PROPIEDAD DE DANIEL PARK
Doy un gran suspiro al ver el inmenso edificio frente a mí, más cuando se muestra frente a mí el Hermoso auto Deportivo de leila, un Lexus Lc 2018 rojo, Diablos no sé qué tuvo que hacer para conseguirlo, pero tampoco me atrevo a preguntar, por qué sé que no me gustara su respuesta.
Leila vive en unos de los mejores lugares de toda la ciudad de Atenas, cuando terminamos la preparatoria, le pregunte que estudiaría y ella solo dio una tremenda carcajada y me dijo que su destino ya estaba predicho, y para lo que iba a hacer no necesitaba una Universidad, y veo que tenía razón, Pues a aquella jamás la he visto tocar un libro y más la muy mal nacida esta forrada en dinero, muy distinto a mí, que me he matado estudiando y hasta hora solo tengo deudas que pagar, un restaurante que apenas se mantiene a flote, y un pequeño garaje al que le llamo casa en uno de los barrios más peligroso de la ciudad y por supuesto mi auto que parece querer caerse a pedazos a cada instante, mierda si analizo todo estoy jodida a comparación de mi mejor amiga, pero aquello no son penas, algún día mejoraré, de aquello estoy más que segura
Al tocar el timbre Leila salió, con un bello vestido de escote de color Azul ajustado en su totalidad a su cuerpo, arriba de la rodilla y pies descalzos.
—¿Dime que vienes con el vino? Porque vamos a Emborracharnos… —yo mostré el vino y ella sin más me jalo de mi chaqueta y me metió al apartamento de un tirón, antes de cerrar la puerta que funciona a ambos lados, algo que me pareció terriblemente paranoico, pues no es como si nos estuviesen vigilando de aquello estoy más que segura.
— ¿Bien me vas a mencionar que tan grande es el problema? La verdad solo he escuchado de Daniel Park, como el gran dios Hades y todo aquello que viene con el apodo, sin embargo, no sé qué tan peligroso es.
—Primero hay que servirnos un trago, porque esto no es malo, es pésimo. —Al expresar eso me arrebato la botella de vino y se dirigió a la cocina en donde buscó dos copas, y empezó a servir casi hasta rebosar —Necesitamos estar ebrias para esta charla.
Mientras tomamos el vino, el relacionar lo ocurrido en mi Oficina, el miedo que me infundió, y el modo de pago que me ofreció, las dudas que tenía respecto a si aquello era legal o no y la manera de poder librarme de aquello, en lo que esta estuvo casi como si de una carcasa sin vida se tratara, pues solo hacia simples movimientos para acercarse la copa llena de vino a la boca con cada palabra de mi relato y estar perdida en miles de pensamientos, en lo que por momentos decidía quedarme en silencio con mi historia, al creer que ella no prestaba la más mínima atención, pero ella hacía gestos con la cabeza para que siguiera hablando sin parar, ya que al parecer si me estaba prestando atención.
—Ahora dime ¿qué hará si le digo que esa deuda no es mía, sino de Maik?, ¿crees que tome represalias? —Leila me mira con su ceño arrugado, pero de un momento a otro parece salir de su ensoñación y me contesta con un gran grito que me hace dar un respigo ante aquella reacción tan inesperada.
— ¡¿Estás loca? ¡No solamente te hará algo, sino que también a todos lo que te rodeamos, es más si tuvieras mascotas la mataría también, creo que él sería capaz de comprarte una mascota dejar que te encariñaras con ella y luego asesinarla frente a ti…! No por nada lo llaman como lo llaman y le temen de aquella manera.
—Ahí … Por los dioses que exagerada eres, esa deuda no es mía, No tengo por qué preocuparme por ello… —Me quedo en silencio por unos segundos mientras se me ocurre una solución —Ya sé ¿y si voy a la policía y pongo una denuncia? Ellos arreglarán todo, él no es inmune a la policía, tiene cola que le pisen, no le conviene que los llame …
—Din ¿estás hablando en serio?, estamos hablando de Daniel Park, él tiene a la policía en el bolsillo, además ¿sabes lo que le pasó a la última persona que lo desafío?
—No … ¿Qué le ocurrió?
—Lo hizo caminar por vidrios descalzos toda la noche hasta que se cansó de verlo, y luego lo desmembró lentamente —Al decir esto yo quede helada y sentí que mi estómago se revolvía solo quería vomitar, corrí al cuarto de baño y expulse todo lo tenía en mi estómago, en lo que a cada que me imaginaba el horrible dolor del hombre y el sufrimiento de aquel, no podía creer que aquel rostro tan perfecto disfrutara de aquello tan asqueroso y maquiavélico, no aquello no era posible —Din cariño… Tienes que calmarte encontraremos la manera de pagar esa deuda, venderé el auto y tal vez podamos vender el apartamento, y si falta tengo unos ahorros y podría hacer un préstamo a un amigo
—No… No lo permitiré Lili. Yo sé todo lo que te has esforzado hasta ahora para conseguir lo que tienes, no puedo pedirte algo así, yo arreglare esto sola, es culpa mía yo fui la ingenua que le creí a Maik y ahora tengo que arreglarlo.
—Din cariño el problema es que no solo tú estás implicada sino todo nosotros, no te ofendas, pero sé lo rebelde que eres, Y si lo haces enojar nos matara a todos.
—Lo que no entiendo es que quiere de mí, es decir, yo no soy la mujer más linda de esta ciudad, por todos lados hay miles de turistas, americanas y de todos los países, tiene un repertorio bastante amplio del cual podría elegir, porque se tenía que fijar en mí… Una restaurantera, que está en quiebra… —Leila me miro como si me hubiera salido otra cabeza, mientras yo daba vueltas sin parar en su sala, al haber logrado salir del baño, y no contenta con estar completamente mareada y con un horrible dolor de cabeza, simplemente hice lo que mejor sé hacer cuando me encuentro llena de nervios y no sé qué hacer y aquello es dar vueltas por todo el lugar, algo que odia mi hermana Vanessa.
—Ya deja de dar círculos en mi sala me estás mareando…—Me detuve al escuchar a leila, en lo que di un gran suspiro y esperé a que esta continuase con aquello que estaba dispuesta a decir —Din ¿no te das cuenta de lo hermosa que eres? Puedes dejar a cualquiera por el piso, tu cabello castaño largo que llega hasta tu cintura, tu piel blanca que no importa
cuánto intentes broncearte aquella no sede, tus tetas hasta yo las quisiera, tu trasero levantaría la envidia de cualquiera y no olvidemos tus ojos, tú. Amiga mía te pasa de apetitosa, estoy segura de que si quisieras trabajar para mí en menos de una semana conseguirás el dinero.
—Bien entonces hagámoslo —Leila me observo extraño, sin entender a lo que me refería — Consígueme clientes para pagar la deuda, estoy dispuesta a hacerlo con tal de librarme de aquella deuda, cualquier cosa.
—No cariño lo siento, pero ya tienes la etiqueta > y nadie se atreverá a tocarte, hacerlo solo aseguraría sus muertes, además de la mía…
—¿Y Entonces que voy a hacer? Oh Diablos si tuviera al Maldito de Maik enfrente, lo estrangularía, no sé cómo pude caer en sus mentiras.
—Oh linda créeme que si estuviera aquí yo le cortaría el pene con mi cuchillo para carnes, sin embargo, eso no es importante ahora, Todos te advertimos de la clase de hombre que era, y el día que la zorra de su amante te llamó yo investigue y ella estaba embarazada, y descubrí que él tenía una adicción con la nariz —Al decir eso yo me quede más pálida de lo que estaba en ese momento, sabía que Maik era un maldito, pero tener un amante en embarazo jamás lo imaginé Y lo otro que dijo ni siquiera lo entendí.
—¿Una adicción con la nariz? —La miré con mi cara de interrogación, creo que parecía un meme en ese momento.
—Si ya sabes al polvo blanco —La miraba un poco más extrañada, sin poder saber de qué hablaba —Por Dios Santo, ¡Din se drogaba!
— ¿Qué? No… Eso no puede ser verdad, yo me hubiera dado cuenta.
—Din cariño eres capaz de reconocer a una persona ebria a kilómetros, Pero te falta saber un poco más del mundo de las drogas.
En ese momento me di cuenta de que toda mi relación era una mentira total, y no es que antes no lo supiera, sin embargo, ahora lo confirmaba.
—¿Bien y cuántos días faltan para que tomes una decisión? —Me pregunto Leila mientras yo estaba en otro mundo —Din cariño reacciona hay que encontrar una solución, aunque la única solución que yo encuentro, es que aceptes su trato.
Al escuchar las palabras leila, solo me hacía una pregunta ¿aceptar su trato? ¿Acaso no tenía otra opción? Aunque al parecer no… Ella era la única que daría una respuesta y parece que ya la está indicando.
¿Y qué haría? Ser su puta hasta que él se aburra de mí, Hasta donde yo entendía, las mujeres que se volvían sus amantes desaparecían. Después de que él se aburría de ellas, ¿y si hacia eso conmigo? De igual manera ya estaba muerta tomara la decisión que tomara. Leila habló de nuevo sacándome del trance en el que me encontraba.
—Din cariño el único consejo que te daré, es que no te puedes dejar Adsorber de él, puede que disfrutes el sexo, Pero no puedes perder tu personalidad y mucho menos puedes enamorarte de él, Por qué no sabemos qué hará cuando se aburra de ti.
—Eso no va a ocurrir, no hay manera que llegue a disfrutar estar en la misma cama de ese hombre, hasta ahora lo único que siento, es un odio hacia su Persona.
—Din cariño muchas de mis chicas se ven en vueltas en situaciones parecidas y aunque sientan cierto tipo de repulsión por el cliente, terminan encantadas con el sexo y la manera de tocar de sus clientes.
—Pues eso no va a pasarme a mí, estoy segura, que mis sentimientos no cambiarán.
—No lo sé cariño todos los que han Tratado con Park, concuerdan que es un hombre con un carisma impresionante que atrae a cualquiera a la perdición.
Al decirme eso yo solo me quedo totalmente callada, al parecer ya tomé una decisión, solo espero que sea la indicada porque sea cual sea la situación, hay algo que tengo seguro él no me Adsorberá Y no me enamore de él, No de Daniel Park.