Capítulo 1
- ¡ Se levanta! -
Me levanto de un salto y veo a mi hermano apoyado contra el marco de la puerta.
¿Que es lo que quiere ahora?
" ¿Qué quieres ?" , digo sin rodeos, mi voz todavía está espesa por el sueño.
Vuelvo a apoyar la cabeza en la almohada y levanto el edredón, cubriendo todo mi cuerpo.
Tengo sueño, no quiero ir a la escuela.
- Nantaliaee – comienza a tararear mi nombre.
- Mhm – gemí molesto.
- Está bien, lo querías. -
¿Eh?
Siento que el edredón se levanta y los brazos de Alex me levantan.
- ¡ Alex! ¡Bájame! - Me quejo golpeándole la espalda con los puños, ahora lo mataré.
- ¡ Alex! - Estoy tratando de retorcerme.
¿Qué va a hacer esta persona trastornada? ¡Tengo sueño!
¿Pero hacia dónde va?
- ¡Elvis, cachorrito, ven y sálvame! -
Elvis es mi perro, todavía es un cachorro. Tienes un pelaje suave y rubio. Me encanta.
No se movió, se quedó ahí durmiendo, cómo lo envidio.
Llegamos al baño y mi hermano me tira a la ducha.
La abre y me tira el chorro de agua. Dejé escapar un grito de frustración.
- ¡ Considérate muerto Alex! -
Él se escapa y lo persigo por toda la casa, enojado como si no hubiera un mañana.
- ¡ Tienes serios problemas! -
Suena el timbre y, de paso, voy a abrir la puerta.
- Hablaremos de eso más tarde – Le lanzo una mirada asesina y abro la puerta.
¿Qué estás haciendo aquí?
Ah, claro, es el mejor amigo de mi hermano psicópata.
Tengo ante mí al rey de los pendejos: Marco Miller.
Me mira de arriba abajo.
"El pequeño Muzuzli se dio una ducha, ¿eh?"
Lo miro y voy al baño a darme una ducha de verdad.
Apenas termino corro a mi habitación para ponerme algo decente.
Yo opto por shorts y camiseta de manga corta.
Mi hermano y yo nacimos en Chicago, pero decidimos mudarnos a California para ir a la escuela.
Esta es una de las razones...
...pero menos importante.
Mi antigua escuela no era nada agradable. Los profesores Me explicaron muy mal y no me sentí nada bien, ya que estaba en clase con personas que pensaba que eran mis 'amigos'.
¡También porque Alex y yo siempre hemos querido visitar California!
Y luego por otra razón...
¡Hace mucho calor aquí!
Mi celular comienza a sonar, lo levanto y veo el nombre de mi madre en la pantalla.
Acepto la llamada y respondo con: - ¡ Mamá! ¿Cómo estás? -
Mi madre y mi padre se quedaron en Chicago y, a veces, hablamos por llamada o Face Time.
Nos quedamos hablando dos minutos y luego bajo hacia mi hermano para pasarle el teléfono.
- Tan pequeño Muzuzli- -
- ¡ ¿Quieres dejar de llamarme pequeño Muzuzli?! -
No es más que un mujeriego.
Si no fuera así, incluso podría pensar en ello, pero lamentablemente no es el caso.
- Pero este ' nombre ' es tan lindo - se burla de mí.
"Oye, hombre, no", interviene Alex con severidad.
Mi hermano no quiere que me coquetee porque tiene miedo de que eso me haga sufrir.
- No hablo contigo – digo ofendida pero conteniendo una sonrisa, sigo enojada con él por la 'broma' de hoy.
Él pone los ojos en blanco y me sonríe.
- Sabes que llegamos tarde ¿verdad? El autobús sale en tres minutos y nunca llegaremos. -
- No te preocupes, Marco nos llevará. -
Resoplo y salgo de casa agarrando mi mochila.
- ¿Incluso este año? -
Mi hermano asiente y vuelvo a poner los ojos en blanco.
- Deberías estar feliz, porque fue tu culpa que Alex siempre llegara tarde. -
- ¡ Ey! ¡No es mi culpa! - Me defiendo haciendo pucheros.
- Por supuesto - murmura.
Me subo al auto y nos vamos los tres. Cuando llegamos, veo a Nathan solo e inmediatamente beso a mi hermano en la mejilla y salgo del auto.
Corro hacia Nat, mi mejor amigo, y, por detrás, salto sobre él.
- ¡ Hola, Nick! - Me abraza fuerte.
Le doy un beso en la mejilla y luego veo a Belle unirse a nosotros.
Desde que me mudé a esta escuela inmediatamente me dejaron unirme a su 'pequeño grupo'.
Y debo decir que se han convertido en las personas más importantes de mi vida, además de mi hermano y mis padres.
- ¡ Hermoso! - Voy a abrazarla.
Entre mi hermano y yo parezco el trastornado, pero no lo soy, sólo estoy eufórico.
- Hola Nick – me devuelve el abrazo.
- ¿ Listo para hoy? -
¿Hoy?
Nathan nos alcanza con una mirada confusa.
- ¿Que tienes que hacer hoy? -
Me encojo de hombros, sin recordar nada, como siempre.
- Nantalia despierta, tenemos nuestra primera práctica de porristas. -
¡Oh Dios, lo olvidé por completo!
Sonrío inocentemente y miro hacia otro lado, viendo la mirada de Marco sobre mí mientras esboza una sonrisa.
No digo que me guste, pero cada vez que miro sus ojos azules me pierdo por completo.