CAPÍTULO 01
"Tienes que tener a tus enemigos cerca de ti" ... Creo que el hecho de instalarme frente a la casa de los Cabas define perfectamente este refrán.
Observo la villa, aspirando así comenzar mi larga venganza y terminar poco a poco con ellos. En otras palabras, la destrucción de esta familia. Me vuelvo hacia John, que me miraba con las manos en los bolsillos de su largo abrigo negro. John es la única persona en la que confío, no era un diluido ... Este hombre tenía la clase:
-Tan feliz con tu nuevo hogar. Me pregunta con esa sonrisita en la comisura de los labios
-Estoy embriagado de alegría, más que encantado en el colmo de la alegría ... Escucha, no hay tiempo para contemplar la extraordinaria arquitectura de estas villas, tenemos trabajo. Respondí decidido antes de poner mis tacones en el brillante piso de parquet de mi nuevo hogar.
Me sigue al interior mientras uno de sus secuaces llegaba a casa con mi docena de maletas.
Durante muchos años preparé meticulosamente mi venganza, está claro que cuando estaba frente a Celia, ella no me iba a poder reconocer porque no tengo nada que ver con la rubita que logró salir de esta casa en llamas después de presenciando los asesinatos de sus padres
-Piensas hacer lo que Verónica para empezar, secuestrar a Célia Cabas y orquestar su vertiginosa caída desde lo alto del "Empire State Building". John responde mientras camina por la casa.
-Una muy buena idea, debería escribirlo. Agregué en serio
-Fue irónico ... En primer lugar, para empezar, serás discreto, es decir, evitarás cualquier cosa que sea "una caída vertiginosa desde lo alto de un edificio del Empire State". Agrega John
John era conocido por su paciencia y su capacidad para analizar una situación a la perfección, pero yo no lo soy en absoluto. Aunque quiero una muerte lenta y dolorosa para Celia, tenía muchas ganas de comenzar mi venganza con una gran primicia.
Suspiro mientras recupero un archivo que contiene hojas de información sobre los miembros de la familia de las bolsas de la compra. Me sale la foto de Fernando Cabas, el hijo mayor de la familia ... Ya sabes el que tenía veintisiete años cuando asesinaron a mis padres. Se parecía terriblemente a su padre, Víctor Cabas.
-John mira, Fernando es la viva imagen de su padre ... Es increíble. Suspiré, mostrándole la foto de Fernando.
-De tal palo tal astilla. Él suspira
Dejé la foto sobre la mesa mientras John daba instrucciones a sus secuaces para montar la casa. Me siento en silencio en la silla para reflexionar sobre la suerte que tuve de tener a John a mi lado.
Todo el mundo pensó que era John Monro, presidente y director ejecutivo de una empresa de transporte internacional, pero creo que se han olvidado de especificar qué tipo de carga.
Para que conste, conocí a John hace nueve años, tenía entonces dieciséis, estaba cometiendo todos los delitos ... Drogas, sexo, alcohol y otros. Estaba enojado con todo el mundo por la vida fácil que mis padres adoptivos estaban tratando de ofrecerme.
Una noche estaba completamente bajo los efectos de la cocaína, totalmente adicto, estaba a punto de cruzar al otro lado, quería terminar con mi estúpida y miserable vida. Esa noche, cuando casi me quedo allí y ciertamente comencé mi viaje al infierno, John me encontró e hizo todo lo posible para salvar mi vida.
Pasé varios meses en el programa de cura que John había creado. Sufrí el martirio por falta de mi dosis diaria de drogas. Pero gracias a John pude salir de ella, hizo de mi debilidad una verdadera fortaleza mental pero también física para superar todos los obstáculos que se interponían en mi camino.
Por tanto, era lógico que le contara mi historia y mi deseo de venganza. Me juró ayudarme y cuidarme. Le debo absolutamente todo, me enseñó a empuñar un arma, el arte de la manipulación, avivó mi sed de venganza.
Al día siguiente, fui a mi antigua casa, donde murieron mis padres. Llego quince años después y no encuentro nada, no queda nada. No sé exactamente qué quería encontrar, pero me dolió ver mi casa inexistente, en total ruina, invadida por ratas y cucarachas.
Me agacho para recoger estos ladrillos que representaban las paredes de mi casa donde pasé los primeros diez años de mi vida. Examino el local antes de entrar fácilmente al jardín ya que las vallas ya no existían.
Todavía podía verme jugando con mi madre en este jardín. Estoy paseando por estas ruinas cuando llega una anciana y me interrumpe ...
-¡Qué haces aquí, es propiedad privada! Ella interviene
-No hay nada muy privado en esta propiedad. Suspiré, dándome la vuelta.
-¡Esta casa no ha sido habitada durante quince años! Responde esta anciana que apenas podía hablar.
- ¿Y dónde están los dueños? Pregunté, fingiendo no saber nada.
-Murieron en un incendio, eran gente rica, conocían a una niña que nunca más se volvió a ver. Responde a esa anciana.
-Oh 'terrible historia… agregué la mirada escondida detrás de mis lentes de sol.
-Qué haces aquí, no me digas que quieres construir una casa en este barrio casi maldito. Ella responde
-Uh, absolutamente no, me equivoqué de dirección. Yo afirmé
Ella me mira de pies a cabeza, callada, había ese misterio que rodeaba a esta mujer que llevaba un vestido largo negro.
-Tu cara, tu voz me recuerda a Patricia. Ella responde después de unos segundos de silencio.
Patricia era el nombre de pila de mi madre ... Me estremezco al mirarla. Pero, ¿quién es esta mujer y cómo conoce a mi madre?
Lo que me acababa de decir no ayudó. ¿Cómo podía compararme con mi madre cuando no me parecía a ella? Había cambiado completamente mi apariencia.
Tuve que recomponerme y no dejarme desestabilizar por esta anciana:
- Lo siento, pero ¿quién es Patricia? Digo, fingiendo no entender nada.
-La mujer que murió en el incendio. Ella responde con calma
-Lo siento pero creo que seguro que te estás volviendo loco viviendo solo en este barrio.
-No señora, tengo toda la cabeza y hace quince años que espero este momento, ¡quince años que callo! Ella responde acercándose a mi
-Pero de qué están hablando y por qué me están diciendo esto ...
-No existe el azar, y no viniste aquí por casualidad.
La miro antes de dirigirme a mi coche para salir de aquí rápidamente. Oh, en general, no debería haber venido aquí:
-Vivo en la casa de enfrente y tengo mucho que decir ... ¡Me llamo Carmen! Ella agrega mientras me subía a mi auto.