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Royal

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Savannah Piper
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Sinopsis

Hay un límite para absolutamente todo, y al parecer eso a la realeza le vale un comino. Si me dieran la oportunidad de cómo sería mi vida, no elegiría una en la que estoy encerrada en lo que es lo más parecido a un palacio, y con un séquito de personas que están todo el tiempo pendientes de ti. Incluso son tu despertador personal. Quien haya dicho que una vida de princesa es genial o sería estupendo, no tiene idea de lo que dice.

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Capítulo 1| Parte 1

Las reglas se hicieron para romperse, y seguir nuestro instinto, ¿pero cómo romper las reglas que se escribieron desde antes de tu nacimiento? Simplemente no puedo. Es imposible, aunque portes una corona y te sientes en un trono, frente a muchas personas, admirándote y esperando que seas la soberana perfecta.

Desde que cumplí los seis años, mis padres me hablaron de la manera más sería posible, la responsabilidad que hay en mí, desde mi nacimiento. El título de princesa no solamente es ser parte de la familia real, sino también cuidar del reino en el cual vives, y muchas personas dependen de ti, y de lo que decidas. Lo sé, a la corta edad de seis años, es mucha información que procesar, y con el paso de los años no solamente me educaron para ser una princesa y futura reina, también comencé mi entrenamiento de magia.

Velour fue, es y será mi prioridad, sin embargo, eso no evita que piense en mis anhelos.

— Tenemos que seguir con la lección, princesa — dijo Leoh, cuando caí de bruces al suelo. Estaba totalmente agotada físicamente y si daba un paso más estaba segura de que escucharía mil lamentos.

— No soportaría otra hora más, Leoh. ¿No hay un descanso de media hora? — por su expresión supe que era un rotundo no.

Leoh Sage, la persona que fue lo más cercano a un mejor amigo, desde que nos presentaron a la edad de diez años. Era una coincidencia que ambos cumpliéramos el mismo día, a la misma hora, pero no naciéramos en el mismo lugar. Leoh en un pueblo cercano a Velour, con un número de habitantes escaso, y desde que lo conocieron mis padres le dieron la oportunidad de recibir clases con los mejores profesores. Todo a cambio de ser mi mano derecha. Por supuesto que sabía que él se negó a tal propuesta, él no quería tener favoritismo, así que pagaría su ayuda siendo mi escolta y seguridad. Admiré desde el primer momento todas las cualidades que poseía, y respeté sus pequeñas imperfecciones.

— Dudo mucho que pueda convencerla de seguir, así que daremos por terminada la lección por ahora — se sentó a mi lado y contemplamos el cielo, como poco a poco se tenía de naranja, y un rojo suave —. ¿Puedo hacerle una pregunta, princesa?

— Ya hiciste una, pero puedes hacer otra.

— Bien — lo miré —. ¿Sigue en sus pensamientos el partir y comenzar un viaje?

— Me has preguntado lo mismo hace una semana, Leoh. Pero no, no he dejado de pensar en lo maravilloso que sería empezar un viaje, y conocer de cerca una nueva cultura.

— La siguiente pregunta es: ¿Solo se quedarán en pensamientos?

Dejé la espada a mi lado y quité los guantes de mis manos.

— Si yo decidiera decirles a mis padres, estoy segura de que minimizarán mi deseo y ordenarán que me ocupe de mis lecciones. En mis planes no está seguir mis deseos y cumplirlos, solamente cumplir mi deber como princesa, y futura reina.

— Uno no sabe lo que puede pasar. Usted está dando por hecho que el rey y la reina ignoraran sus deseos, pero no todo puede ser diferente si lo intentamos.

Era fácil decirlo, al igual que crear escenarios en la mente, pero solo imaginar estar en frente de mis padres… Simplemente, me invade el pánico. Es ahora que siento envidia de mi hermano menor, Henry, el joven de Oro y a quien todos en el reino admiran por su inteligencia.

Pero debo centrarme en lo que debo hacer ahora, y evitar pensar solo en mis sueños.