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Capítulo 3 Un día de mierda (II)

Cuando la canción finaliza una sonrisa triste esta dibujada en mis labios y mis ojos pican y arden por las lágrimas en ellos contenidos.

– Mierda – susurro secando con rapidez la lagrima que acaba de escaparse – maldita sea – digo con frustración y suelto un puñetazo sobre el volante – maldita sea Niko – vuelvo y golpeo el volante esta vez con más fuerza – ¿Por qué demonios tuviste que haberte ido? – suelto entre dientes.

Mientras avanzo bajo la lluvia, con el recuerdo agobiando mi cabeza y el creciente nudo en mi garganta amenazando con asfixiarme. Había decidido ir a casa, pero después del puto recuerdo y de toda la mierda que ha pasado hoy lo único que quiero hacer es olvidarme de quien soy, quien es mi hermano y que no está.

Tomo la primera salida que consigo y me dirijo al primer bar que encuentro abierto, estaciono frente a él, respirando agitadamente, porque es Lunes y no debería estar haciendo esto, mañana tengo clase y no debería hacer algo estúpido iniciando el semestre, pero una vez más la risa de Niko golpe mi cerebro y desciendo bajo la lluvia, ni siquiera me molesto en caminar de prisa.

Para cuando entro al bar, estoy lo suficientemente mojado como para pescar una pulmonía, pero me vale, me dejo caer en uno de los bancos frente a la barra y pido una cerveza, el tipo la coloca frente a mí y de un trago bebo entera la mitad, la dejo una vez más sobre la superficie y suspiro. No debería beber, no hoy, pero ignoro esa vocecilla molesta que dice que debo parar.

Continuo una cerveza tras otra, no sé cuánto tiempo pasa cuando una linda chica se sienta a mi lado, me sonríe con picardía y elevo mis ojos al cielo, bueno al techo del puto bar y agradezco silenciosamente a Dios por ser un poco considerado y poner en mi camino a una linda chica para que la folle y así termine de olvidarme de este día de mierda.

– Hola – me saluda, haciéndome todo sumamente sencillo.

– Hola hermosa – la saludo levantando mi cerveza en su dirección, sus ojos se pierden en los míos, haciéndome saber que ellos ya están haciendo su magia o su maldición como sea.

Lo siguiente que estamos haciendo la chica y yo es besarnos con desesperación en el baño del bar, sus manos ávidas de tocarme se pierden en el interior de mi sudadera húmeda y mis manos muy audaces y curiosas ya presionan y masajean sus tetas.

– Eres sumamente ardiente – jadea en mi oreja y rio, mientras muerdo su cuello

– Aja – susurro, restándole importancia, solo quiero perderme en sus piernas

Mis manos buscan el botón de su pantalón pero me detiene, niega con la cabeza y con la respiración entrecortada susurra

– aquí no – la observo un instante y sonrió

– De acuerdo – entrelazo nuestras manos y la saco del baño, dejo unos cuantos billetes sobre la barra para pagar la cuenta de ambos y salgo del bar, ya no llueve pero el clima sigue siendo un asco

– ¿A dónde vamos? – pregunta con curiosidad

– A mi casa – suelto sin más, abriéndole la puerta del auto y dándole espacio para que entre

– está bien

Cuando entro al auto, su rostro me ve con deseo y sonrió, hoy parece un jodido viernes, pero no, es lunes y mañana tengo clases, pero a la mierda. Enciendo el auto y salgo de allí, con ella acariciando y besando mi cuello, conduzco con una sola mano mientras que la otra juguetea con su sexo sobre el ajustado pantalón que lleva.

Sus manos comienzan a masajear mí ya muy abultada erección sobre mi jean y la observo sonriendo

– ¿quieres chupármela? – le suelto sin ningún pudor y ella ríe

– ¿ahora? – pregunta con diversión

– No creo que aguantes hasta llegar – le digo con arrogancia y ella ríe, mientras sus manos comienzan a desabrochar mi correa, desabotona el pantalón y baja el cierre sin dejar de verme.

Por segundos fijo la vista en el camino y de regreso a la chica, que no tengo idea de cómo se llama, donde vive, ni quién demonios es, pero me importa tan poco que una vez tiene entre sus manos mi enorme miembro olvido que eso en algún punto debería importarme.

Sus manos comienzan a moverse de arriba abajo con lentitud, luego inclina su cabeza hacia delante, metiéndose en el espacio entre el volante y mi pelvis, sus labios rosan la punta de mi polla y cierro mis ojos un instante, vuelvo a fijarme en la vía mientras ella se lo introduce por completo en su boca.

La humedad en ella me hace jadear un poco, su cabeza comienza a moverse de arriba abajo, mientras mi mano libre hace un puño con su cabello y la guío, su lengua se mueve acariciando el tronco de mi polla causando ese cosquilleo clásico y sonrió

– ah, si así – la animo para que continúe, presiono hacia abajo haciendo que mi polla choque con el final de su garganta la siento hacer arcadas y la libero.

Ella separa su boca de ríe un poco, para luego volver a meterla en su boca, sus manos se unen a la fiesta y comienza a moverlas, de arriba abajo, su lengua lamiendo y rosando todo. Aparco el auto en el estacionamiento del edificio donde vivo mientras ella continua chupándola como si fuera la cosa más deliciosa del mundo, quizás lo sea, para ella.

– Llegamos – jadeo cuando sus manos se cierran con algo más de fuerza en mi polla y eleva su rostros para verme, limpia un poco de saliva que hay regada sobre su mentón y sonríe

– Genial, terminemos con esto en tu casa – sonrió, mientras regreso mi erecto miembro al interior de mi bóxer, arreglo mi ropa y ella ríe divertida.

La guio por el estacionamiento, pensando solo en una cosa en empotrarla contra alguna de las paredes de mi casa y hacerla gritar hasta que se corra. Mientras subimos en el elevador hacia mi departamento, los besos son cada vez más intensos y sexuales, mis manos están dentro de su pantalón tocando la humedad de su sexo cuando las puertas se abren y ella jadea.

Sin dejar de besarla la empujo hacia el interior del apartamento, las luces están encendidas por lo que supongo que Kyle ya está aquí, comparto el apartamento con mi mejor amigo y a veces se quedan los hermanos Smith. Ella se separa de mis labios y sonríe con picardía, da un paso atrás y observa a su alrededor

– Mierda – suelta con sorpresa cuando comienza a ver el departamento – ¿acaso eres alguna especie de estrella en ascenso o algo? – pregunta, haciendo que el recuerdo de Niko hablando sobre mis planes a futuro dentro de la banda regrese

– No – le espeto tomándola de la muñeca, ella me ve sorprendida – vamos mi habitación esta por aquí

– Espera quiero ver – dice liberándose – nunca he estado en un lugar como este – pongo mis ojos en blanco y vuelvo a sujetarla

– viniste aquí por una razón, si no lo harás lárgate – le espeto con brusquedad, ella me ve sorprendida y después de unos segundos su ceño se frunce

– ¿estás bien? – pregunta

– Z llegaste – escucho a Kyle a mi espalda descendiendo las escaleras que dan al piso de arriba donde están la habitaciones – y acompañado – suelta con sarcasmo – sí, sabes que hoy es lunes y mañana tenemos clase ¿verdad?

Lo ignoro por completo, mientras termina de bajar las escaleras y pasar junto a la chica que lo ve con deseo, mi mejor amigo es un don juan al igual que yo, pero uno centrado a diferencia de mí, las chicas solo ocupan sus fines de semana, para mi cualquier día es bueno para follar.

– Tu amigo es muy sexy – comenta la chica sin dejar de mirarlo – ¿crees que quiera unirse? – pregunta con picardía y rio

– Es lunes, no hay sexo para él los lunes – hago una pausa mientras ella me ve con el ceo fruncido – ¿O QUIERES UNIRTENOS KYLE? – grito en tono burlón, aunque conozco su respuesta

– paso Z, que te diviertas, solo no olvides poner el puto despertador para mañana – suelta con fastidio y rio

– Idiota – susurro mientras tiro con fuerza de la chica y comienzo a subir las escaleras, ella ríe y comenta divertida

– ¿es tu niñera o algo así?

– A veces pienso lo mismo – suelto sin ganas, llegando a la puerta de mi habitación y abriéndola.

Sin perder tiempo vuelvo a besarla, esta vez, con apremio e intensidad, sus manos ávidas se desplazan hasta el borde mi sudadera y tira de ella para sacarla por mi cabeza, vuelvo a besarla sin dejar de caminar y guiarla hasta mi cama. Quito su blusa mientras ella intenta al mismo tiempo deshacerse de mis jeans y ríe.

Al cabo de algunos segundos, ambos estamos completamente desnudos, mis manos jugando en el interior de sexo, sus manos sobre mi polla, los gemidos que salen de su boca llenan por completo el espacio y sonrió. Esto es justo el tipo de cosas que me hacen olvidar los días de mierda.

La empujo contra la cama y abro sus piernas, para acomodarme entre ellas, continuo besándola y aprovecho la cercanía para rosarla con mi polla, la estimulo con ella mientras más gemidos y jadeos salen de su boca.

– No me hagas esto, métela ya – jadea y rio

Me levanto y camino hasta el mueble, abro uno de los cajones y saco un paquete de preservativos, ella me ve desde la cama sonriendo con picardía y deseo.

– venga date prisa – me apremia

– Voy hacerte gritar de placer como agradecimiento de la mamada que me hiciste de camino – digo subiéndome una vez más en la cama y posicionándome entre sus piernas

– Me parece un pago excelente – jadea cuando acerco mis manos a su abertura y la toqueteo.

La penetro con fuerza y su cuerpo se arquea en respuesta, de sus labios sale un gemido y sonrió, me muevo dentro de ella como un loco, desatando toda la furia que llevo acumulada a lo largo del día, ella gime y jadea con descontrol. Me apoyo en mis piernas y separo las suyas, la sujeto de sus tobillos mientras bombeo con fuerza en su interior, sus jadeos, ya no son tan bajos y sus manos se aferran a mis sabanas con fuerza.

Observo su rostro cubierto de sudor y la expresión de placer y éxtasis me complace, continuo entrando u saliendo de ella, después de algunos minutos se corre gritando de placer, sonrió mientras salgo de ella y la giro para colocarla de espaldas a mí.

Tomo su cintura y la acomodo, su cuerpo tiembla ligeramente mientras su respiración agitada me hace saber que aún no ha salido del orgasmo que acabo de darle, pero me vale, esto lo hago por mí no por ella, separo sus nalgas y vuelvo a posicionarme en su abertura y la embisto con fuerza, otro grito sale de sus labios acompañados de una nueva ola de temblores.

No paro, por nada, continuo embistiéndola, solo aminoro mis acometidas, cuando muevo mis manos sobre su espalda hasta su cabello y tiro de él, para nuevamente volver a penetrarla con fuerza, mi cuerpo se tensa y un gruñido se escapa de mis labios cuando finalmente me corro con fuerza.

Jadeado libero su cabello, su cuerpo cae sobre mis sabanas tembloroso, sonrió al verla así y luego de unos segundos me dejo caer a su lado

– Eres increíble – jadea a mi lado

– lo sé – susurro, secando el sudor de mi frente y ella ríe

– y un jodido egocentrista – ignoro su ultimo comentario para ponerme en pie y dirigirme a la ducha, antes de entrar me detengo, me giro para verla y le espeto

– vístete, mañana tengo clase y no puedo llegar tarde – hago una pausa buscando su rostro, parece aturdida – llama a un taxi para que te lleve a donde sea que vivas, yo lo pagare – sus ojos se abren como platos y antes de que pueda decir algo agrego – vinimos a follar, ya lo hicimos ahora puedes irte – sin darle tiempo a nada más entro al baño.

– ERES UN MALDITO IDIOTA – la escucho gritarme y pongo los ojos en blanco, genial, un show.

Entro en la ducha y dejo el agua correr, me meto debajo de ella y siento como esta me empapa, cierro mis ojos deseando que el vacío que suele aparecer después que hago cualquier cosa haga su maravillosa aparición, para dejarme en la completa oscuridad.

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