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Si fueras ella

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Clara Greys
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Sinopsis

Alexander es un hombre frio y controlador con un pasado que lo atormenta porque el amor que siente por su esposa muerta a hecho que su corazon se cierre para el amor, pero la vida le pone delante a Violeta que le va a enseñar hacer feliz aun cuando su corazon halla sido pisoteado por la arrogancia, Alexander le enseñara a Violeta a ver la vida como es, sumamente cruel, Violeta se le entrega como jamas lo habia hecho con un hombre y Alexander solo la ve como algo  en lo que saciar su odio hacia la vida y por el hombre a quien mato a su esposa, con todo lo que conlleva estar con el, Violeta decide terminar una relacion que la esta dejando un corazon roto y una vida miserable, decide poner tierra de por medio, pero Alexander no dejará que se aleje y decide luchar por ella.

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Capítulo 1: ALEXANDER

RIO DE JANEIRO

El teléfono suena nuevamente, al ver el nombre de la persona que llama, mi corazón duele; es mi madre. Sé que su amor es incondicional, pero también, ella tiene que entender que no soy un niño y que necesito mi espacio. suspiro, porque sé lo que viene. Oprimo el botón de aceptar.

—¡Hasta que por fin contestas el teléfono! —Está molesta—. Quiero saber de ti y lo que haces es evitar mis llamadas, necesito que vuelvas a México. Sé que es fuerte, pero debes superarlo. El pasado jamás regresará y debes seguir adelante. Por ti, por nosotras.

Cierro los ojos, sé que tiene razón, pero no sé si estoy listo para ver mi realidad.

—Lo sé mamá... —Mi silencio lo dice todo—. No es fácil.

—Sé que necesitas tiempo y sanar las heridas, pero no estás solo, aunque no lo notes, te necesitamos.

—La escucho llorar me mata ser el causante de su dolor—. ¡Espero que vuelvas, hijo!

El sonido me indica que la llamada ha terminado, y me hace sentir peor, sé que tiene razón, pero es difícil seguir adelante cuando mi mundo era ella, pero no puedo seguir así, no puedo detener mi vida, así que decido volver, llamo a mi secretaria.

—¡Señor!... —Siempre pendiente.

—Necesito el avión para mañana —le ordenó y cuelgo.

Volver a México... volver a nuestro lugar y revivir los planes que teníamos... Y que a causa de un accidente, la vida me cambió totalmente, creer que un amor puede ser para todo una vida, lastima el alma.

Al año del accidente arrestaron al hombre que venía manejando, no fue suficiente, el dolor seguía, no podía seguir adelante, no sin ella. Me levanto de la silla y voy a la terraza del hotel. no puedo dejar de admirar la belleza de este país, sus playas y su gente, me encantaría volver y quedarme más tiempo, quedé enamorado de este lugar, pero recibo un mensaje de mi secretaria con la hora de salida de mi avión, respiro, entró en mi habitación y me acuesto en la cama. Cierro los ojos y mi mente solo está ella, mi mente se niega a olvidarla, con el corazón destrozado y miles de recuerdos, me duermo.

***

La alarma suena, me levanto y voy al baño, una punzada de cabeza me hace quejarme, reviso la hora y son las cinco de la mañana, me desvisto y me baño, termino y salgo, comienzo a vestirme, al estar todo listo, salgo de mi habitación, mi guardaespaldas toma mi maleta, al salir del hotel, la limusina espera por mí, me alivia esto, odio los retrasos. Me subo, tomo mi teléfono y le envío a mi madre un mensaje. Recuesto mi cabeza y alcanzó el agua, tomó un poco, me coloco los lentes, enciendo el reproductor y comienza a sonar una balada, había tráfico, estaba molesto, quería llegar pronto. Pasan más de veinte minutos, hasta que llegamos al aeropuerto, el chófer me abre la puerta y se encarga de mi maleta, caminamos hasta la pista de abordaje, la chica encargada de atenderme, toma mi equipaje y lo sube al avión, camino detrás de ella teniendo una buena vista, no estaba nada mal, pero no era mi tipo, era rubia y esas mujeres están descartadas para mí.

—¿Necesita algo más, Señor? —Su coquetería me hace sonreír.

—No, todo está bien.

Me siento, dejo mi maletín a un lado y busco mi portátil y comienzo a trabajar en unos proyectos que tenía planeado a futuro, la Señorita me avisa que estamos por despegar, la apagó y la dejó en la mesita, el avión comienza a despegar, veo por la ventanilla, una nostalgia llena mi corazón, en pocas horas estaré en México, es tan difícil para mí toda esta situación, trato de seguir adelante, pero se me hace tan difícil, cierro los ojos y dejo que mi mente la recuerde nuevamente, el día que la conocí.

Flashback

Estaba molestó y herido. ¿Cómo mi padre pudo hacerme esto? ¿Cómo se le ocurre dejar a mi hermano a cargo de la empresa, cuando él sabe muy bien que es un alcohólico y se gasta el dinero en mujeres? En cambio yo, su hijo menor, siempre estaba ahí, pendiente de cualquier problema que pudiera surgir y trabajando arduamente para sacar la empresa adelante. Caminaba sin rumbo fijo, quería regresar a la empresa y hacer entender a mi padre que la decisión que estaba tomando no era la correcta, pero estaba ciego y no quería ver la clase de hijo que tenía, estaba tan sumido en mis pensamientos, que sin darme cuenta, choque con alguien y eso produjo que cayéramos al suelo, ella encima de mí, no paraba de quejarme y ella de reír, subo mi mirada y me encuentro con la mujer más hermosa, su sonrisa iluminaba todo y me hacía sentir pequeño delante de ella, sus ojos era del color del mar, con un brillo especial, ella empieza a moverse, y caigo en cuenta en la posición que estamos, me mira, una sonrisa aparece en mis labios, la ayudó a levantarse.

—Deberías estar pendiente de por dónde caminas, no puedes ir por la vida tropezando con chicas indefensas —me dice mientras se cruza de brazos.

—¿Dónde está la chica? —pregunto y ella responde con un ceño fruncido, un signo de su molestia.

Cuando está por irse, agarro su mano.

—¡Espera! —le ordené, no podía dejar de verla a la cara, era hermosa—. No te molestes. ¿Te parece si te invito a tomar un café?

Ella lo piensa y estoy nervioso por su respuesta, hasta que ella acepta. Fuimos a un local muy conocido en México, desde ese momento, sabía que sería la mujer de mi vida.

Fin del Flashback

Abro mis ojos, mi corazón está latiendo demasiado rápido y una capa de sudor baja por mi frente, la Señorita me mira preocupada.

—¿Está bien, señor? —me pregunta y luego coloca su mano en mi hombro.

—Sí, no se preocupe —respondo antes de levantarme e ir al baño.

Entro, me lavo mi cara, mi reflejo en el espejo demuestra un hombre cansado de esta vida, necesito que todo esto mejore y que nada duela, quiero avanzar y seguir con mi vida.

Al salir, la Señorita me informa que me coloque el cinturón de seguridad que estamos por aterrizar, camino hasta mi asiento, me preparo, de nuevo, en México, en el lugar donde creía que la felicidad iba a durar una vida, espero, el avión deja de moverse, llegamos, me desabrochó mi cinturón, agarro mi maleta y bajo, el guardaespaldas se encarga de ir en buscar mis otras maletas, estoy por enviarle un mensaje a Ignacio informando de mi llegada, cuando escucho un grito, al ver hacia el sonido de esa voz, noto que era mi pequeña.

—¡Hermanito! —dice emocionada. Me abraza con fuerza. Solo doy gracias por este ángel, que tengo en mi vida. Saludó a mi madre al separarme de mi hermana, llegamos a dónde estaba estacionado la limusina, el chófer me saluda y nos abre la puerta, entramos, mi hermana comienza hablar del colegio y las nuevas amigas que tiene, beso su mejilla y la siento en mis piernas.

—Diego dejó la empresa. —Mi madre suspira—. No sé qué hacer con él. Sabes que jamás me hice cargo. No sé cómo se maneja. Ignacio me ayuda, pero no es su obligación.

Asiento, tiene razón, tomó su mano, sé que está preocupada, pero ahora estoy aquí, la ayudaré en todo lo que pueda.