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Capítulo 2 Un confuso encuentro

Brook.

Estar aquí se siente extraño, después de todo pensé que nunca vendría, estudiar en esta prestigiosa universidad es todo un orgullo para mis padres y un gran logro también, porque convencerme para que viniera no fue sencillo, dejar mi hogar no fue una decisión fácil. Mama quería que viniera pero también se lo sola que se sentirá a partir de ahora y papa no es que este mucho en casa.

Pero ellos insistieron tanto que lograron convencerme y eme aquí, miro a mi alrededor en busca de alguna cara conocida porque si, en este campus estudian varios de mis amigos, dos de ellos para ser más específicos y algunos conocidos, así que no seré la completa desconocida, además tampoco iniciare en el primer semestre como el resto ya que solo he sido transferida.

– Ese sexy y lindo culo lo conozco – escucho la voz picara de mi mejor amiga y comienzo a reír

– Sarah por dios todo el mundo te escucha – digo al verla acercarse a mí en su típico atuendo de un lunes por la mañana, es decir perfecto.

Sarah creció conmigo y desde muy pequeñas fue, diferente, siempre quiso sobresalir y resaltar, tiene unos preciosos ojos claros, cabello rubio ondulado, labios súper carnosos y una silueta bastante proporcional, a diferencia de mí que quizás lo más llamativo sean mis grandes ojos y mis pobladas cejas.

No tengo grandes atributos como ella, pero si una avasalladora personalidad, soy espontanea, directa y debo decirlo, terca como nadie, razón por la que estoy iniciando aquí un año tarde.

– bien, ahora que estas aquí no podemos perder tiempo, tengo mucho que mostrarte, aunque ya sabes casi todo, porque bueno te he hablado muchísimo de ello ¿no? – comenta divertida hablando sin parar, ah esa es otra característica de Sarah, nunca se calla.

– Si, vamos por un café necesito uno con urgencia – comento mirando mi reloj

– ok, ok primero un café – dice deteniéndose y sonriendo con picardía – ¿Por qué demonios él tiene que lucir así de bien, siempre sin importar que? – pregunta repentinamente señalando a alguien a su derecha.

En cuanto giro para ver de quien se trata me detengo en seco, esa es una cara conocida, Sarah continúa hablando sin parar acerca de que es imposible que sea uno de los chicos más guapos del campus y que justamente él tenga esa personalidad de mierda.

Comienzo andar hacia el chico sin prestar una pisca de atención a lo que dice mi mejor amiga ni cuando me llama, mientras me acerco a él, mi corazón comienza a latir con rapidez, nunca imagine conseguirme con el aquí, aunque luce completamente diferente a la última vez que lo vi hace seis años, pero en definitiva es el, no podría olvidar al chico que se convirtió en mi estándar para conseguir chicos.

– ¿Niko? – susurro una vez estoy a algunos pasos de distancia, el chico que creo que es el amor de mi vida se detiene de golpe y se tensa.

Camino para colocarme frente a él y una vez más me quedo de una pieza, este es el chico que conocí hace seis años, solo que esta vez lleva, tatuajes, muchos a decir verdad incluso en su rostro tiene uno, ese llama mi atención es un pequeño número dos en romano, sus ojos tal cual los recuerdo, sonrió al verlo y suspiro como tonta

– ¿Cómo me llamaste? – me espeta y algo falla en el momento.

Aunque es muy similar a la voz que recuerdo, esta es más ronca y está cargada de enojo, sus ojos se achican y me ve mal, el chico dulce, atento y cariñoso de hace seis años no es este chico frio que me mira con desprecio.

– eres Niko ¿verdad? – pregunto dudando de lo que veo, pero no estoy loca ni drogada por lo que este tiene que ser Niko.

– No – responde secamente y me sobresalto un poco por la brusquedad.

– Brook que demonios estás haciendo – es Sarah que se ha acercado a nosotras – hola Z, ¿cómo estás? – saluda al chico y frunzo el ceño al escuchar el nombre.

El aludido ignora por completo el saludo de mi amiga y me mira con desprecio antes de pasar entre nosotras sin decir una palabra más y dejarnos solas

– insisto no existe que sea así de sexy y sea una mierda de persona, en fin, ¿exactamente de donde lo conoces? – pregunta con curiosidad, mientras veo como el chico tatuado se aleja de nosotras y más adelante dos chicos igual de tatuados que él se acercan y lo saludan.

– creo que acabo de confundirlo con alguien más – susurro, mi mejor amiga ríe y me espeta

– confundir a Zero Evans con alguien más es muy improbable amiga, ese chico es inconfundible y no lo digo solo por su aspecto, conozco pocas personas con su temperamento y ese carácter de mierda que tiene

– ¿Quién tiene un carácter de mierda? – la inconfundible voz de Jack me hace olvidar por un instante a Niko o bueno a Z y me lanzo sobre el al verlo – yo también estoy feliz de verte Brooklyn pero podrías soltarme, arruinas mi imagen – comenta divertido mientras yo rio y lo libero – contigo soy todo un peluche pero aquí

– Eres un don juan y ella lo sabe así que no finjas – agrega Sarah riendo y me uno a ella

– Cuando quieras puedes irte a la mierda Sarah – le espeta mi querido Jack.

Él es otro amigo de mi infancia y mi primer crush, pero justo ahora es solo mi mejor amigo. Los veo a ambos un instante y ellos sonríen alegremente

– En serio me alegro que estés aquí – susurra Jack sonriendo, acercándose a mí y abrazándome con fuerza.

– También yo – dice Sarah envolviéndonos a ambos en un cálido y apretado abrazo que nos hace reír – vayamos por ese café para que Brook no ande como un personaje de the walking dead todo el día – agrega al soltarnos.

Mientras caminamos a la cafetería no paro de pensar en el chico de hace un rato, es idéntico a Niko, si no fuera por los tatuajes, los piercings y toda esa mala actitud podría decir que es el. Suspiro recordando al chico más simpático, guapo y sexy que alguna vez he conocido, ese que se convirtió solo con algunas palabras en el chico perfecto, sé que suena tonto, pero en serio gracias a él, a su dulzura y esa forma tan linda de tratarme fue que fije mis estándares para conseguir chicos, no es que tenga una larga lista, pero puedo decir que en su mayoría han sido chicos dulces, cariñosos y divertidos, aunque ninguno se acerca a Niko.

Porque él era súper lindo, con ese porte despreocupado pero a la vez elegante, con ese tipo de sonrisa que ilumina tu día con solo verla y sus ojos al igual que los ojos del chico de hace un rato eran de diferentes colores, rasgo que solo lo hacía resaltar aún más. Sin querer me pierdo en el recuerdo de cuando nos conocimos.

Eran las 11:45 am, tenía que pasar por mi hermanito, Connor a la escuela, era el último día de clases y estaba en esa fiesta, de fin de curso, mama no podía pasar por él porque estaba recogiendo algunos planos en el lugar donde trabajaba.

Cuando llegue el lugar estaba desierto, era la única allí frente al kínder por lo que simplemente saque mi iPod y empecé a escuchar música, recuerdo que estaba escuchando Bruno Mars cuando un auto negro deportivo estaciono muy cerca de donde estaba de pie.

De el bajo este chico alto, musculoso, sexy, con ese porte de modelo de revista que me dejo embelesada mirándolo, sin si quiera notarme se recostó del auto y saco su teléfono, estuvo algunos minutos concentrado en él y luego giro su rostro para verme, sentí como los colores subieron a mis mejillas y desvié la mirada de él.

Lo escuche reír suavemente y pensé que era la risa más encantadora que había escuchado alguna vez en un chico, al cabo de algunos minutos en los que nos dedicamos miradas para nada furtivas, él se levantó y se acercó a mí.

– Hola – me saludo colocándose cerca de mí, quite mis audífonos y sonreí con timidez, nunca me había abordado un chico como el en mi vida.

– Hola – el rio una vez más y con esa sexy y ronca voz volvió a hablarme

– ¿Qué escuchas? – pregunto con dulzura, dude un instante y le tendí el auricular, riendo se acercó más a mí y lo coloco en su oído, su cercanía acelero mi corazón – este tema es muy bueno, tienes buen gusto para la música – agrego, después de unos segundos de haber estado escuchando.

Quito sus gafas de sol y justo en ese instante pensé, en que este chico tendría que ser el padre de todos mis ojos, sus ojos eran tan hermosos pero tan diferentes entre sí que no pude evitar el gesto de mi boca abrirse por la sorpresa.

El al verme rio una vez más y tendió su mano para que la sujetara, aletargada por lo que veía demore algunos segundos en responder al saludo lo que provoco que volviera a reír.

– soy Niko, mucho gusto – volvió hablar lo que realmente me hizo reaccionar y riendo con nerviosismo tome su mano y con eso selle nuestro pacto.

Un pacto del que solo yo tenía conocimiento pero me valía, este chico seria mi amor platónico y el padre de mis hijos algún día.

– Brooklyn – susurre, el sonrió y ladeo su rostro divertido

– ¿Cómo la ciudad? – esta vez fui yo la que rio

– si, como la ciudad – el vuelve a reír y yo hice una pausa para suspirar – es una larga historia, bueno, no realmente es muy corta allí me hicieron mis padres – solté con nerviosismo haciendo que más risas salieran de sus labios y sus facciones se dulcificaran aún más – lo siento, eso fue raro – agregue rápidamente tratando de enmendar mi error pero él seguía riendo con dulzura

– Tranquila, está bien he visto y escuchado cosas más raras – comenta divertido – ¿esperas a alguien? – pregunta después de unos segundos y noto que nuestras manos aun están unidas y se debe a que yo no he soltado la suya, con rapidez la suelto y el vuelve a reír.

– Eh, bueno, si – agrego más nerviosa de lo que jamás había estado en mi vida – a mi hermanito – agrego una vez y el ríe metiendo sus manos en los bolsillos de su ajustado jean, que por cierto le quedaba de muerte lenta.

– yo vine por mi hermana, está en tercero – comenta sonriendo viendo el edificio delante de nosotros y un brillo hermoso adorna aún más esos ojos que me tienen hipnotizada.

– Ya – comento sin saber que decir y el vuelve a reír, en ese momento un timbre inunda el silencio y la puerta de el frente se abre y un montón de niños salen corriendo por ellas.

El posa su vista hacia allí y yo solo puedo mirarlo como una idiota, sus rasgos masculinos tan definidos, su mandíbula cuadrada, sin ningún rastro de vellos, su cabello perfectamente arreglado, sus pobladas cejas, tener hijos con esos ojos debe ser un gran acontecimiento, pienso cuando una voz aguda grita mi nombre.

– Brooklyn – y algo pequeño pero fuerte choca contra mis piernas, desvió la mirada de Niko para mirar hacia abajo donde el pequeño monstruo al que llamo hermano esta abrazándome.

– Hola monstruito – lo saludo despeinando su cabello negro, el ríe y se gira para ver a una niña que corre hacia nosotros pero esta da un gran salto y es atrapada por Niko en el aire.

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