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Capítulo 5: Nuestro primer día de clases.

— Ya veo, ¿cómo es ese chico? ¿Había alguien más rondando a su alrededor? ¿Era un chico? ¿Era guapo? — preguntó Titi curiosa, yo también tenía mis dudas de ese chico así que decidí contarle todo lo que él me dijo para ver si ella sabía algo.

Ambas nos encontrábamos en mi habitación, estábamos sentadas en el suelo, desde que ella llegó a mi vida siento que se me hizo costumbre tocar el frío del azulejo.

— Su nombre es Max, su cabello es castaño y le llega hasta los ojos, trae corte de hongo, sus ojos son verdes, se ve que jamás en su vida a hecho ejercicio por qué se ve todo escuálido... ¡Ah!... Y es algo enano para ser un chico. — cuando terminé de describir al chico Titi comenzó a reír.

— ¿Que clase de descripción es esa? ¿Escuálido? ¿Enano? Por cómo se oye parece que es un chico muy guapo ¿No? — dijo Titi con tono pícaro.

— Nada que ver, no se compara con la belleza de mi precioso Zack, además es algo tímido, dice que no quiere que me meta en sus asuntos pero yo quiero intentar hablar con él, sé que...

— No es una mala persona ¿Verdad? — interrumpió Titi. — ya me lo has dicho muchas veces, por lo que me has contado, este chico siente que le debe mucho a Zack por lo que quiere hacer lo posible para salvarlo pero no quiere recibir tu ayuda por lo que eh llegado a la conclusión de que este chico es... — miré atentamente a Titi esperando que dijera algo importante. — un antisocial, no le veo más lógica.

Caí de espaldas tocando los azulejos, creía que Titi tendría la respuesta pero me equivoqué, coloqué mi brazo derecho por encima de mi frente y suspiré mientras miraba atentamente el techo de mi habitación, Titi hizo lo mismo acostándose a un lado de mí.

— Le eh estado dando vueltas a esto pero creo que ya sé que puedo hacer, trataré de ganarme su confianza hasta que logre hacerme su amiga, luego le pediré que me cuente todo lo que sabe, ya sabes... Me refiero a que él debe de saber quiénes eran los que molestaban a Zack.

— ¿Eso no sería cómo fingir amistad sólo por conveniencia? — preguntó Titi, a lo que yo negué, jamás haría algo como eso, es horrible jugar con los sentimientos de los demás.

— Hm, no quiero ser su amiga por conveniencia, realmente quiero ser su amiga, veo que ese chico también tiene problemas y quiero ayudarlo, es algo que me dicta mi corazón.

Titi sonrió cuando dije eso, dijo que le alegraba que yo tuviera un corazón noble pero no es así, lo hago para sentirme bien conmigo misma, ya perdí una vez a Zack por el egoísmo de querer ocultar mis emociones e incluso arruiné algo que parecía ser especial para Max, me refiero al encuentro con mi amigo, esta vez no quiero que nadie salga herido por culpa de mis acciones.

Si está en mis manos quiero hacer todo lo posible para alegrar a quien sea.

***

¿Y al final cómo terminó todo? Pues salió cómo lo esperaba, aprobé el exámen y las vacaciones finalmente terminaron, ahora me encontraba arreglándome para ir al colegio, decidí que hoy no me haría ninguna coleta, sólo llevaría mi cabello suelto, mi uniforme consistía en una falda azúl marino con tablones que me quedaba tres dedos arriba de la rodilla, mi camisa era manga larga y de color blanco, usaba un saco del mismo color que la falda y también usaba una corbata roja.

Era un uniforme muy lindo, todo lo contrario a mi anterior uniforme que era un vestido plisado color gris, la falda del vestido me llegaba exactamente a la rodilla y en la parte de la blusa habían dos botones de cada lado y en nuestra cabeza teníamos que llevar un listón azúl, era algo triste usar ese uniforme, después de todo era un internado femenino.

Por otra parte el uniforme masculino consiste en un pantalón azúl marino y una camisa blanca manga larga, un saco del mismo color del pantalón y una corbata roja, seguramente Zack se ah de ver muy guapo.

— ¡Pero no es momento de pensar en esas cosas! Mi verdadero desafío comienza ahora. — apreté mis puños y sin darme cuenta había gritado mis pensamientos, una risa provino desde la puerta de mi habitación, por la vergüenza tuve miedo de mirar pero ya sabía de quién se trataba.

"Que me trague la tierra" fue lo que pensé.

— ¿Estás lista? Mi chófer ya nos está esperando. — dijo Zack tratando de contener la risa, asentí y me acerqué a mi amigo para poder salir juntos de mi habitación, en ese momento él me dió una palmada en la cabeza haciendo que yo me sonrojara. — te ves muy linda. — dijo con una sonrisa.

"No hagas eso o harás que mi corazón explote de la emoción, me voy a enamorar cada vez más".

Empezó a caminar conmigo detrás de él, mientras que él iba tarareando una canción yo me iba tocando la cabeza dónde segundos antes él había puesto su mano, esas manos que se ven tan delicadas pero a la vez musculosas, las venas se remarcan y sus uñas están bien cuidadas, es simplemente hermoso.

¡No tengo ningún fetiche de manos! Pero es que Zack es... Diferente para mí, incluso hay ocasiones en las que me gustaría tomarlo de la mano y caminar con él cómo si fuéramos una pareja, antes caminábamos tomados de la mano pero conforme fuimos creciendo dejamos de hacer eso, ahora solamente solemos entrelazar nuestros brazos, aunque es lindo caminar a su lado, no es lo mismo.

— Nos vemos señorita Judy. — dijo Marian quién se encontraba en la puerta principal lista para abrirme la puerta.

¿Cuántas veces tengo que explicarles que no quiero eso? No soy una princesa cómo para recibir esos tratos.

— Gracias por tu amabilidad Marian, nos vemos al rato. — hablé, voltee a ver a Zack quién no había dicho nada desde hace un rato, su cara parecía estar roja al igual que la de Marian. — Ehm, bueno, es hora de irnos. — dije tratando de romper el silencio.

— N-nos vemos Marian. — por fin le habló Zack a mi amiga.

Ella asintió nerviosamente y con pasos torpes ambos se despidieron.

¿Que está pasando aquí?

***

"¡Aun lado! ¡No me dejan ver!"

"¡Habrán paso!"

"¡No se metan en mi camino!"

"¡No estorben!"

"¡Auch!"

Eran gritos que se escuchaban por todos lados, muchos estudiantes se estaban amontonando cómo si fueran animales y empujaban a todo aquel que se acercara a la pizarra, todo por qué teníamos que buscar nuestro salón de clases.

Intenté meterme entre la multitud pero fue imposible, de un momento a otro ya había perdido de mi visión a Zack, intenté acercarme más a la pizarra pero fui empujada hacia atrás lo que ocasionó que cayera sentada.

— Corrijo lo que dije antes, hasta los animales tienen clase. — dije entré susurros.

— ¿Has dicho algo? — dijo un chico mirándome con cara de pocos amigos, su cabello estaba teñido de amarillo, las raíces estaban negras, un chico de tez clara con ojos café oscuro, con voz áspera, su porte de delincuente hizo que me recorriera un escalofrío por todo el cuerpo.

— ¡N-nada! ¡N-nada! ¡No eh dicho nada! — dije nerviosamente esperando que no me hiciera nada.

El chico sólo me ignoró y siguió en esa bola humana para poder ver su nombre.

— ¿Estás bien? — me habló un chico mientras extendía su mano para ayudarme a levantar.

¿Será este mi salvador? Fue lo que creí, alcé mi vista hacia arriba para agradecerle por ayudarme a salir de esa situación, cuando me di cuenta de quién se trataba, él hizo un chasquido con su lengua, al parecer el tampoco sabía que era yo.

— Ah, sólo eres tú. — dijo quitando su mano antes de que yo la tomara.

— Gracias que amable. — dije con sarcasmo.

Me levanté por mis propios medios e intenté ponerme de puntas para ver mi nombre pero no se veía nada, por otra parte Max ni siquiera hizo el intento de checar la lista, sólo comenzó a caminar como si le diera igual todo, inconscientemente comencé a seguirlo, no quería quedarme en ese montón de estudiantes pues no conocía a nadie.

— ¿No vas a ver tu nombre? — le pregunté una vez que llegué a su lado, dirá que soy insoportable pero aún así no me voy a rendir hasta que escuche de sus labios un "gracias por ser mi amiga"

— ¿Para qué? Yo ya sé en qué salón quedé, no es la primera vez que estoy aquí. — dijo con indiferencia.

— Cierto... Sería genial si quedamos en el mismo salón ¿No? — dije sonriendo. Él me miró con los ojos entrecerrados y sin sonreír.

— Hay tres tipos de personas que más odio en el mundo, número 1. — empezó a hacer un conteo con los dedos. — las mujeres, número 2. Las personas que se meten en dónde no las llaman y número 3. Las personas ricas. ¿Cuál crees que eres tú?

— Con peluca y si me visto de hombre se arregla el punto número 1. Yo no soy una persona metiche, sólo me gusta ayudar a los demás y con respecto al número 3.... ¿Que es una persona rica?

Él rodó sus ojos y caminó más rápido alejándose cada vez más de mí.

— ¡Espera! ¡Max! ¡Max! — grité tratando de llamar su atención pero el cada vez se alejaba más, se me pasó una idea por mi cabeza pero no sabía cómo lo tomaría. — ¡Hey! ¡El enano que está agarrando fuertemente su mochila! — grité esperando que diera resultado pero fue todo lo contrario, lo que conseguí es que él saliera corriendo.

¿Acaso dije algo malo? Bufé molesta, yo sólo quiero ser su amiga.

— Adivina quién soy. — dijo alguien cubriendo mis ojos.

— Eres mi otra mitad. — dije entre risas, su risa también se escuchó.

— ¿Adivina qué? Hemos quedado en el mismo salón, el Aula 1-1, es en el mismo dónde presentamos el examen. — dijo Zack entrelazando su brazo con el mío.

Esta vida es la que me hubiera gustado tener desde un principio, ambos yendo juntos a clases con nuestros brazos entrelazados, sentados uno a lado de el otro, estudiando juntos, tanto en la escuela cómo en casa, incluso en la biblioteca, en dónde no nos tuviéramos que preocupar por nada, sólo en nuestras calificaciones, si tan sólo los días continuarán así.

Al entrar al salón de clases ya habían estudiantes sentados en sus respectivos asientos, en el pizarrón había otra lista con el número de asiento que nos había tocado y para buena suerte mía pero mala suerte de él, me había tocado sentarme con...

— Oh rayos, otra vez no... — dijo Max sentado a un lado de mí.

Así es, nos había tocado sentarnos juntos nuevamente.

— Vamos a llevarnos bien este año. — dije manteniendo mi sonrisa y extendí mi mano derecha hacia él esperando que por fin la tomara. Cuando vio mi brazalete se quedó pasmado.

— ¿A ti también te dieron uno?

— ¿Eh? ¿También tú? — pregunté curiosa, él alzó levemente su brazo derecho mostrando un brazalete completamente igual al mío, otra cosa que me di cuenta es de sus manos, parecen del mismo tamaño que las mías, eso hace que lo vea cómo a un hermano menor.

¡No tengo un fetiche con las manos!

— Marco me dijo que con esto puedo ver las cosas que ocurrieron en el pasado aún si yo no estuve implicado en esas cosas.

— ¿Marco es la estrella fugaz a la que le pediste un deseo?

Él asintió.

— También me dijo que... — lo miré atentamente esperando a que me dijera algo pero volvió a su actitud de siempre. — no es nada, no es algo que tenga que decirte a ti.

Quise volver a preguntar pero me fue imposible dado a que el profesor entró al aula.

Aunque fue por pocos segundos pero al menos fui capaz de mantener una conversación con Max, él es una pieza importante para salvar a Zack, aunque siento que hay algo que oculta.

Todos en este lugar tienen secretos y yo soy una amante de ellos, averiguaré quienes fueron esas personas que hicieron sufrir a Zack y evitaré que tengan acercamientos.

«Te lo prometo Zack, tu no vas a morir»

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