Sinopsis
Si eres escritora sabes que cuando creas a un personaje protagónico te enamoras tanto o más de el que tus lectores o la propia protagonista. ¿Que pasaría si fueras seducida por tu personaje? ¿Y si ese personaje existiera? ¿Podrías impedir que tú personaje te sedujera fuera de tu historia? Me ayudarían sus respuestas , porque yo no pude impedirlo. Me dejé arrastrar por la pasión y la seducción de mi más tóxico personaje. Pero está vez , en la vida real.
prólogo
Una mañana cualquiera,de un día cualquiera en mi rutinaria vida, me asomo a mi terraza a tomar un café malo, muy malo, de esos que acostumbro hacer... y un camión de mudanzas se roba toda mi atención.
Para una escritora todo es interesante, surgen ideas de las cosas menos esperadas, de los eventos más comunes y de las situaciones que se presentan de la nada.
Tu creatividad se dispara como un interruptor, cuando menos lo esperas.
En fin, aquella bendita mañana lo conocí.
Y se volvió un maldito grano en mi trasero, quería controlar mi vida entera. Era casi peor que el más tóxico protagonista de mis historias.
Pero lo peor era, que yo quería que lo hiciera, estaba tan enamorada de mi propio personaje ficticio, que me sentí con él, viviendo en una fantástica realidad.