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Maite
Llevo meses viniendo a la playa para ver si tenía la suerte de encontrar al padre de mi hijo y hoy lo encontré, con los mismos ojos, la misma luz y ahora sabes que esa noche nació Ariel.
Lo veo con nuestro hijo en su regazo, me pregunto si algún día me amará de verdad. Me pidió que le ayudara a entender lo que siente, ¿le gusto? Un ángel es un ser divino, no sé si merezco su consideración.
— Maite, quiero estar cerca de ti y de mi hijo, pero no puedo permitir que vengas a la playa de noche, es demasiado peligroso para los dos.
— ¿Y qué sugieres Muriel?
— Iré a tu casa contigo y los cuidaré a ambos de cerca.
— Mi hermana nunca lo permitiría, sospecha que eres un ángel.
— Tranquilo, no voy en mi forma humana, voy en forma de animal doméstico.
— Un gato, tal vez Maite, necesito que me ayudes a entender lo que siento por ti.
No sé qué pensar, por un lado, Muriel es el padre de mi hijo, por otro lado, está mi hermana Ester, no puedo prohibirle que vea a su hijo, me pidió que le ayudara a entender lo que siente. Pero si ni siquiera entiendo lo que siento, ¿cómo ayudaré?
— Bueno, está bien en forma de gato, pero solo puedes asumir tu verdadera forma cuando mi hermana no está en casa. También necesito entender lo que siento por ti.
Puede que me apresure a permitir que Muriel se quede en mi casa en forma de gato, mi hijo necesita a su padre, eso es todo lo que sé.
Intento cuidarlo sola, pero sé que nada reemplaza la presencia de un verdadero padre, y Muriel y su padre tienen derecho a estar cerca.
— Estoy despierta, Muriel, convirtámonos en gato y acompáñame con mi hermana, le diré que te encontré en la playa, ella no se opondrá.
— Así es, entonces gracias.
Muriel vendrá y seguirá a Maite, ella está ansiosa por este plan, claro que Ángel tiene que crecer con el apoyo del país a pesar de que es Nifelin.
Lo que me está pasando nunca ha sido tan intenso, por eso quiero entender lo que siento por Muriel.
— Muriel, ¿tuviste relaciones con alguna mujer?
— No Maite, las mujeres solo quedan en la imaginación, Tú eres la que no se va del todo.
— Lo entiendo y a decir verdad, nunca te olvidé tampoco. Porque este momento para mí fue único y especial.
— Yo fui tu primera, ¿verdad Maite?
—Sí, sí lo fue.
- ¿Te arrepientes?
— No porque me diste mi bien más preciado: nuestro hijo.
Llegamos a casa y llevé a Muriel a la habitación donde duermo con Ángel.
— Muriel, duermes en mi cama, siéntete libre, pero no vayas al cuarto de Ester.
Instalé a Muriel en la habitación y le voy a dar a mi hijo la botella correspondiente, ahora la cosa avanza, encontré al padre del hijo emú.
Ester llega a casa, la testaruda salió a buscarme, estaba preocupada:
— ¿Adónde fue Maite? ¡Quede preocupada!
— Ester, sabes muy bien adónde, voy, siempre la playa donde conocí al padre de Ángel por primera vez. Necesito una aclaración, necesito entender por qué hicimos el amor y luego se fue, Ester, mi hijo, necesita a su padre.
— Maite es un ser divino, tiene algo más importante como la seguridad de la humanidad, y no abdicará de ese deber a menos que caiga a la tierra, y creo que no es así Maite, te hizo el amor y tú lo abandonaste.
Mi hermana no me entiende, mi hijo necesita una figura paterna a su alrededor. Aunque sea un ángel o no, merece vivir con su hijo.
Me voy a mi cuarto porque ya no soporto discutir con Ester:
— Mira, tengo un gato blanco con ojos bicolor, se quedará en mi habitación, no invadirá tu privacidad, no te preocupes, yo cuidaré del gato.
— Está bien, Maite, solo ten cuidado de que no rasque a Ariel.
— Descansa en paz Ester, Muriel no arañará a Ángel, es un gato gentil y muy hermoso.
Mi hermana Ester me mira incrédulo, pero como le dije a Muriel, ella no se opuso a que tuviera un gato.
Por fin, en todos estos meses tendré cerca al padre de mi hijo, Ángel es hijo de un ángel y necesita a su padre. Necesita una buena referencia masculina y ¿por qué no su propio padre?
Regreso a mi habitación y Muriel está durmiendo en mi cama. Sonrío. Este hermoso gato blanco es el Ángel que pasó por mi lado hace más de nueve meses. Muriel se acerca y se acuesta en el regazo de Maite, Ángel se muere de deseo por ella y ese deseo se hace más fuerte cuando se acerca a ella.
La joven comienza a acariciar el pelaje blanco de Muriel, tiene tanto que preguntar y tantas respuestas de él, como por qué entre tantas jóvenes la eligió a ella para tener un hijo. ¿Y será que su intención era tener hijos?
Observa a Muriel durmiendo en su regazo. Está indefensa, tan indefensa como su hijo que duerme en la cuna.
— Sabes Muriel, creo que yo también me voy a dormir, estoy muy cansada y mañana tengo que entender mejor todo lo que me pasó durante estos meses.
Maite acomoda a Muriel a los pies de su cama y. Se tapa, antes de irse a dormir revisa la cuna de su hijo y se da cuenta de que duerme plácidamente. Mi hijo siempre ha estado sereno, pero hoy está más sereno, creo que es la presencia de su padre, independientemente de que Ángel reconociera o no a Muriel como su padre.
Maite se acuesta y recuerda lo sucedido. La noche que concibió a su hijo, se durmió.