Capítulo 1
6 años antes
Violet llega hasta donde está su hermana sentada en el sofá del pequeño apartamento que comparten, se deja caer junto a ella con desánimo.
—¿Qué pasa? —le pregunta Lysa sin dejar de ver el libro que está leyendo.
—Tengo que buscar un trabajo. —responde con fastidio.
—¿Y eso por qué? —pregunta nuevamente dejando de lado el libro.
Violet responde que la compañía es pequeña y no siempre hay trabajo, y si no hay trabajo no hay pagos. Tiene que ayudarla con el alquiler del apartamento y los demás gastos.
Lysa le dice que desde que se mudó con ella le ha ayudado en todo, y si se pasa un tiempo sin hacerlo ella puede pagarlo todo, es su hermana, que no es ningún problema, no es una extraña.
—En el trabajo me va bien, y puedo pagar todo... por ahora.
—Pero quiero ayudar, y no quiero quedarme sin dinero. ¿En tu restaurante no habrá algo? Trabajaré de cualquier cosa hasta que encuentre algo más afín conmigo.
—Hace unos días necesitaban camareras, veré que puedo averiguar y te digo.
—Si no hay dile a tu jefe que inventé uno para mí.
—Ja ja, a ese no le pido nada. Solo lo necesario para el restaurante.
—Pero sería para el restaurante, no todos los días tienen una excelente bailarina trabajando para ellos. —dice Violet mientras recuesta la cabeza en el hombro de su hermana con una ligera sonrisa.
—Ellos estarán locos por contratarte y que bailes El lago de los cisnes entre un pedido y otro —bromea Lysa.
Violet sigue la broma diciendo que no sería mala idea. Que puede que quizás aumenten los clientes habituales. Se sienta derecha y comenta que hace unos días vio a su jefe y lo encontró muy atractivo.
—Lo que tiene de guapo lo tiene de diablo. —bromea Lysa.
—¿Sii? Y yo que lo vi tan...
—¿Tan qué?
—Iba a decir angelical, pero no, hasta cara de diablo tiene.
Lysa y Violet ríen, y la hermana mayor confiesa que hasta un apodo le pusieron a espaldas de él. Violet curiosea preguntando cómo le dicen y al decirle que Fer, Violet se carcajea al pensar que puede ser por Lucifer.
—Por eso mismo. Él piensa que es un diminutivo de su nombre.
—¡Que malos son ustedes! —dice Violet entre risas a las que se una Lysa.
—Malo es él, la mayoría le tiene miedo.
—¿Tú también?
—Naa, yo no le aguanto sus humores cambiantes. Él será el chef principal y dueño del restaurante, pero yo también soy buena en lo que hago, a mí no me mangonea.
Violet comenta que entonces esperará a que le diga si hay trabajo o no en el restaurante. Si no, buscará en otra parte.
Lysa cree que lo mejor para ella sería dar clases de ballet
—¿Por qué no lo intentas?
—Lo pensé también. Pero no sé, mayormente los que toman clases de ballet son niños, y no me siento capaz de lidiar con ellos. No soy buena con los niños, ni tampoco tengo paciencia.
—Pero te hace falta trabajar ¿o no?
—Sí... pero tendría que tener dinero para alquilar un espacio con las condiciones necesarias. Es para clases de ballet, no puede ser cualquiera.
—Puedes tener un trabajo de medio tiempo, yo te puedo prestar algo del dinero que tengo en mis ahorros, y estoy segura que nuestros padres también te ayudarían con sus ahorros.
—Lo tienen para la jubilación, quieren irse de vacaciones recorriendo el mundo. Ese dinero no lo tocaría. Pero si acepto tu ayuda.
—Me dices cuándo y yo te lo doy.
—Noah también me había dicho que diera clases. Que podía ayudarme.
—¿Ves? no estarás sola. Los dos te ayudaremos. Y, por cierto, hace casi 15 días no sé nada de Noah, lo llamé, pero no coge el teléfono.
Violet cree que está en Miami y Lysa se asombra de que esté tan lejos.
—¿Qué hace por allá?
—No sé, no quiso contarme. Andaba muy misterioso. Tal vez sea por trabajo.
—Quizás. Igual seguiré llamándolo, a ver si responde.
—Yo también lo haré.
Se quedan en silencio, las 2 preocupadas por Noah, no es frecuente que pasen tantos días sin que hablen con él.
Noah es hermano de ellas por parte de padre. No sabían que tenían un hermano porque la madre de Noah era casada cuando tuvo un romance con William, el padre de los tres, y ella pensó que era hijo de su esposo. Se supo todo cuando el supuesto padre enfermó y necesitó un donante de sangre.
» Ahora eran muy unidos los tres, pero a Noah le resultó muy difícil, adoraba al padre que lo crío y le costó hacerse a la idea que su padre era otro. Para ellas fue más fácil, ya que sus padres aun no estaban casados cuando ocurrió el adulterio, y les alegró tener un hermano. No era de conocimiento público, a pesar de que se visitaban y se querían, Noah no quería que supieran que Ethan no era su padre. La prensa estaría encima de ellos, y la salud de Ethan no era muy buena y eso podría afectarle.
Luego de un tiempo de silencio en el cual recuerdan el drama que se creó en esos días, Violet pregunta a su hermana qué hará de cenar ya que al ser chef es la que casi siempre cocina, pero Lysa tampoco está con ánimos de cocinar y le pregunta si le parece bien pedir algo para las dos en algún restaurante.
Lysa al terminar de hacer su pedido se pone un brazo en la pierna, apoya la barbilla en la mano y suspira.
—¿Qué pasa? —pregunta Violet mirando a su hermana mayor.
—Nada, Noah me tiene preocupada.
—Ya dijimos que lo llamaríamos otra vez, ¿quieres hacerlo ahora?
—¿Y si llamamos a su asistente personal? Ella debe saber.
—Bien, lo haré yo, es mejor salir de dudas.
Diez minutos después Violet cuelga el teléfono.
—La asistente me dijo que estaba en negociaciones, algo sobre una fusión que quieren hacer. Que no ha tenido mucho tiempo y usa muy poco el teléfono —Informa a Lysa.
—Al menos ya sabemos que está bien, solo espero que no demore mucho más en llamarnos.
—Yo también. De todas formas, la asistente quedó en decirle que nos llame.
Las dos se relajan cómodamente y se apoyan en el respaldo del sofá, más tranquilas al saber poco, pero que está bien su hermano.
☆☆☆☆☆
Al día siguiente Lysa llegó con la noticia que no pudo conseguir nada en el restaurante, pero si en una cafetería que tenía por jefe un amigo de uno de sus compañeros de trabajo. La esperaban al día siguiente para hacerle una entrevista.
—Es en el otro lado de la ciudad —dice Violet al ver el papel donde estaba la dirección.
—¿Quieres o no trabajar? —pregunta Lysa levantando una ceja.
—Tal parece que no quiere que trabaje.
Lysa solo sonríe, haciéndole ver que tiene razón.
—Creo que te iría mejor como maestra de baile, pero...
—¿Qué puede pasar por servir algunas mesas? —pregunta Violet mirando aún el papel.
—Esperemos que nada, yo solo te daba una idea —le tira un beso y se va a su habitación dejando sola a su hermana en el pequeño salón.