Librería
Español
Capítulos
Ajuste

CAPÍTULO 02

Empiezo en dirección a mi casa, aspirando así a alejarme de este barrio lo más rápido posible.

Al llegar a casa un cuarto de hora más tarde, totalmente molesto, encuentro a John sentado en el sofá. Pero, ¿qué estaba haciendo aquí?

-Qué haces aquí ? Pregunté en pánico

- Tengo un duplicado de las llaves ... Qué te está pasando. Dijo preocupado

Ni siquiera podía escucharla ... Tenía la voz de esta anciana en mi cabeza, estaba perturbado por lo que me había dicho. ¿Qué podía saber ella?

-Había una anciana en la casa de mis padres y ...

-Oh para, siéntate y cálmate. Respire hondo y luego cuénteme qué sucedió. John responde con su calma, que es casi parte de su personalidad.

-Respiro hondo antes de contarle todo mientras camino en paralelo una sesión interminable de cien pasos en la sala de estar.

-Qué se supone que debo hacer ahora. Le pregunté después de contarle todo

-Verónica pero ¿qué fuiste a hacer allí? ¿Él interviene?

-Tuve que volver allí, era mi casa. Digo en mis nervios

-Quieres que me ocupe de esta anciana, si ella sabe algo, yo me ocuparé de que se comunique con los muertos. Él dijo

-No por el momento John ... Primero debo aprender lo que ella realmente sabe.

-No puedes volver a verla, Verónica. John replica

-Si puedo, y lo haré. Suspiré

-Ah Verónica, aún te queda mucho por aprender. Él añade

Y se fue para su discurso ... Soy demasiado impulsivo, fogoso, lo sé pero cómo explicarlo aparte afirmó que eso constituye mi virtud.

Había recuperado la compostura y me vuelvo hacia John antes de responder:

-¡De ​​lo contrario, qué estás haciendo aquí!

- Me detuve para ver si estabas bien. Él añade

-Creí que no querías que nos vieran juntos.

- No he cambiado de opinión, y mañana te acompañaré a la casa de esta mujer, ¿cuál es su primer nombre otra vez? él continúa

-Carmen, se llama Carmen y puedo cuidarme sola, ya no soy una niña.

-Sí, ¡pero aún tienes mucho que aprender y mi empresa no vendrá mal! Él dijo

Con eso le pido que me deje en paz porque no quería hablar con ella.

Al día siguiente decido ir a Carmen, John ya estaba en su auto esperándome, me uno a él y cuando salgo de mi casa, encuentro una rosa negra en mi puerta. Recojo la flor para comprobar si había un remitente, pero nada. Era solo una flor que había caído por arte de magia afuera de mi puerta, lo cual es más que extraño. Desconcertado, me uno a John con la flor en la mano

-¿A quién enviaste esta rosa? ¿El interviene?

-No pasé la noche contigo John, hola está en orden. Suspire mirándolo

- Llegas Verónica con una lamentable rosa negra así que "hola" no es lo más importante. Quién te lo envió. Él responde haciendo una señal a su conductor para que comience.

 

-Es lo más asombroso, es anónimo. respondí

-Bueno no te preocupes, creo que la persona está engañando. ¡Añade para tranquilizarme!

-¡Probablemente tengas razón!

Luego John toma la flor de mis manos y la tira por la ventana del auto mientras nos dirigimos a la casa de esta Carmen.

A pesar de que había estado de acuerdo con John, cuando me dijo que la persona estaba equivocada, esta flor me intrigó. Incluso si no fue para mí, quien puede poner rosas negras frente a la puerta de una persona ... Bueno, no es lo más romántico que existe.

Un cuarto de hora después, habíamos llegado y Carmen estaba sentada en su puerta, como esperándonos, como si supiera que yo regresaba.

-¡Así que volvamos sobre nuestros pasos! Interviene carmen

-Digamos que sabes cómo despertar la curiosidad de la gente. Dije mientras me acercaba a ella

-Y quién es él ? Pregunta mirando a John

-Soy un ángel de la guarda, ¡digámoslo así! Responde John

-¡Pues entra!

Nos invita a entrar en su casa, finalmente lo que queda de su casa. Ella era tan extraña pero intrigante. Su largo cabello blanco, la forma en que se paraba, hablaba, me miraba… Claramente no tenía ninguna confianza en ella.

Cuando regresamos a lo que queda de su modesta casa, me sorprendió su forma de vida. Esta casita de ladrillo y puntero contenía gatos pero lo más impresionante era la decoración de esta casa, que era terriblemente oscura y humilde.

-¡No tengo tu confianza, lo cual es normal! Dijo tomando una jarra llena de una infusión verde.

-¿Cómo confiar en una mujer que vive entre tres enormes felinos? John pregunta tomando a una de las bestias en sus brazos.

Ella sonríe mientras vuelve a llenar los vasos con su infusión antes de responder:

-Es solo té que obviamente no está envenenado. Ella agrega, colocando un vaso frente a mí y luego frente a John.

-No estoy aquí para tomar té, ¿qué es lo que realmente querías decirme? Pregunté yendo directo al grano

Sí, termina la buena educación, es decir la dirección, se sabía que estaba impaciente.

-Angela Altamira, no sabes desde que ... empieza

-Veronica mi nombre es Veronica. Respondí rápidamente

Miro a John con mi creciente preocupación. Esta mujer conocía mi verdadera identidad.

- Puede que sea viejo pero no soy ciego, te reconocería entre mil, te vi muy chiquita ...

- No sé de qué me quieres hablar. Yo repliqué

-¡Quiero ayudarte a vengarte de las bolsas de la compra! Ella dijo acariciando a uno de sus gatos

Esta mujer sabía muchas cosas y ya no valía la pena negar delante de ella que yo era Ángela, la única hija de los Altamira.

- Obviamente sabes muchas cosas pero quién te dice que necesito tu ayuda.

-¡Escucha, no son las Tote Bags las que mataron a tus padres, sino una Tote Bag, Célia!

-El problema es que a mi no me importa quien, solo sé que a todos les pagarán y no dejaré que nadie se interponga en mi camino ... Si te conviertes en un obstáculo, lo haré personalmente me encargaré de cavar tu tumba en medio de tu vivienda. Respondí presionando en cada una de mis palabras

-Tienes la determinación de tu padre pero debes saber que Célia Cabas está completamente loca, es una auténtica bruja, es la encarnación del mal, por sus venas corre veneno. Agrega Carmen

-Ella puede ser la encarnación del mal, yo soy malvado y la voy a destruir.

- ¡Quiero matarla! Réplica de Carmen

-¿Cómo planeas hacerlo? Apenas logras pararte sobre tus piernas. Juan interviene

-Verónica, Ángela o como te llames, esta mujer con muchos enemigos, digamos que soy una de esas personas. Ella afirma mientras barre su casa alrededor

-Se supone que debo confiar en ti, todavía crees en Santa Claus a tu edad. yo añadí

-Verónica, ¡sé lo que tienes que hacer para volver con sus familias! Carmen responde.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.