Capítulo 12: el Corazón de Venus
En la habitación, sintiendo un poco agobiada, Brenda descansó en la cama. Y sacó el móvil leyendo las noticias.
-Querida, la persona a la que quiere invitar el dueño de la Finca Nube no sea Eliana. Qué orgullosa está ahora, qué vergonzosa será el futuro-. Rolando lo dio un conduelo.
-No importa a quién querría invitar, no seré yo de todos modos, no hables más de eso. Me molesta.-Brenda dijo.
Por las palabras de Brenda,Rolando no dijo más, pensando que en el día de la exhibición de las antigüedades, diere una sorpresa a Brenda.
-¡Qué hermoso es este collar!-Cuando Rolando preparó la cama en el suelo, Brenda habló de repente.
Rolando estaba curioso, y se acercó. Vio que un collar refinado que se llamaba Corazón de Venus, estaba en su móvil, e iría a vender en subasta el día siguiente.
Rolando tuvo una idea, quería disponer una sala romántica en el día de la exhibición para expresar las gracias de los tres años para Brenda. En ese momento, sólo faltó un regalo.
-Este collar es muy bonito. ¿Te gusta? -Rolando preguntó tentativamente.
Brenda mostró una expresión de envidia, y dijo-Frente a las joyas, para las chicas, a nadie no les gustaría, pero este collar es demasiado caro, y el precio de venta en subasta será desde 1 millones euros, que es nada lo que puedo esperar.-
-De hecho, a veces no es imposible esperarlo. -Rolando dijo.
Brenda lo miró desdeñosamente y dijo-¿Cómo espero? ¿Espero que me lo regala? No pienses en estas cosas poco realistas. Ve a dormir.-
Luego, Brenda apagó su móvil, y durmió en lateral.
Rolando sonrió, y ya había tomado una decisión en su corazón de comprar el collar del Corazón de Venus y dio a Brenda como regalo.
Por la mañana siguiente, Brenda fue a prepararse para la exposición de antigüedades, mientras que Rolando se dirigió hasta el centro de la Ciudad Río. El collar del Corazón de Venus se subastará en una sala de subasta en el centro de la ciudad.
Rolando compró una gorra de visera en una tienda de la calle, por cierto, se cambió a su propia ropa un poquito, y probó a que otros no pudieran reconocer quién era él. Poco tiempo pasando, cuando llegó al sitio de la subasta, ya había muchos autos de lujo estacionados allí. Los que vinieron a participar en este nivel de subasta eran las personas más ricas o poderosas. Todos se llevaban los vestidos, sólo Rolando vestía con la ropa sobrebarata, parecía muy desacorde allí.
Cuando se acercó a la entrada de la subasta, vio que unos hombres de traje negro estaban revisando a las personas quienes vinieron a participar la subasta.
Rolando caminó hacia la entrada, en ese momento, dos hombres lo detuvieron directamente.
-No puedes entrar, mira a qué ropa llevas, eres como un mendigo. Somos una subasta muy superior. ¿te sientas que una persona como tú se puedes entrar?-Uno de los hombres gritó a Rolando.
-Estoy aquí para participar en la subasta. -Rolando lo miró y le dijo.
Cuando oyeron de eso, los dos hombres estaban sorprendidos en ese momento, y luego, se volvieron a reírse.
-¿Te sientes somos ciego? Miras a tus ropas, todas juntas llevadas en su cuerpo no valen más de 10 euros. Somos la subasta superior, cualquiera cosa aquí vale millones. ¿Crees que puedes pagarlo?-
-Vale, vale, no digas más con el tonto. Lo expulsa desde aquí, no afectes a otros invitados.-Dijo otro hombre. Justo en ese momento, se acercó a una mujer sexy con vestido muy formal, y los preguntó-¿Qué pasa aquí?-Cuando vieron a la mujer, los dos hombres inmediatamente se inclinaron respetuosamente. Uno dijo-Aitana, este mendigo quería participar en la subasta, y fue detenido por nosotros. Lo echamos y se negó a irse.-
La mujer que se llamaba Aitana, lo miró a Rolando desde arriba hasta abajo, y se burló de él también, pensó que había tanta gente que no sabía quién era.
Pero, ella no dejó a Rolando salir, pero dijo a él-Si quieras participar en nuestra subasta, necesitarías tener más que 1 millones euros de fortuna. Si no la tuvieras, no podrás a entrar. ¿Y estás seguro de que ves a entrar?-
Rolando sacó la tarjeta negra del Banco Mundial inmediatamente, lo pasó a Aitana, y dijo-Puedes examinar el número de la tarjeta. Si menos que 1 millones euros, me voy ahora en punto. -
Viendo que Rolando lo hizo así, Aitana dijo regañadientes -En ese caso, te llevaré a revisar los activos, pero te lo digo, si vas a abusar el tiempo nuestro, mira a los matones, que ellos no van a liberarte. -
Rolando alzó los hombros, parecía que no importaba de eso.
Aitana llevó a Rolando caminando hacia una habitación de revisar los activos, pensando que si más tarde, se notó de que nada en la tarjeta, ella iba a llamar a los matones a trillarlo.
Dentro de la habitación, Aitana pasó la tarjeta a los empleados, dejó a ellos revisarla.
Luego, lo miró a Rolando de la cabeza hasta el pie, cuando vio las ropas que llevaba, ella mostró una expresion de repugnancia.
-Te lo digo la verdad, no sabía por qué una gente tan pobre como tú quería fingir a los ricos. Sabías que estarías descubierto, pero seguiste fingiendo. Yo no lo sabía por qué lo haces.-Aitana dijo.
Pero Rolando rió a ella, y la dijo-No fingía nada. Dado que tenéis un límite mínimo de entrada, comprobaré el saldo de mi tarjeta por vosotros. ¿No es una cosa que debería hacer?-
-No te finjas más, no digas 1 millones euros en esta tarjeta, si hay 1 mil euros dentro, iré a escribir mi nombre al revés.-Aitana dijo decididamente.
Rolando sentía que estas personas eran muy aburridas, no quería hablar más.
-Introduzca la contraseña, por favor.-El empleado dijo.
Rolando las escribió, y esperó al resultado.
Pronto, la persona de la oficina vio el saldo de la tarjeta, y se abrió la boca muy asustada como si se pudiera comer un huevo entero.
Al mirar la reacción del empleado, Aitana preguntó -¿Qué pasa contigo? Es que tiene muy poco dinero en su tarjeta, ¿Qué te has asustada?-
-Un… un… un…-la persona de la oficina balbuceó.
Aitana la miró con rabia, y dijo-Ah, un euro va a asustarte tanto. ¿Nunca te has conocido de un euro?
Y Aitana quería llamar a los matones venir aquí, dejó a ellos golpearlo.
En aquel momento, la persona de la oficina gritó inmediatamente-No es un euro. -
-Y ¿cuántos dentro? Es una tarjeta de un pobre, ¿esperas de qué?-Aitana dijo impacientemente.
La persona de la oficina respiró profundamente, y dijo-Un mil millones, hay un mil millones de euros en su tarjeta. -