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5

MUCHOS AÑOS ANTES

Cuándo Tracy falleció fue triste para todos.

Ella era muy apegada a la amiga de su madre, a quien admiraba profundamente.

Ella le había inculcado el amor por la lectura, los clásicos, Shakespeare y hasta el drama griego.

Y aparte había parido a Ronnie. Ella y Ronnie habían nacido con pocos días de diferencia.

Habían ido juntos al kinder, siempre juntos como amigos y compañeros de juegos.

Entonces había empezado el colegio.

Y para Ronnie McNamara, el chico que pintaba para capitán de equipo y atraía a todos como moscas a la miel, no era bien visto estar con una niña gordita llena de pecas y rulos y un poco nerd.

Con los años esa diferencia había empeorado.

Mientras ella suspiraba secretamente por Ronnie, sus amigos le hacían bullying especialmente su novia, Carly Graham.

Ella era especialmente mala con June. Se burlaba de ella permanente, la llamaba con motes horribles, le ponía el pie para que se caiga...y él no hacía exactamente nada. Solo observaba. Como esa frase que dice que para que el mal triunfe solo basta con que la gente buena no haga nada ante las injusticias...o algo así.

Por suerte tenía a Kenny. Kenny era un chico largirucho, flaco y de lentes. Muy bueno en matemáticas. Desde el primer día se habían entendido bien y así como ella suspiraba por Ronnie el lo hacía por Carly. Que aunque no se metía con él como con ella no perdía oportunidad para despreciarlo.

Igual él también era víctima de bullying solo que no tanto como ella. Tenerlo a él fue un remanso de paz para June.

Pero lo peor había ocurrido luego de la muerte de Tracy. Lo que en principio pareció una forma de consuelo de su madre hacía el padre de Ronnie no era solo eso.

Un día su madre se sentó con ella, y con mirada seria le dijo que estaba saliendo con Ron...y poco después se casó.

Entonces la vida empeoró para June.

Ella y su madre se mudaron a la gran casa de Ronnie, pero este parecía odiarlas. Sobre todo a ella.

Claro que disimulaba. Con su madre era apenas cordial, y con ella...

— No creas que tú y la usurpadora de tu madre van a quedarse aquí por mucho tiempo, así que no te pongas muy cómoda — le dijo el primer día siseando cuando pasó por el cuarto de invitados que se había convertido en el dormitorio de June.

Como si ella no tuviera suficiente en el colegio, empezó a estimular a su novia para molestarla.

Cada vez que pasaba cerca de ella le decía cerda en voz baja, incluso en su propia casa.

Como su habitación estaba cerca de la de él, la había escuchado llorar un par de veces, entonces en el colegio:

— Pobre cerdita, que llora en silencio — le decía Carly burlándose de ella. Era prácticamente como estar durmiendo con el enemigo.

Paradójicamente él le seguía gustando. Ella no podía evitar que sus hormonas estuvieran alborotadas y verlo semidesnudo con una toalla con su físico de dios griego era literalmente una tortura. Él se daba cuenta y parecía hacerlo a propósito. Andaba en shorts y cueros por la casa.

Ella en cambio usaba camisetas gigantes para ocultar su cuerpo redondo. En realidad no era obesa solo tenía excesiva carne en el cuerpo.

— No eres gorda, eres robusta — solía decirle su madre. Ella había heredado sus pechos grandes y su trasero inmenso. En contraste su cintura era pequeña. Pero su cara y cuerpo estaban llenos de pecas, su cabello rojo ensortijado era indomable y apenas acababan de sacarle los frenos.

Así, llegó el último año...Dónde cada uno tomaría su propio rumbo. Ronnie iría a Dallas, a perseguir su sueño de convertirse en quaterback para un equipo de la NFL.

Su padre, Ron, era el comisario de Tyler pero él no estaba dispuesto a seguir sus pasos...

Ella en cambio soñaba con vivir en la gran manzana, estudiar en Columbia, escribir un libro que fuera Best Seller y ganar un Pulitzer.

Así de diferentes eran.

Por supuesto ella le ocultaba lo que él y sus amigos le hacían, a su madre...y también a Ron, pero llevaba un diario escondido bajo llave.

Entonces se acercó la fecha del baile de fin de curso e hicieron una maldad suprema.

Carly dejó una carta de disculpas en el casillero de Kenny y Ronnie en el de ella. Ambos decían cosas similares, que se arrepentían de su comportamiento y que los invitaban respectivamente al baile. Como Ronnie y ella vivían juntos, no sería algo sostenible.

— ¡ Mira lo que me dejó Ronnie ! — le dijo a Kenny en el almuerzo toda emocionada.

— A ver, déjame ver...— Kenny estudió la carta

— A mí Carly me dejó algo parecido...no te hagas ilusiones, parece una broma de mal gusto...— le dijo devolviéndole el papel.

Ni terminó de decirle eso, que Carly se acercó con Ronnie y sus secuaces y dijo en voz alta.

— Miralos, pobres y patéticos nerds raritos, ¿ Realmente creyeron que iríamos con ustedes al baile? Jajaja jajaja jajaja — y todos rieron a coro con ella. Ese día fueron el hazmerreír del colegio.

Y June se murió, como nunca, de vergüenza, rabia y pena. Al final fueron con Kenny al baile.

Ron intentó que los llevaran en la limosina que había alquilado Ronnie.

— Olvídalo, de ninguna manera — dijo su hijo de esmoquin saliendo de la casa.

—¡ Hijo, ven aquí, no puedes ser irrespetuoso con tu hermana! — le gritó su padre desde la puerta.

— ¡ No es mi hermana!!! — le gritó ya subiéndose. Iba solo ya que iría a buscar al resto.

— Está bien señor, no hay problema. Vine en el auto de papá.— le dijo Kenny a Ron.

June llegó a tener miedo de que le tirasen sangre roja como en "Carrie" pero afortunadamente en la fiesta los dejaron tranquilos.

Y llegó el último día de colegio, y hubo llantos y también risas. Ella y Kenny estarían en universidades relativamente cerca, así que se separaron con la promesa de verse.

Algunos se fueron de vacaciones, Carly se fue con sus tíos a Los Ángeles.

Y pasó algo completamente inesperado.

Sus padres se fueron de luna de miel y los dejaron solos.

Entonces allí verdaderamente comenzó todo.

Él la encontró en su habitación masturbándose. Estaba pensando en él. Una cosa llevó a la otra, la destapó y vió su cuerpo... quedó como obnubilado al ver sus grandes pechos desnudos pues ella se había levantado la camiseta para tocarse... Cuando le dijo que era hermosa creyó que le estaba mintiendo, entonces vió su pene erecto y se dió cuenta que de verdad la deseaba.

Ella no pudo evitar llevar una mano hacia su dureza para frotarlo.

— No podemos, papá me mataría...me dijo que eres mí hermana y debo cuidarte...

Aún así no le sacaba la mirada de encima.

En ese momento, y a pesar del impacto inicial, June había perdido la vergüenza.

— Nuestros padres no están acá Ronnie — dijo mientras frotaba su pene por arriba de su short.

A la mierda, era su última oportunidad pensó. Y ella quería tanto que él fuera el primero.

Finalmente lo convenció, se sacó el short y se subió sobre ella. Tomó sus pechos como hipnotizado, los besó, lamió y succionó mientras June se retorcía.

— ¿ Haz hecho esto con Kenny ? — su mejor amigo, era como un hermano para ella...June negó con la cabeza.

— ¡ Oh Dios June! — gimió él. Llevó una mano hasta su entrepierna mojada — Estás tan húmeda...solo debo buscar preservativos...

Ella tomó su brazo musculoso, él era mariscal de campo. Con un futuro prominente, como su verga en ese momento.

— Yo...tomo pastillas — era muy irregular por eso se las habían recetado.

— Nunca lo he hecho sin condón — dijo él maravillado — Te prometo que intentaré que no duela...

El llevó su pene a la entrada de su vagina. Estaba apretaba pero lubricaba, con un empujón la despojó de su virginidad.

—¿ Estás bien? — la miró con preocupación.

— Si — dijo ella y sonrió. Comenzó a mover sus caderas.

— Oh por Dios, si sigues moviéndote así no aguantaré— Él comenzó a moverse junto con ella mientras volvía a agarrar sus pechos para mamarlos como si fuera un bebé. June llegó así al orgasmo.

— Oh June, nunca sentí algo así, tu vagina se contrae y me succiona — gimió él y descargó toda su leche en su matriz.

Y así iniciaron esa relación prohibida, que parecía no estar destinada a ocurrir.

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