Capítulo dos.
Me encuentro en la oficina de mi jefe, y esta que no se la cree, porque he aceptado la oferta de trabajo.
— Haber Mariam ¿Cómo es que no lo pensaste y decides aceptar? Bueno yo estoy feliz con tu respuesta, pero jamás imagine que dirías que si, pues te casaras pasado mañana, al menos que... Hay algo de lo que me perdí y no estoy enterado. — estoy a punto de contestar cuando entra su esposa.
— Hola cariño ¿Cómo estás? Perdón por interrumpir. — le dice a su esposo dándole un beso.
—Oh Mariam cariño ¿Cómo estas? —me pregunta, observándome también, como lo hizo el señor Wilson cuando entré.
— Hola señora Wilson, bien y ¿usted? — le respondo con otra pregunta, pero ella es la más observadora entre este par.
— Bien cariño, pero tu no te ves bien, ¿Te pasa algo? Y no intentes engañarme, que tengo dos hijos y se perfectamente cuando algo les pasa. — suspiro, sabía que esto pasaría
— No habrá boda —les digo y la señora Wilson se sienta junto a mi.
— mi niña, dínos que pasó, sabes que puedes contar con nosotros — trato de sonreírles, pero puede más ni nudo en la garganta al recordar a Samuel en la cama con otra mujer.
—Yo... Solo me di cuanta, que Samuel no es para mi y yo no soy para él, así que he decidido cancelar la boda y aceptar la propuesta de irme a trabajar a Londres — ella me mira extrañada, creo que todavía no sabía de la propuesta.
— ¿Londres has dicho? — pregunta y asiento con la cabeza. Ella mira a su esposo, buscando una explicación.
—¿A que se refiere Antony? — le pregunta a su esposo.
—Le he propuesto que vaya a trabajar a Londres, y ella a aceptado. — le responde él y ella me mira a mí.
—¿Estás segura de eso? — me pregunta, y yo asiento con la cabeza.
— Sí, creo que es lo mejor, y no hay marcha atrás sobre mi decisión.
— Bueno si eso es lo que has decidido, te apoyamos. — me dice ella entendiendome a la perfección.
— Mariam puedes irte a casa, le dire a uno de tus compañeros que termine lo que te falta deja todo en tu escritorio. — dice mi jefe y yo trato de replicar.
— Pero señor Wilson...
— Pero nada, has caso Mariam es lo mejor, asi como estás, dudo mucho que te concentres - me dice la señora Wilson, interrumpiendome, y apoyando a su esposo es esta decisión.
— Esta bien, entonces me retiro, permiso. —
Salgo de la oficina de mi jefe con un enorme nudo en la garganta, voy a mi oficina dejo todo como me lo pidió mi jefe, antes de salir enciendo mi celular, esta invadido de llamadas de Samuel, pero también de mi hermano, le mando un mensaje diciéndole que voy a verlo, también le mando un mensaje a mis amigas para que las vea en la noche.
Tiempo después llego al imponente edificio, entro y todos me saludan, llego hasta el último piso, la secretaria de mi hermano me dice que él ya me esta esperando, yo solo asiento y toco la puerta y después de que me deja pasar, entro él se encuentra viendo la ciudad desde la ventana con sus manos en los bolsillos, en cuanto escucha la puerta cerrarse voltea a verme, pero lo que ve, es a su pequeña hermana aguantando las ganas de llorar desesperadamente él corre a abrázame.
- Mar, chaparrita ¿Qué te pasa? Dime ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué pasa pequeña? - me lleva al sofa para sentarme.
Escucho sus preguntas y yo por más que intento llorar no puedo, el nudo en mi garganta se hace más grande, pero no puedo hacerlo explotar, intento hablar.
— yo... No.... No voy a casarme con Samuel, lo encontré revolcándose con otra y le decía cuanto la ama, soy una estúpida, he sido una estúpida todo este tiempo
-¡Que!!! Que has dicho Mariam, ese estúpido, se atrevió a engañarte, ese idiota no sabe con quien se metió — mi hermano me abraza aún más.
— No Robert, por favor no hagas esto mas grande, solo ayudame a cancelar la boda por favor — él me aparta, para mirarme.
—Por dios Mariam, no lo defiendas. — niego con la cebaza porque no es así.
— No, claro que no lo defiendo, no se merece que lo defienda, solo quiero que esto acabe, y me ayudes a hablar con nuestros padres, si yo lo hago mamá me dirá que no quiere un escándalo. — terminó de decir eso y se queda pensando, sabe que tengo razón, nuestros padres son medio especiales, y más mamá ella estará en contra de que cancele la boda.
— Pequeña tienes razón, mamá se pondrá furiosa al saber que cancelas la boda, pero se que entenderá tus razones. — alzó y a ceja, sabiendo que esta equivocado, si piensa que mamá entenderá.
— Y que tal si no lo hace, y aún así quiere que continue.
— salgamos de la duda, les llamaré para decirles que no vengan.
— Está bien — le contestó, y él le marca a papá y pone el altavoz, al segundo tono nuestro padre contesta.
—hola hijo, como estas, ¿todo bien por allá? — pregunta nuestro padre, supongo que le extraña que Robert le llame a estas horas.
— Bien papá, todo está bien o bueno algo bien. — dice Robert, logrando así preocupar a nuestro padre.
— Por dios Robert, que pasa ¿Tu hermana está bien? ¿Tú y tu esposa están bien? — escuchamos la voz preocupada de nuestro padre, tanto mi padre como mi hermano me quieren demasiado, pero mi madre es otro caso diferente, aunque hace algunos años descubrí la razón y ellos no saben que sé toda la verdad, es por eso que decidí salir a delante sola y trabajar por mi propia cuenta.
—tranquilizate papá, mamá ¿está contigo? — pregunta mi hermano.
— Ya viene ¿Qué es lo que pasa Robert? ¿Por qué tanto misterio? — pregunta nuestro Padre y yo entierro mis uñas en mis piernas de lo nerviosa que estoy no se como reaccionara nuestra madre.
— ya esta aquí, dinos ¿que es lo que pasa?— pregunta de nuevo.
Mi hermano suspira antes de decirles el motivo de la llamada — padres, Mariam no se casará, la boda se ha cancelado.
— ¡Que! — grita nuestra madre. — ¿Cómo se le ocurre semejante estupidez? ¿Cómo va a cancelar la boda a dos días de ella? — pregunta y mi hermano trata de tranquilizarla.
— Tranquilízate mamá, ella tiene sus razones. — dice mi hermano y nuestra madre bufa.
— Razones Robert ¿Qué razones? — mi padre pregunta - ¿Qué es lo que pasó para que ella tome esa decisión? ¿Qué le hizo ese idiota? Mariam no sería capaz de hacerlo, si no hubiera una fuerte razón para eso. — dice mi padre y mi hermano se vuelve a enojar
— El muy imbecil la engaño papá, Mariam lo encontró en la cama con otra.
—¡Qué! Ese idiota se atrevió a engañar a mí pequeña ¿cómo pudo hacerle eso a mi princesa?
— por dios Roberto, tu hija solo está siendo dramática, de seguro solo fue un desliz de Samuel y nada más.
— Alice, escuchas lo que dices, acaso no te importa lo que tu hija está sintiendo en este momento.
— sabes lo que dirá la gente si se cancela la boda, estaremos en los titulares Roberto, no quiero ser el hazme reír de todo la ciudad.
— ¡Ya basta! — dicen los dos al unísono mi hermano y mi padre ya están muy enojados
— te importa mas el que dirán, que la felicidad de nuestra hija, Alice de verdad te estas escuchando — escucho a mi padre y yo suspiro, sabía que nuestra madre se enojaria.
—¿dónde está tu hermana Robert? — mi padre pregunta por mí y yo contesto - aquí estoy papá.
— princesa, no te preocupes, esa boda está mas que cancelada, ya mismo nos regresamos para allá... — interrumpo a mi padre inmediatente — no papá, no es necesario que cancelen su viaje por mi, porque yo no estaré aquí. — mi hermano me mira con ojos de sorpresa al escucharme.
—¿que has dicho Mariam? ¿Cómo que no estarás? — preguntan ambos.
— la empresa para la que trabajo a vendido su filial y se mudara a Londres, algunos compañeros y yo nos iremos para allá a seguir con nuestro trabajo.
— Mariam mi pequeña princesa ¿estas segura de esa decisión? — pregunta mi padre y yo asiento con la cabeza.
— si papá, no se preocupen por mí, creo que es lo mejor, así Samuel no puede acercase a mi y yo podré olvidar todo esto.
— si estas segura de eso, te apoyo princesa. Robert busca un departamento para tu hermana en Londres.
— No papá, no necesito eso, no planeo quedarme mucho tiempo, bueno aún no lo sé, y mis amigas y yo rentaremos uno allá entre las tres.
— Mariam deja que tu hermano se encargue de tu estancia en Londres, y avisame cuando sales para allá, se que eres una mujer muy necia y no quieres que volvamos, te haré caso solo por esta vez entendido.
— esta bien papá, te haré caso. — digo eso para tranquilizarlo y ahora solo me quedará convencer a mi hermano para que no haga nada mas que ayudarme con lo de cancelar la boda.
Terminamos la llamada y por mi cara mi hermano sabe lo que le diré. — no Mariam, has escuchado a nuestro padre y no puedo desobedecerle.
— vamos Rob, no le diré nada él no tiene que enterarse, sabes bien que me gusta ser independiente, por favor no hagas nada.
Mi hermano se resigna. — esta bien pequeña, haré lo que tu quieres, ahora deja llamo a Katie para que nos ayude total ella sabe todos los detalles de la boda.
Yo asiento y esta apunto de llamarla cuando ella entra al despacho - hola mi amor. — saluda a mi hermano y después se dirije a mi. — cuñis, que tienes porque esos ojitos apagados. — le sonrío un poco. —siéntate Katie tenemos que hablar. — ella pone una mirada seria.
— ¿Qué pasa? — pregunta ella, mi hermano suspira y le cuenta todo y ahora ella está molesta, pero mi hermano la tranquiliza diciéndole que no puede agarrar corajes porque le hará daño.
Ahora los miro yo con cierto desdén - ¿Qué es lo que le pasa a Katie? — pregunto yo y ellos se miran el uno al otro. — nena, yo tengo que darte una noticia, queríamos esperar a decirla después de tu boda, pero como ya no habrá te lo diré. Serás tía querida, vamos a ser padres.
Realmente hay algo bueno de todo lo que me paso este día. — felicidades a los dos, sé cuánto buscaban tener un bebé. — abrazo a los dos me da gusto por ellos, seré tía que buena noticia, por fin algo bueno.
Después de eso pasamos toda la tarde encerrados haciendo llamadas, quien mejor que Katie para ayudarme con eso ella misma había mandado las invitaciones.
Después de hacer las llamadas salí de ahí rumbo a mi casa, justo acababa de llegar cuando suena el teléfono y sé quien es. —hola mamá. — ella está furiosa. — Mariam te das cuenta de lo que has hecho, te reusaste a trabajar en la empresa de la familia encontrá de mi voluntad, y ahora cancelaste la boda solo por una estupidez.
— ya basta mamá, no voy atar mi vida a un hombre que me engaño durante mucho tiempo y de seguro lo seguirá haciendo, no quiero eso para mi vida, ya les dije que no se preocupen, por eso me iré también.
— No seas necia Mariam, ponte a pensar en que todo mundo hablara, ya todo está listo, para el sábado.
— No me importa mamá, sabes que nunca me ha importado, así que haste a la idea, porque no me voy a casar, el lunes me iré de aquí, así que las personas lo olvidarán.
— eres una mal agradecida.
— mamá ¿porque no puedes simplemente apoyame? ¿porque siempre estás en mi contra? ¿que hice para que no me quieras? — ella bufa y nada mas dice que estoy loca y cuelga.
•••
Después de contarle todo a mis amigas están molestas.
— lo sabía, sabía que es tipo no era para ti y tu defendiendolo siempre. — dice Natalia enogada.
— es un maldito desgraciado, espero que no venga a buscarte, porque soy capaz de hecharle una cubeta de agua fría, si no es que primero le aviento una maceta. — que culpa tiene mi maceta. — le digo y ella suspira — tienes razón.
Y como tal lo había pensado, ahí estaba él insistiendo al vigilante para que lo dejara pasar, pero yo le deje muy en claro que no quería verlo así que no me preocupo.
Decidí irme a la casa de mi hermano, ahí Samuel no intentará acercarse, mis amigas me ayudan con mi maleta, tengo planeado salir de la casa de mi hermano a Londres, estamos metiendo mis maletas al carro cuando veo que se acerca a nosotras la madre de Samuel.
— Mariam, hija ¿podemos hablar?
— váyase de aquí señora ya ha hecho suficiente su hijo. — contesta mi amiga y yo cierro mis ojos y trago saliva.
— No tenemos nada de que hablar señora.
— hija por favor, perdona a Samuel, se equivoco, estoy segura que no lo volverá hacer - suelto un risa, por dios me cree estúpida o que, como se le ocurre decir que su hijo se equivoco, si supiera todo lo que escuche y no he dicho aún.
— por favor señora Sara no lo defienda, sé que es su hijo y lo va a defender, pero a mi ya se me quito lo estúpida y no creo nada de lo que dice o que tenga que decirme, no sean cínicos por favor y déjenme en paz.
— Mariam, por favor mi hijo te ama.
— me ama, usted dice que Samuel me ama...
Estoy a punto de decir todo lo que escuche cuando Samuel sale de su escondite - Mariam por favor, tenemos que ha... - no dejo que termine y le propinó una cachetada, no sé de dónde saque fuerzas, por que mi mano se ha quedado marcada en su rostro.
— Mariam se que me lo merezco, pero escuchame, yo te amo mi princesa...
— jamás Samuel, jamás vuelvas a llamarme así esto se termino o quieres que te recuerde todo lo que dijiste hace un rato.
— mi amor por favor se que me equivoque, pero yo te amo a ti solo a ti.
— Aja y que dijiste le endulzo el oído y esta estúpida cae de nuevo. No Samuel, dije que esto entre tu y yo se acabó.
— chaparrita entiende, fui débil, pero te prometo que no lo volveré hacer, te lo juro mi amor, por favor no me dejes.
— eso lo hubieras pensado antes de ponerme el cuerno, y no ahorita, así que ya todo está dicho Samuel déjame en paz.
Él se enoja - jamás Mariam, jamás te desharas de mí, porque sólo serás mía y de nadie más.
Alzo un ceja. — así, no me hagas reír. — es lo único que le digo y ya que todo está en el auto salgo de ahí junto con mis amigas ellas me llevan a la casa de Robert.
•••
Es lunes por la mañana y estamos en la empresa, afortunadamente el señor Wilson, me permitió irme antes, Natalia, Mel y yo acordamos en rentar un departamento entre las tres en Londres, yo me iré hoy en la noche junto con mi pequeña traviesa, a ella no la dejo par nada del mundo, hemos podido evitar a Samuel, sigue insistiendo, y tal como mi madre lo dijo, las personas han hablado demasiado de mi. Yo que siempre había sido una persona de bajo perfil, a pesar del poder que mi familia tiene aquí, pero bueno, solo espero que todo esto no repercuta en la empresa, porque si es así, mi madre no me lo perdonará nunca. Trate de dejar ese tema por un lado ya después veré que hago.
El día de ayer las tres anduvimos navegando en una página de Internet, para conseguir a un corredor de bienes raíces, y lo conseguí tengo una cita con ella para el miércoles, según esto nosotras vimos un departamento que nos encantó y con nuestro sueldo podremos pagarlo. No tenemos que preocuparnos por amueblarlo, ya que es un edificio nuevo y ya cuenta con todo solo falta ver si nos gusta.
El tiempo se me pasa muy rápido saco mis maletas y mi hermano y Katie me esperan para llevarme al aeropuerto.
— Pequeña, promete que si hay algo mal me avisaras y tomare el primer avión para ayudarte, sabes que te quiero mucho eres mi hermanita y te adoro.
Sonrío — lo sé hermanito, sé cuánto me quieres y no te preocupes no estaré sola Nat y Mel estarán conmigo, y prometo llamarte siempre para que esté tranquilo además tienes que pensar en tu bebé, yo estaré bien.
Me da un abrazo y se aparta, para que Katie se despida de mi — te voy a extrañar nena, por favor no te olvides de nosotros.
— eso nunca los amo y también amo a este pequeñín. — le digo eso con mi mano en su estómago. —bueno es hora de irme te llamo en cuanto aterrise.
Mi hermano asiente y Katie chilla, sus hormonas la vuelven sensible, me pierdo en el pasillo y subo al avión, veremos que me espera en Londres, de lo que si estoy segura es que ya no soy la misma de antes y no dejare que nadie juegue de nuevo conmigo.