Librería
Español
Capítulos
Ajuste

4.- Viaje de estudios y sorpresas

Pasó la semana más rápido de lo que me hubiera gustado. Entre preparar todas las cosas, comprar una maleta y dejar una lista de las cosas que tienen que hacer con Matty y Mia, la semana se fue volando. No estoy segura todavía de que sea una buena idea ir y dejar a mis dos bebés por una semana sin su madre, pero Emma y mi madre los cuidarán bien. De eso estoy muy segura. Me han ayudado a cuidarlos desde que nacieron y siempre lo han hecho bien. Dudo mucho que de un día para otro comiencen a hacerlo mal.

Es la noche antes de que tenga que irme. Estoy ordenando mi maleta. No llevaré muchas cosas, solo la ropa necesaria y variada porque no sé qué clima habrá allá. Unos libros, las cosas de aseo personal, mi computadora para comenzar las tareas que me dio el señor Dean de inmediato, unos libros... Si creo que de todas maneras llevo varias cosas.

Al menos no es todo ropa como seguramente lo harán las otras chicas, quienes solo querrán salir de noche y dormir de día.

Saco de mi mesa de noche una foto mía con mis hijos cuando ellos cumplieron un año solo hace unos meses atrás. Siempre la guardo ahí, ellos se ven tan felices y yo estaba muy feliz ese día también... Voy a extrañar a mis hijos como una loca.

-Está completamente prohibido arrepentirse, Madison Tate.

Sonrío. Emma se sienta en la cama y me ayuda a ordenar la ropa que aún no meto en la maleta. Dejo la foto de mis hijos de vuelta a su lugar, pero me la llevaré conmigo para Alemania.

-No me estoy arrepintiendo- le digo- Pero tengo un mal presentimiento de este viaje.

-Solo no te embriagues y te acuestes con un desconocido y todo va a ir perfectamente.

Ambas reímos. El modo en que concebí a Matty y Mia ya se ha convertido casi en un chiste para nosotras. Mamá aun no le gusta bromear con esto, le afecta un poco. Dice que esperaba eso de Emma, pero no de mí. Yo tampoco lo esperaba de mí, pero ya vemos las sorpresas que nos da la vida... y no sé porque razón creo que ésta me tiene preparadas varias más. Solo espero que no sean más hijos, al menos a corto plazo. Con mis pequeños mellizos ya tengo suficiente.

Con Emma sentimos unos pequeños pasos corriendo hacia aquí. En unos segundos vemos una pequeña cabeza rubia con su pijama de Cars.

-Matty- le digo y él mueve su cabeza hacia mí- No corras en los pasillos, hijo. Te puede pasar algo.

Él asiente. Matty es muy inteligente, más de lo que debería ser a su edad. Se acerca a Emma con los brazos abiertos y mi hermana sin dudarlo dos veces lo toma en brazos y lo sienta en su regazo.

Emma comienza a jugar con Matty haciéndole caras graciosas con las que él se ríe a carcajadas. Mi hermana también se ríe mucho jugando con mi hijo.

-Es asombroso el parecido que tiene Matty a su padre.

Muy pocas veces hablamos de los padres de mis hijos, de Jace. Mi hermana lo saca de vez en cuando y siempre para lo mismo. Hablar del parecido que tiene él con los mellizos.

-Créeme, lo sé- le contesto- Es lo primero que pienso todas las mañanas cuando lo despierto. Durmiendo es igual a la foto que tengo de Jace

Ya no me afecta tanto hablar de Jace. Por lo menos no tanto como me dolía en un principio. Cada vez que me preguntaban o mi hermana lo nombraba me largaba a llorar como si tuviera 5 años. Tomemos en cuenta que estaba embarazada con mucho estrés y muchas hormonas.

- ¿Mia? - dice mi hijo sabiendo decir el nombre de su hermana casi a la perfección.

-Debe estar durmiendo, justo lo que deberías estar haciendo tú, jovencito- le respondo.

Matty se remueve en el regazo de mi hermana para que lo baje. Cuando Emma lo hace, él camina hacia mí y hace exactamente lo mismo que había hecho con mi hermana minutos atrás. Dejo la ropa que estaba ordenando a un lado y tomo en brazos a Matty. Se ve cansado y reposa su cabeza en mi hombro.

-Se va a quedar dormido- me informa mi hermana

-Lo iré a dejar a su habitación.

Camino hacia la habitación de los mellizos que está junto a la mía. Efectivamente Mia estaba durmiendo como una pequeña princesa con su pijama de "La sirenita".

Dejo a Matty en su pequeña cama y me doy cuenta de que ya se ha quedado dormido. Como lo he hecho mil veces, veo a mi hijo dormir y me sorprendo del parecido que tiene con Jace.

-Los voy a extrañar mis amores- les digo, aunque sé que no pueden escucharme porque están profundamente dormidos- Volveré en una semana lo prometo.

...

El viaje en avión lo pasé la mayor parte del tiempo durmiendo. Nunca había dormido tan bien y tan tranquila. No al menos en el último año y medio. Dormir sin tener que despertar a cada hora para darle de comer a los mellizos, aunque eso era más cuando eran pequeños. Ahora mi preocupación es que no se despierten en la noche y deambulen solos en la casa a oscuras. Matty es propenso a hacer esas cosas, más que Mia. Mi hija normalmente lo hace solo para cuidar a Matty o al menos esa es mi teoría.

Nunca entenderé completamente el tipo de conexión que tienen los mellizos.

Cuando llegamos al aeropuerto me doy cuenta de que es un gran grupo. Somos al menos 100 personas. Los mejores de cada carrera y algunos invitados como yo y algunos profesores. Nos dividen en pequeños grupos de 20 personas y en un bus nos llevan a lo que supongo será nuestro hotel.

No conozco a nadie de las personas de mi grupo. Deben ser de otras sedes de la universidad, aunque en el asiento de adelante hay un cabello rojo, un poco zanahoria en verdad, que me llama la atención y que he visto muchas veces antes...

-Hola, Mads- dice Hannah con voz chillona.

Claro, es la mejor en su carrera- pedagogía en historia- y por supuesto tenía que estar en el mismo grupo que yo. Al menos Peter no vino al viaje, no es la mente más brillante precisamente.

-Me sorprende verte aquí- continua, aunque la ignoré completamente- ¿Quién cuida a tus pequeños bastardos?

-Si vuelves a hablar así de mis hijos te cortaré el pelo mientras duermes y lo donaré a alguna fundación.

Aquello lo digo con tanta rabia, pero a la vez con tanta tranquilidad y seriedad que Hannah me mira con los ojos como platos y se da la vuelta para volver a su egocéntrica vida.

-Es una perra- dice alguien detrás de mí.

Me doy la vuelta y veo a dos chicas. La que me habló es rubia, con el pelo corto y ojos azules. Todo un modelo y se viste como una modelo al parecer. La segunda es una chica al parecer un poco más introvertida de cabello marrón que le llega un poco más allá de los hombros y ojos color miel.

-Lo es- respondo con una mueca pensando en la maldita de Hannah

-Me llamo Aubrey- dice la chica rubia- y ella es mi mejor amiga Thalia.

-Hola- dice tímidamente la chica de ojos miel.

Las saludo con las manos a las dos con una gran sonrisa en la cara. Parecen buenas chicas y nunca antes las había visto.

-Soy Madison- les digo- Nunca las había visto antes, ¿De qué facultad son?

-Arte- dice orgullosa Aubrey- Yo estudio diseño de ambientes y Thalia diseño gráfico.

-Pedagogía en Literatura.

En comparación con las carreras de estas chicas, la mía suena un poco aburrida, pero me gusta la literatura y es todo lo que quiero hacer de mi vida. También me encanta enseñar y es por eso que esta carrera es lo correcto para mí.

Aubrey está a punto de decir algo cuando el sonido del bus en marcha comienza y unos susurros también. Todas las chicas suspiran mirando hacia adelante, seguramente un chico guapo ha subido al bus o algo así.

-Bueno, mi nombre es Jason Bell y seré su guía turístico durante esta semana.

Esa voz.

Ese nombre.

¿Es posible? No, es completamente imposible. Él me dijo que se iba a Londres y estamos en Alemania, no en Inglaterra.

Me da miedo mirar adelante, pero cuando lo hago mi mundo se paraliza. Me falla la respiración y automáticamente escondo la cabeza en el asiento. No, no puede ser él, pero sin embargo lo vi con mis propios ojos.

Jason... Jace...

Siento que el calor deja mi cuerpo y un frío como el hielo embarga mi cuerpo.

¿Qué puedo hacer? ¿Cuáles son las posibilidades de escapar de este lugar sin que él me vea?

Es nuestro guía turístico y solo somos 20 personas en el grupo, es imposible que no me vea en algún momento.

Puede que ni se acuerde de mí, pero no sé qué me da más miedo. Que me reconozca o que no lo haga.

¿Qué puedo hacer?

Él no puede saber de los mellizos, no puede. No me creerá y comenzará a insultarme, lo sé. Dirá que me aleje de él y que no vuelva a acercarme a él y eso dolerá más que cualquier otra cosa.

No, no puede saber sobre los mellizos.

¿Es injusto para ellos? ¿Es injusto para él?

Mi mente va a explotar en cualquier momento si sigo pensando tantas cosas y tantos panoramas que aún no han pasado.

Solo tengo una cosa clara. Jace no puede saber que los mellizos son suyos, tal vez ni si quiera deba saber su existencia y mucho menos debo hablar con él, interactuar u otra cosa. Debo mantenerme alejada de Jace el mayor tiempo posible.

-Madison- escucho la voz de Aubrey, se siente lejana, pero me obligo a fijar la vista en ella- ¿Estás bien?

Asiento con la cabeza siendo incapaz de pronunciar palabra alguna. Estoy en estado de shock. Pensé que no volvería a ver a Jace nunca más en mi vida. Tenía planeado que no volviera a aparecer en mi vida y en la de mis hijos, pero parece que a la vida le encanta darme sorpresas y esta es igual de grande que la primera que recibí.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.