceja y les dije que todo el tercer piso huele a ella y que es un aroma bastante nuevo para mí.
—Te creemos Reese, pero ¿No te parece extraño que solo tú puedas sentir ese aroma?
—Mejor para mí.
Rieron entre dientes y no dijeron nada más con respecto al tema, una vez que terminamos de acomodar nuestras cosas, fuimos hasta el despacho del director ya que nos ha citado apenas termináramos de guardar nuestras cosas; espero que no se le ocurra decirme que debo controlar mi carácter o mis transformaciones, los humanos no entienden que es bastante difícil para nosotros controlar nuestro carácter, parece que creen que lo hacemos a propósito.... ignorantes, en cuanto a nuestras transformaciones, es algo que un niño de cuatro años puede manejar sin problemas.