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ISABELLA
No sabía cómo le había hecho para evadir las autoridades hasta este momento y no sólo eso, sino que también había llegado como si nada a la universidad, sabía que Amanda se traía algo malo entre manos y yo caí en su juego como una simple corderita. intenté darme la vuelta para salir corriendo, pero Amanda obstaculizaba mi paso.
—¿Donde crees que vas?—Amanda sonreía de una forma malévola—apenas estamos llegando y ya te quieres ir de acá, ¿no crees que es de mala educación ignorar a una persona?
—Así es, Isabella, ¿acaso quieres dejarme plantado acá? deberías de sentirte afortunada de que te viene a visitar hasta tu propia universidad o mejor dicho a la universidad que los dos veníamos— Trevor empezó a acercarse de forma sigilosa, tan solo su presencia me daba demasiado miedo, su rostro se miraba muy deteriorado por las drogas y por las tantas cosas que le pasaban por su cabeza, este chico estaba loco de remate y una vez más sentía que mi vida estaba corriendo mucho riesgo.
—¡Por favor no me hagas nada, te lo suplico!— mi cuerpo empezó a temblar de los pies a la cabeza, me sentía impotente ante ellos dos, no podía hacer absolutamente nada porque sabía que todo esfuerzo que pudiera a hacer sería en vano.
—No te preocupes, si viene hasta acá no es para hacerte daño, sé que llevas un bebé en tu vientre y créeme que es lo único que te puede salvar en este momento, aunque creo que a mi amiga le gustaría hacerte muchas cosas y creo que a ella no le importa que tú estés embarazada— Trevor me tomó de las dos muñecas, Amanda me respiraba en mi oreja, mi corazón empezaba a palpitar mucho más de lo normal.
—Te dije desde un principio que no te metieras conmigo, mucho menos con mi novio, pero al parecer siempre te gusta llevar la contraria, tampoco me puedo olvidar del golpe que me diste en la cara, ahora estás acá sola e indefensa, podríamos hacer lo que quisiéramos contigo— pude sentir cuando las manos de Amanda empezaron a deslizarse sobre mis piernas, esta chica estaba mal de la cabeza, no sólo era impulsiva sino que también tenía inclinaciones sexuales hacia las mujeres.
—No me hagas nada por favor, sé que te hice mucho daño y que todo el tiempo que has pasado prófugo no ha sido una vida muy buena que digamos, si pudiera hacer algo para compensar el daño que cause lo haría sin pensarlo, pero por favor no me lastimes, piensa en el bebé que llevo dentro, él no tiene la culpa de todo esto— algunas lágrimas empezaron a rodar sobre mis mejillas, tenía mucho miedo especialmente por el bebé, mi sufrimiento era él, por supuesto no quería que me quitaran las ilusiones de ver ese pequeño rostro frente a mí
—Está bien— Trevor soltó mis muñecas poco a poco —Amanda aléjate un poco de ella—le ordenó—hace mucho tiempo teníamos nuestras diferencias, pero ahora las cosas son muy diferentes, ya no me interesa hacerte daño, pero creo que tú puedes ayudarme en algo— ambos se volvieron a ver, parecía que ellos dos tenían un plan entre sí.
—Está bien, haré lo que me pidas—empecé a secarme las lágrimas con el cuello de la camisa.
—En primer lugar quiero que traigas dos millones de dólares en efectivo, no quiero que hagas preguntas, no quiero que le digas a nadie excepto a tu querido esposo que es quien me los va a dar, tampoco quiero que le digas a la policía, simplemente necesito el dinero para largarme muy lejos de acá, para mí no ha sido nada grato estar huyendo días, semanas, meses... si tú cumples el trato a como te lo estoy diciendo créeme que no te voy a volver a molestar más en tu vida y a tu bebé, puedas hacer lo que te plazca, pero si tú me llegas a fallar y me doy cuenta qué has hablado créeme que voy a asignarte a ti, a tu bebé y a tu esposo, no me importa si tiene tantos hombres cuidándote, tú sabes muy bien que eso no es obstáculo para mí y que puedo llegar hasta donde yo quiera, por cierto está muy bonita tu casa frente al mar— me sonrió acariciando mi cabello, me di cuenta que Trevor siempre me estaba vigilando y que hablaba en serio, pero creo que era la única forma de liberarme de él.
—Lo haré, te prometo que no le voy a decir a nadie y que tu dinero lo vas a tener en tus propias manos, pero ahora déjame irme de acá— volví a ver a Amanda, en estas circunstancias creo que le tenía más miedo a lo que ella me pudiera hacer que lo que Trevor tenía en mente.
—Perfecto, el dinero lo quiero mañana a las siete de la noche, no quiero ni un minuto menos ni un minuto más, cualquier error que llegues a cometer tu bebé pagará las consecuencias— sacó una pistola de su bolsillo y me apuntó directamente a mi panza— tan sólo puedo tirar del gatillo y se acabaría toda tu ilusión de ser madre, pero no te preocupes soy un hombre de palabra siempre y cuando tú cumplas con la tuya.
Respiré profundo y dejé salir el aire que tenía comprimido en mi pecho, los nervios se apoderaban de mí, pero necesitaba tranquilizarme, al llegar a casa tendría que hablar con Harry.
—Hay algo que me gustaría también que tú hicieras—Amanda frunció el ceño—Quiero que esta chica me deje de molestar— Ella por poco se abalanza sobre mi.
—¡Quieta, Amanda!—le ordenó— está bien, ella no volverá a molestarte, puedes estar segura de que eso no volverá pasar.
—Está bien, mañana te traeré tu dinero a esa hora— me sentí un poco más aliviada ahora que sabía que también ella se mantendría alejada de mí, no era porque le tenía miedo, simplemente todo lo hacía pensando por el bebé.
Trevor se dio la vuelta, empezó a caminar hasta perderse de mi vista. Mientras tanto Amanda y yo regresamos a la universidad, ir caminando a la par de ella me daba miedo, especialmente si ella intentaba hacer alguna locura.
—Tienes mucha suerte que Trevor no quiso hacerte nada, en mi caso yo hubiera aprovechado ese tiempo para hacerte de todo, pero veo que todo confabula a tu favor, debes de mantenerte con mucho cuidado, Isabella, te estaré vigilando todo este tiempo así que no intentes hacer ninguna locura— llegamos a los pasillos y cada quien tomó su rumbo diferente, necesitaba buscar a Harry, era lo único que me importaba en este momento.
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—¿Dónde estabas, Isabella?—Harry me encontró rumbo al aula— te estuve buscando durante mucho tiempo, estuve preguntando a tus compañeros y nadie te pudo ver, no me gusta cuando te pierdes de esa forma.
—Me perdí por una buena razón, pero me gustaría hablar un asunto muy importante contigo en casa, luego que termines de dar las clases me gustaría que vayamos— lo quedé viendo directamente a los ojos, nuestra relación ha sido de esas relaciones con muchos obstáculos, pero a su vez nos ha llenado de mucha fortaleza y hoy en día tenemos un amor indestructible.