Capitulo 3
Cuando amaneció no vi a Ignacio en la cama, de seguro ya se
había ido a la empresa. Vi el reloj y eran las nueve de la mañana. Me levanté y
me coloque mí vestido de pijama y salí de la habitación de Ignacio con cuidado
de no ser vista.
- Franchesca.- Di un salto del susto, me voltee y vi a Kenny
mirándome con una ceja levantada. Mierda.
- Hola.- me sonroje completamente al ver que estaba con mí
vestido cortito saliendo de la habitación del jefe, no había excusa que valga.-
Yo...eh...
- Se sobre tu aventura .- Dijo de lo más normal, ¿Mí
aventura? ¿Era una aventura? Asentí nerviosa .- El seños Diaz me tiene una gran
confianza, lo he visto en la cocina y en el Living.- Mí cara no podía estar más
roja. Gracias Kenny has logrado hacer de esta mañana la más vergonzosa.
- Basta Kenny.- Susurré.- Nadie más puede saberlo.
- Es un hecho que no, el señor Diaz hoy no ira a la empresa,
almorzara aquí
- De acuerdo, ¿Camille está despierta?.
- Abajo preparando el desayuno para el señor Diaz.
- Si, el señor Diaz.- Dije distraída.- Iré a bañarme y porfavor
Kenny, no te vuelvas aparecer así de la nada porque me dará un infarto.- El río
negando con la cabeza y luego camino hasta su habitación, si, el también tenía
habitación .
Luego de una ducha baje hasta el comedor, Camille terminaba
de poner todo en una bandeja, había tres. La ayude con una, Scarlett al parecer
aún no bajaba porque no la vi en ningún lado, y en el jardín trasero no estaba,
al llegar al comedor la vi entrar por la puerta de ingreso con unos sobres. Los
dejo en una mesilla y nos ayudó a servir lo que faltaba
Al terminar, cada una de nosotras empezó con sus
actividades, fui a limpiar el cuarto de Ignacio y entre sin golpear, estaba
acostumbrada a que él nunca estaba, me tape la boca para evitar un grito al
verlo desnudo completamente, mientras veía televisión, no esperaba verlo aquí.
- Disculpe señor no acostumbro a que esté aquí de día.
- No te preocupes.- Oh *****, estaba erecto
Él siguió viendo la televisión como si nada y yo comencé por
acomodar la ropa limpia y luego la ropa sucia meterla dentro de un cesto.
Cuando volví de la lavandería para pasar el lustra mueble po todos los muebles
de su habitación, escuché gemidos a través del televisor, estaba viendo una
película porno. Mis bragas se mojaron ante eso.
- Se parecen a los tuyos.- Dijo de la nada, me voltee a
verlo.- Ella.- Apunto con el control remoto la pantalla. Una rubia gemía
mientras le daban por atrás. Mierda, mierda, mierda.
- Señor Diaz, estamos en horarios de trabajo, usted mismo
dijo que no se podía hablar sobre eso.
- Yo hice la regla, yo puedo romperla.- Levante una ceja. Él
se puso de pie, y no pude evitar mirar hacia abajo, se acercó a mí y me beso.
Con sus manos me acerco a él y me apretó contra su erección. Gemi por lo bajo.
- Señor Diaz...
- Oh, como me excita eso, dilo, Franchesca..- Dios este
hombre me iba a matar.
- Señor Diaz...
- Que quiere señorita Welsch? .- Oh el sabía lo que quería.-
Dilo!
- Quiero que me folle, Señor Diaz - Así que esté era su
juego, excitante, pensando que en cualquier momento, Kenny, Richard, Camille o
Scarlett podrían entrar por esa puerta.
- Con gusto, señorita Welsch.
Me recostó en la cama, y me bajo el pantalón, me subía la
blusa hasta la parte de arriba de mis pechos, y desabrochó mí brazier, el cual
tenía su broche adelante. Beso mis pechos y con su mano acaricio mí sexo, tome
su miembro entre mis manos y lo masajeé, gruñó en mí oído. Los gemidos de la
película, aún se oían, y eso me calentaba más.
- ¡Señor Diaz! .- Se oyó la voz de Richard del otro lado de
la puerta.
- Maldicion.- Gruñó el.- ¡Ya voy! .- Me beso por última vez
y se levantó, se puso rápido un boxer y un pantalón, junto con una camisa, yo
acomode mí ropa.- Métete al baño, que Richard no sepa que estuviste aquí.
- Si señor.- Y ahí entre y el apagó el televisor y salió, al
cabo de un minuto y un poco más salí del lugar, baje las escaleras para ir a la
cocina
- Y tu? .- Me pregunto Camille cuando llegue hasta ella
- Arriba, que cocinas?
- El señor Diaz quiere pasta.- Levantó los hombros.
- Quien es la mujer que está en el living?.- Pregunté
curiosa Camille se tenso, y su nerviosismo fue notorio.
- Una ex empleada.- Asentí.- Era buena en casa, no sé porque
la despidió.
- Quien sabe.
- ¡ Franchesca trae un té y un café !.- Me puse a prepararlo
y luego lo lleve, no sé porque tengo que hacer esto yo, si yo limpio no cocino,
tal vez le guste mí café.
- Aquí tiene, señor Diaz.- El me señaló a la muchacha blanca
de pelo castaño y ojos cafés.- Señorita
- Gracias, ¿Nueva empleada?
- Si, tenía que reemplazarte.- Okey, eso sonó feo, soy un
reemplazo. Qué más da eso era obvio.
- ¿Reemplazarme?.- Yo comenzé a alejarme pero realmente
quería escuchar.
- Reemplazarte.
- ¿En todo sentido?
- En todo sentido que le veas a la palabra Reemplazarte .-
Ella gruñó.
- Ignacio deja el pasado .- ¿Pasado? Oh, esto se ponía
bueno, Quería escuchar más pero Camille me tomo del brazo y me llevo al segundo
piso.
- Escucha Welsch, tú estás aquí para limpiar, no para
copuchar. Si Ignacio se entera que estás metiéndose en su vida privada se
enojara. Y créeme no es bueno verlo enojado.- Asentí.- Eres mí amiga no quiero
que se comporte mal contigo.
- Si...
- Además Kenny siempre ronda por todas partes junto a
Richard y le cuentan todo a él, ten cuidado.- Y ahí iba de nuevo esa típica
frase de Camille.
- Si Camille ve a cocinar yo seguiré limpiando.
¿Quien era esa mujer? Y ¿Cual era aquel pasado? No sé pero
tendré que averiguarlo.
Pero yo era testaruda y bastante porfiada, y quería seguir
escuchando. Haci que tome el lustra mueble y el limpia vidrio con la escusa de
limpiar la sala. Tome un paño y fui hasta el lugar hay estaba ella y el la
miraba de brazos cruzados.
- Deja de hacerte la víctima, Victoria.- Oh, así que ese era
su nombre.
- Ignacio, entiende que fue injusto para mí.
- No, no lo fue, tú no seguiste las instrucciones.
- Era una maldita inyección! .- Que tenía que ver una
inyección en todo esto?, Seguí limpiando un gran mueble mientras disimulaba, Ignacio
gruñó ante mí presencia.
- Franchesca, ve a limpiar a otro lado.- Levante mí mirada
hacia el.
- Si, señor, puedo acabar con este mueble primero? .- El
gruñó otra vez pero asintió.
- Así que ella es mí reemplazo, ¿Es mejor que yo?.- hablo
con disgusto la mujer.
- En todo sentido.- Se refería a eso porque yo me acordaba
con el? O porque era mejor empleada?.
- Bueno, creo que hablar contigo es como hablar con la
pared, no llegaremos a un acuerdo.
- Exacto, vas entendiendo Victoria.- Se puso de pie, a lo
que ella también lo hizo. ¿Se iban porque yo estaba aquí?.
- Harry aún pregunta por ti.- Ignacio Gruñó.- Está bien,
adiós.
- ¡Richard!.- El hombre apareció en la sala.- Lleva afuera.-
Yo seguí limpiando el gran mueble, cuando la sala estuvo vacía, Ignacio se
acercó peligrosamente cerca.- Era necesario limpiar esta habitación?.
Un escalofrío recorrió por mí cuerpo.
- Si, señor.- Vi como Camille subía las escaleras.- Eh,
tengo que seguir limpiando.
- Puedes ir y acabar mí habitación.- Lo mire tratando de
entender sus palabras, ¿No lo decía por lo de hace un rato, verdad?, Dios este
hombre me congelaba las neuronas y no pensaba bien.
- Está acabada.- Terminé, este lío en cualquier momento
alguien nos podría ver y no quería problemas.
- Bien.- Se alejó de mí y se metió en su oficina, cerro la
puerta fuerte.
- Franchesca.- Me habló Richard.- Creo que Scarlett necesita
ayuda aya adelante.
Asentí y fui a donde estaba ella, sentada de rodilla
mientras arreglaba unas flores rotas. ¿Quien las rompió? Tenía que ser un
idiota para romper flores hermosas.
- ¿Ayudó?.- Pregunté, y ella asintió de inmediato .-¿Quien
las habrá roto?
- Fue Victoria, la mujer que estaba adentro.- Asentí.
- Quien era ella?.-
- Fue una empleada por 2 años, siempre estuvo enamorada de
él.- Me tense
- ¿Pasó algo entre ellos?
- Lo siento Franchesca...es confidencial, ya sabes,
cualquier cosa que haya pasado en esta casa antes que tú entraras es
....confidencial, recuerda el contrato.- fruncí el ceño.
- Entiendo.
Decidí preguntar por otras cosas a ver si las respondia,
entonces solo el tema de esa mujer era confidencial, y si no, ella estaba
diciendo la verdad. No esque yo no sepa de ese contrato, yo igual firme. Pero
vamos, estábamos solo nosotras ahí, quien más podría escuchar?
- ¿Es cierto que Ignacio Diaz era alcohólico?
- Confidencial, Franchesca.- Bien, por parte de ellas no
tendría respuestas.
- ¿Todo es confidencial?
- La mayoría, solo cosas sin importancia, se puede decir.
- Amm... Cómo que Ignacio compró esta casa hace 2 años, las
empleadas que entraron y salieron, y la fiesta de cumpleaños con más de 200
invitados, en cierto Punto.
- ¿Que empleadas han estado aquí?.- Tenia una gran duda
sobre, Victoria ¿Quien era ella?
- Bueno, primero entre yo, Kenny y Samantha, pero ella se
tuvo que ir a otro país a estudiar a otro país, y dejó el cargo, Luego entro
Camille y Victoria y más adelante entro Richard, y Luego Victoria fue despedida
y ahora estás tú.
- Ah, en serio no puedes decirme nada de Victoria?.
- Nada, solo él puede darte respuestas.- Asentí.
Cuando el día estaba por acabar y yo estaba dándome una
ducha, sentí el golpe leve de mí puerta. Fui a ver quién era y me encontré con Ignacio
en ropa interior. Mordi mí labio instantáneamente y el sonrió mientras entraba
en mí cuarto.
- ¿Quieres sexo?.- Pregunté al ver que se acostaba en mí
cama, y se apoyaba en sus brazos para quedar semi-sentado.
- Que directa señorita, Welsch.- Me ruborice.- Y si, quiero
sexo.
- ¿Con una película porno de fondo?.- Pregunté al verlo que
prendía el televisor, recordé lo de esta mañana.
- Si, ¿Vas a venir o voy a buscarte?.- Me acerque a él con
piernas temblorosas, Me sentí un poco ofendida más bien puta, yo lo amaba o al
menos lo quería, y él solo se interesaba en mí solo por sexo.
- Si, señor.- Me senté sobre el, y me frote contra su
pelvis. Los sonidos del televisor comenzaron a sonar, oh sí, el canal playboy.
- Mmmm...- Me apretó las nalgas y gemí, al sentir como su
miembro crecía, recordé la conversación con Kenny esta mañana y me sonroje.
- ¿Porque Kenny sabe de lo nuestro?.- El gruñó mientras
besaba mí cuello, susurro muy cerca de mí oído.
- Nos vio en el living y no pude negarlo.- Me apretó una
nalga.
- ¿Como sabías que habla de nosotros con Camille?.- Si, una
total mata pasiones pero quiera saberlo.
- Si tengo que taparte la boca, créeme que lo hare.- Me
advirtió, y gemí. Sus labios volvieron a atrapar los míos.
- Eso sería excitante.- Me miró con sus ojos ardientes,
oscuros, llenos de lujuria y me sonrió. Me levanto y se dirigió a mí armario,
abrió las puertas y busco entre mis prendas algo que sirviera.- Tal vez en el
cajón de abajo.- Le sugerí .
- ¿Que guardas aquí?.- Abrió y sentí su sonrisa al ver mis
tangas limpias. Sacó dos y las anudo. Luego me las cruzó por la boca y por la
cabeza, y las ato. - Que sexy te ves.- No podía responder solo gemí .