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"CAPÍTULO 5"

Marcus observó fijamente su rostro, había palidecido, luego sus ojos parecían haber perdido toda expresión, parecían transparentes, vacíos, sin vida. Los labios de Linda temblaron un poco, al igual que su voz.

-¿Qué has dicho, Marcus?

-Está embarazada, Linda. . . no sé cómo ocurrió. . .

-Está embarazada y no sabes cómo ocurrió. . . ¿no me digas que no sabes cómo se hace un bebé?- no era que ella pensara que estando casado no se acostara con Margaret, pero darle un hijo le destrozaba el alma, porque a fin de cuentas Margaret tenía de Marcus, todo lo que a ella le negaba; matrimonio, estabilidad, seguridad, una familia, su tiempo, y ahora un segundo hijo, cuando tan solo unos días atrás se había negado a la posibilidad de darle un hijo a ella.

-Linda. . . mi amor. . .

-Oh Marcus – gimió- vas a tener otro hijo con Margaret.

-Linda. . . yo. . .

-Estoy cansada de esto Marcus, llegue a mi límite, estoy harta de que Margaret tenga todo, mientras que yo no tengo nada. . . absolutamente nada.

-Linda por favor. . . –dijo realmente quebrantado, lo veía en sus ojos, lo leía en su expresión, lo adivinaba en sus palabras, en las lágrimas silenciosas que resbalaban por sus ojos. . . Linda no lo perdonaría y él no soportaría perderla.

-No Marcus. . . esta vez has ido demasiado lejos. . .te pedí un hijo y me negaste la posibilidad de ser madre, pero a Margaret se la otorgas sin complicaciones, no merezco todo el daño que me causas, no he hecho otra cosa más que amarte, que entregarme completamente a ti, no he escatimado en nada, te he dado todo y. . .¡ es así como me pagas! – Marcus quería que Linda gritará, que rompiera una vajilla, que maldijera, que lo humillará, su tono frio y sereno le asustaba, no era bueno que Linda se comportará así, era muy mala señal.

-Lo siento cariño, he intentado evitar mantener relaciones con ella, pero no podía seguir esquivándola, comenzaba a sospechar, de hecho me pregunto si estaba teniendo una aventura, y para evitar más sospechas. . . bueno sabes lo que intento decir.

-Lo sé perfectamente Marcus, la consecuencia ha sido un hijo, esto nos termina separando irremisiblemente.

-No cariño, no por favor- rogó desesperado- no podría vivir sin ti Linda, no sé hacerlo.

-Tendrás que aprender a partir de este momento- sentenció.

-Linda no, por favor- intentó tocarla pero ella retrocedió esquivándolo, evitando así el contacto.

-No te atrevas a tocarme nuevamente Marcus Álvarez, aquí termina todo, quiero que salgas de mi vida y jamás vuelvas a buscarme.

-No Linda no, por amor a Dios, no me hagas esto, me estas matando.

-Pues tu acabas de hacer lo mismo conmigo, me has matado con tu noticia.

-Puedo repararlo cariño.

-¿Ah sí?. . . ¿cómo Marcus?

-Dejaré a Margaret, hoy mismo traeré mis cosas aquí, me mudaré contigo cariño. . . la dejaré, te juró que la dejaré hoy mismo.

-No Marcus, estas equivocado, esa no es la solución, si dejas a Margaret, no sé dónde iras, porque no te quiero ni en mi vida, ni en mi casa- sentenció.

-Lucharé por ti Linda, te amo, no voy a perderte.

-Ya me has perdido - sentenció

-¡No!. . . me niego a resignarme. . . este no puede ser el fin- decía con desespero mientras sus manos vagaban ansiosas por su cabello.

-Lo es Marcus, al menos el fin de nuestra relación, y el inicio de una nueva vida para mí. . . una vida en la que no estás tú.

-¡Maldición Linda!

-Vete Marcus, ya no hay nada que puedas hacer.

-Debe haber algo, una posibilidad, por pequeña que sea.- dijo a la vez que posaba ambas manos en su cabeza.

-No la hay.

-Pídeme lo que sea Linda – dijo con desespero en la voz, capaz de intentarlo todo por no ser apartado de su lado.

-Solo quiero que te vayas – las abundantes lágrimas, bañaban su rostro, siendo la mayor muestra del desgarrador dolor que sufría.

-Estás siendo intransigente.

-¡Vete Marcus!- gritó exasperada – vete y no vuelvas.

-No, no me iré. . . – se arrojó hacia ella para abrazarla, pero nuevamente Linda se retiró- te necesito Linda.

-¡Tu hijo te necesita!, ¡ tu mujer te necesita!,¡ tu familia te necesita!

-Linda. . .

-Jamás volveré contigo, Marcus. – dijo mientras abundantes lagrimas resbalaban por ambas mejillas – no seguiré perdonando tus fallas, no seguiré tolerando el dolor que me causas, ya no, me merezco algo mejor que eso. ¡Es hora de recuperar mi vida!

-Tú eres mi vida, Linda.

-No, no, no- dijo desesperada mientras agitaba las manos en alto.

-Te amo Linda, te amo cariño.

-¡Cállate Marcus!

-Linda perdóname cariño. . . saldremos juntos de esto.

-No te lo perdonaré jamás. Márchate ahora mismo de mi casa. – miró tanto dolor y tanta decisión en los ojos de ella, pero decidió intentarlo.

-Linda, la dejaré cariño. . . hoy mismo.

-Haz lo que quieras Marcus. . . pero no vuelvas aquí.

-Linda. . .

-Esta vez mi decisión es definitiva, Marcus – lloraba abundantemente y controlaba los fuertes sollozos que amenazaban con convulsionar su frágil cuerpo- no volveré contigo, hoy sales por esa puerta, a la vez que sales de mi vida, merezco algo mejor, merezco amor, respeto, entrega, fui tu amante durante ocho largos años Marcus, fui la otra, fui tu querida, te di mucho y recibí tan poco, toleré de todo Marcus, pero esto. . . esto ya es demasiado, vete de mi vida y vete para siempre, ¡nunca más seré la otra!, ojalá jamás te hubiese conocido- sollozó- es definitivo; vete y no vuelvas jamás- se miraron en silencio largo rato, ambos tenían los ojos empañados por las lágrimas, Marcus supo con certeza que este era el final y sintió que algo se desquebrajo en su interior, algo se había roto en él, y no sabía con certeza que era, solo supo que sentía morirse; quería morirse.

-Lo siento tanto.

-Te aseguro que no más que yo- dijo ella tristemente.

-Concédeme algo, Linda.

-¿Y te atreves a hacer peticiones?- lo miró frunciendo el ceño.

-Es la última- aseguró él, con mirada desolada.

-No estás en condiciones de pedir nada.

-Lo sé. . . pero aún así te pido que me concedas una última cosa, en nombre de esos ocho años de amor.

-¿Qué quieres Marcus?

-Regálame el último beso Linda, será el último- dijo acercándose y ella no retrocedió, ¿qué daño podría causarle un último beso? A fin de cuentas ya todo estaba perdido, él se acercó y le rodeo la cintura.

-Marcus. . .

-Será el último – y sin decir más reclamó sus labios en un beso lleno de sentimientos; pasión, amor, dolor, pena, nostalgia, impotencia. La amaba, realmente la amaba. Ella respondió ardientemente, le dolía el alma, quería aferrarse a él y no perderlo jamás, pero la realidad es que Marcus jamás había sido suyo, su respiración comenzaba a ser irregular, fue ese preciso momento cuando ella interrumpió el beso

-Es todo Marcus – dijo jadeante

-Oh por Dios- gimió él -No quiero irme- le susurró en los labios- te amo más que a la vida misma.

-Marcus – ella le miró directamente a los ojos, que comenzaban a llorar nuevamente- dijiste que sería el último, debes irte. . . ya. . . ya no hay nada que hacer.

-Por favor. . .

-Vete por amor a Dios, termina de irte - le dijo mirándolo fijamente, él la soltó y se alejó lentamente de ella, encaminándose a la puerta, la abrió y luego se giró hacia ella.

-Te juró Linda que te amo y que jamás amaré a nadie como lo he hecho contigo. . . te amaré hasta el último de mis días.

-No vuelvas – le gritó cuando la puerta se cerraba, no soportaba la idea de que fuera él quien dijera la última palabra. Al quedarse sola Linda se desmoronó, los fuertes sollozos hacían convulsionar su cuerpo.

¡No era justo!. . . ¿por qué le ocurrían esas cosas a ella?

Se dedicó a llorar inconsolablemente, Marcus se había ido y con él gran parte de su vida.

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