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1

El primer día de escuela, emocionante para algunos, muy aburrido para otros. A mí simplemente me da igual, aveces me pregunto: Cómo logré llegar hasta el último año si soy mala en las clases. Suerte tal vez. Las matemáticas no son lo mío, historia es muy aburrida, educación física muy cansada, en fín, mi vida es... Especial.

一Cuidate, cariño 一Papá me deposito un pequeño beso en la mejilla y le sonreí. Bajé del coche y caminé en dirección a la gran preparatoria Carson.

Observé a los estudiantes entrar, algunos estaban emocionados, otros caminaban con tanta pereza que parecía que iban en camara lenta. Yo por lomenos, caminaba normal, no me da ilusión ni nada de eso, lo malo es que voy a ver a Austin, mi estúpido ex novio, él volvió con el gran amor de su vida, en pocas palabras: me usó. Sí, así como lo escuchan, el muy hijo de... Me usó para olvidarla, pero claro, no pudo.

Caminé en dirección a mi casillero, escuché pasos acercarse tras de mí, tenía una idea de quiénes eran.

一¡Ash! 一gritaron esas vocecitas chillonas. Me volteé a verlas, corrían hacia mí.

Sonreí en cuanto se detuvieron frente a mi.

一Qué tal las vacaciones, ¿he? 一Leticia se acomodó la mochila y me miró con una sonrisa pícara.

一Sí, cuéntanos, Picarona 一Natalia me codeó.

Ya sé para donde va esta plática, mas antes les había contado que el estúpido, osea Austin, me invitó a su casa en la playa para platicar y así, pero tranquilos, no pasó nada. Lo único que platicamos fue lo de su ex. Se me revolvió el estómago al pensar eso.

一No pasó nada 一di media vuelta y abrí mi casillero.

Pero claro, ellas no dejarán el tema así como así.

一¿Qué? Pero, ¿porqué? 一cuestionó Nat.

一¿Te hizo algo? 一siguió Leti.

Sí, me hizo algo, pero nada serio, solo me rompió el corazón.

Nuestro pobre corazoncito.

Sé que seguirán insistiendo, de todas formas son mis mejores amigas.

一Terminó conmigo 一confesé, cerrando el casillero con un fuerte golpe que hizo eco en todo el pasillo. Me volví a ellas. Se quedaron con la boca abierta del asombro.

一¡Hola! 一elevé mi mano frente a ellas para que salieran de su trance. Al reaccionar, pusieron cara triste.

一Ashley... 一murmuró Leti, llevando su mano al pecho.

Lo sé, amiga mía, también dolió.

一Ese hijo de... 一Nat recorrió las mangas de su abrigo y empezó a caminar por el pasillo.

Caminé tras ella, y la detuve.

一¿Qué haces? 一interrogué.

一Se lo advertí, Ash, le dije que si te hacía daño le iba a cortar los huevos 一casi reí por su confesión.

一Estoy de acuerdo con Nat 一apoyó Leti.

Hay, Dios, pobre Austin y sus amiguitos.

No, simplemente no me importa.

一Calmense, él siempre estuvo enganchado a Leah 一acomodé mi mochila.

Se cruzaron de brazos, mirándome serias.

一¿Qué? No me miren así, al principio sí pensé en caparlo pero, no le di importancia, siempre me pasa lo mismo 一suspiré frustrada.

Es la verdad, siempre me pasa lo mismo, yo y mi mala suerte en el amor.

一Bueno, conste que intentamos defenderte 一me señaló Nat con su dedo índice.

一Lo sé 一susurré.

一¡Por Dios! 一Leti llevó sus manos a su cabeza.

一¿Qué pasa? 一preguntamos Nat y yo al unísono. Al hacerlo, nos miramos y estallamos en carcajadas.

Me hacía falta reír.

一Casi olvido decirles que los Thwaites volvieron a la ciudad.

¿Thwaites? Oh, no. Tiene que ser una broma, justo cuando quería pasar mi último año tranquila, ellos simplemente aparecen.

Perfecto, simplemente perfecto.

Por si no lo saben, los "Thwaites" son tres trillizos que se mudaron hace diez años a otro estado, las sangre me hierve solo escuchar ese apellido. Los tres, son insoportables, más uno si: Alex.

一¿Qué dices? Tiene que ser una broma 一espeté.

Leti asintió, Nat maldijo entre dientes. Nosotras tres, señoras y señores, somos blancos perfectos para los "Thwaites" juro que dije eso en tono macabro.

一Maldita sea... 一murmuró Leti, observando la entrada.

Los demás chicos dejaron de hacer lo que sea que estuviesen haciendo para mirar la entrada. Seguí sus miradas. Me petrifiqué, congelé y enmudecí. Esos tres perfectos chicos... ¿dije perfectos? Maldición. En fín, ellos tres están haciendo su perfecta entrada, no puedo creer como han cambiado, es obvio, pasaron diez años. Rubios, altos, y con ese cuerpazo que...

Calmada, Ashley, recuerda que tienes que huir de la tentación.

Sí, si.

Los tres pasaron a nuestro lado, dejando un olor a perfume, umm he de admitir que tienen buen gusto. Todos en el pasillo los observabamos caminar hacia el aula, esa fue una gran entrada. Lo admito. El timbre resuena por toda la secundaria sacandonos de nuestro pequeño trance.

一Qué fue eso... 一murmuró Leti.

Los estudiantes corrían a sus aula, Nat me cogió del brazo y yo cogí a Leti, quién pegó un grito ahogado.

Al llegar a la puerta de nuestro salón, nos quedamos ahí, esperando a ver quién se dignaba a pasar primero. Yo no lo haría, todos pondrán su atención en mí y este año quiero ser invisible.

La profesora Graciela nos observó ceñuda.

一¿Piensan pasar? 一interrogó desde la pizarra, con su mano elevada.

Tan amable como siempre.

Empujé a Nat, pero ella empujó a Leti, y ella me empujó a mi, siendo yo la que entrase primero y me detuviera en seco a ver que todos estaban en sus lugares y con las miradas puestas en mi. En los asientos de atrás pude observar a esos tres chicos que tanto odiabamos, y el sentimiento era mutuo. Caminé recorriendo con la mirada un lugar disponible, solo estaban tres, y estaban a la par de los "Thwaites".

La profesora carraspeó y empecé a caminar, sintiendo a mis dos amigas, seguirme. Me senté en el primer asiento, seguida de Nat y luego de última, Leti. Estaba algo nerviosa sabiendo que teníamos a la par a nuestras pesadillas, y como habían cambiado.

Algunas chicas no ponían atención a la profesora por mirarlos, qué les ven, ¿solo porque son guapos? Puff, por favor, he visto mejores.

Ashley...

Okey no. No estan tan mal. Pero hice una promesa, y tengo razones para no enamorarme, la vida real es cruel, aquí no hay historias cliché, y es una verdadera lástima.

一Bueno, alumnos, este año tendrán tres compañeros nuevos... 一explicó la profesora. 一Chicos, por favor presentence. 一pidió ella, refiriéndose a ellos.

Miré con el rabillo del ojo que se levantó el que estaba a la par mía. Soy muy curiosa, así que eleve mi vista, solo lo miraba de perfil.

一Soy Alex Thwaites y tengo 18 años 一dijo éste. Se volvió a sentar.

¿Él es Alex? Oh, Dios, el peor. Mi peor enemigo, mi pesadilla, el que me odia. Y lo tenía a la par mía, solo espero que no me reconozca.

Ahora se levantó el que le seguía. Miré tras de mi para verle, son tan idénticos. Como dos gotas de agua, bueno en este caso serían tres.

一Yo soy Alejandro Thwaites y tengo 18 años. 一dicho eso se sentó.

Miré más atrás, al último mellizo ponerse de pié.

一 Andrés Thwaites. 18 años 一y se sentó.

Alex, Alejandro y Andrés. Jamás pensé volver a escuchar esos nombres, ni a verlos. ¿Qué habrá pasado para que volviesen? No tengo ni idea, solo sé que mi identidad, digo, nuestras identidades porque Nat y Leti también son parte de esto, tenemos que mantenernos ocultas de ellos.

Todo iba bien, hasta que a la profesora se le ocurrió decir que también nos teníamos que presentar.

一Como hay alumnos nuevos es conveniente que nos conozcan... Por favor一señaló al chico de adelante. Este comenzó a presentarse.

Nat me pellizco el brazo, haciendo que haga una mueca, sé lo que me estaba dando a entender, que era nuestro fin. Si, el fin, porque la hora de presentarse se hacia mas corta, yo sería la primera, ¿porqué?

一Su turno... 一me habló la profesora desde su lugar. ¿Cómo es que se presentaron tan rápido? ¿Y si les digo mi segundo nombre?

No tienes, estúpida.

Maldije entre dientes, solo a mis padres se les ocurrió no ponerme segundo nombre. ¡Agh! Me puse de pié lentamente, sintiendo las miradas de todos en mí, incluso la del estúpido, osea Austin, acostumbrense que ese será su apodo de ahora en adelante.

Ni modo, Ashley, a enfrentar lo que venga.

一S-soy Ashley Minnette y tengo 18 años. 一al decir lo último me senté de golpe. Sentí la mirada de Alex en mí.

Dios, se dió cuenta.

一Me llamo Natalia Ross y tengo 18 años 一se presentó Nat.

La escuché suspirar. Ahora le tocaba a Leti.

一Leticia Andrew. 18 años.

Lo dijo como Andrés. Umm, interesante.

No tanto, imbécil. Concentrate en los trillizos.

Sí, me tengo que concentrar y esconder. Algún día les contaré la terrible historia que sucedió años atrás. Nah, solo fue una bromilla. Pero se las contaré un día. Ahora Nat, Leti y yo, tendremos que salir con mucha cautela. En eso un papelito calló en mi escritorio, miré al que lo arrojó. Tragué grueso.

Alex.

Me sonrió de lado y volvió su vista a la profesora. Cogí el pequeño papel y lo leí:

       La venganza comienza...

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Hola, aquí está el primer capítulo, espero lo disfruten. Voten y comenten.

Los quiere,

Fabiola A.

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