Prólogo.
Una palabra me describe y esa palabra es: simple.
Nunca fui una chica con hermosos atributos físicos, tampoco tuve la suerte de encontrar al amor de mi vida caminando por los pasillos de la escuela, con suerte y los chicos se dan cuenta de mi existencia.
Mis padres me abandonaron cuando nací, seguramente desde mi nacimiento supieron que yo solo les traería monotonía a sus vidas, ¡bien por ellos!
—¡vive la vida loca! —es lo que Ivonne me dice siempre.
Pero estoy muy lejos de eso, ¿que podría hacer por mi vida? Más que terminar mis estudios y poder ir ala universidad con alguna beca que me ofreciera la escuela.
Todo iba a pedir de boca, solo faltaba dos días para terminar la escuela cuando algo pasó, algo que me dejó atónita, con miedo en mi interior y con muchas preguntas, jamás imagine algo así en mi vida pero ya no había vuelta atrás, no podía cambiar lo que había sucedido y eso era lo que más me aterraba.
Aprecio un chico diciendo que podría darme respuestas a todas mis preguntas, ¿podría confiar en el?
Me llamo Amelie y esto fue solo el comienzo.