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Cap 2
Manu
Soy una chica bastante sencilla,siempre he velado por mi, a mis diecisiete años pude hacerme de una casa y cuando ya tenía dieciocho fue que se dieron cuenta de su error, lástima, ya era mayor de edad así que no pudieron hacerme nada. Mi mayor temor es que le pase algo a la hija de mi vecino, Katy, esa niña es la niña de mis ojos, sé que a su padre no le caigo muy bien, nunca de hecho, por mi forma de actuar despreocupada y loca, poco me interesa, mi principal prioridad es el bienestar de su hija, no él. También sé que Deimon me trata de soportar porque Katy y yo tenemos un lazo de amistad muy estrecho, entre nosotras no solo jugamos o hacemos experimentos que la mayoría de las veces siempre salen mal, como el de hace unos momentos, también la ayudo con sus tareas de la escuela o cualquier cosa. Investigamos sobre curiosidades del mundo y más, es una niña sumamente inteligente...
Y aquí estamos con la puerta de mi casa a nuestra espalda y un Deimon muy enojado en el frente. “cómo quieres que no te quiera cerca si cada vez que te ve eres un desastre” dice mi conciencia.
Hay que bonita, dónde estabas cuando se me ocurrió echarle polvo colorante a la máquina de espuma, porque que yo sepa esa fue tu idea. “Na mamita a mi no me eches la culpa, es más me voy, así puedes hablar con el diablo de hombre que tienes frente a ti” Si claro como siempre.
-Y bien?- espera una respuesta.
-Ya te lo dije, la máquina de espuma se rompió- digo sin mucha importancia.
-Eres un caso, cómo es posible que cada vez que te vea sea por algo loco- pregunta y la verdad yo también me lo pregunto.
-No lo sé y antes que des paso a tus regaños, crees que nos podamos quitar esta pintura de encima, se está secando.- le digo para distraerlo.
-Sí papá la pintura se está secando- me sigue Katy. Deimon nos mira alternadamente y nos dice que vallamos a su casa a cambiarnos. Yo encantada, mi casa está hecha un lío. Tengo que llamar a alguien para que limpie mi casa, ni muerta me meto yo de nuevo ahí...
Cuando Deimon se da la espalda, Katy y yo chocamos las palmas y nos empezamos a reír, hasta que Deimon se da la vuelta y nos da una mirada fulminante, al instante ponemos caras de niñas buenas. Él sigue y nosotras nos miramos y nos empezamos a sonreír.
En mis cinco años viviendo codo a codo con ellos, me he enterado de muchas cosas y una de ellas es que a Deimon le dicen Diablo pero si soy sincera, este Diablo no es tan malo na, por lo menos no con nosotras. “De ser malo, te hubiera impuesto una orden de alejamiento hace mucho” y en eso sí estoy de acuerdo con mi conciencia...
Estuve cerca de una hora metida en baño, la pintura se me pegó en el pelo, cuando terminé Deimon me alcanzó una sudadera suya y un boxer. Terminé y bajé para encontrarme con el en su despacho, donde me dijo que me esperaría.
-Cierra la puerta y siéntate .- me dice y como yo soy una niña muy obediente le hice caso. Me lanza un paquete y yo inclino una ceja, esta escena se parece a la de la suegra cuando le da dinero n una bolsa a la novia para que se aleje de su hijo.
-Ahí tienes suficiente dinero para que te mudes y no tengas más contacto con mi hija.- yo me empiezo a reír y a negar con la cabeza.
-Qué te hace pensar que ese dinero lo voy aceptar.- le pregunto con voz burlona- Es más, qué te hace pensar que yo necesito dinero para mudarme o comprar otra casa. Por si no lo sabes, esta no es mi única casa, tengo dos casitas más para pasar las vacaciones, así que para tu mala información no tengo necesidad de aceptar tus limosas.- prosigo. Esto no me gusta así que me levanto.
-Quiero que te mantengas lejos de mi hija, eres un mal ejemplo para ella.- dice con voz seria. Me enoja un poco así que giro y llego hasta la mesa, me apoyo en ella con mis dos manos.
-Yo soy un mal ejemplo para ella o tú? Si tu hija se llega a enterar lo que estás haciendo aprendería a deshacerse de la gente así no más, pensaría que con el dinero lo puede llegar a alcanzar todo.-me pongo derecha- El amor que siento por tu hija ninguna suma de dinero podría comprarlo, así que por favor no me compares con la madre que la parió.- Al decir esto último veo como se pone de pie en un momento.
-La madre de mi hija está muerta- dice sin tapujos
-Eso no me lo digas a mi, dícelo a tu hija y mira ver si te cree.- le digo y niego con la cabeza- ese no es mi asunto, pero no me compares con una cualquiera que vendería hasta su propia hija. Yo quiero a Katerin y si me quieres lejos de esa niña, impídelo tú, prohíbele tú el verme. Yo no voy a hacerla pensar que mi cariño por ella era falso, no se lo merece.- cuando llego a la puerta, me detengo.- Si quieres que tu hija piense que alguien es el malo de la historia, que seas tú, a mi tú no me vas a poner como la bruja.- dicho esto me voy...
Llego a mi casa y está todo sucia, pero no me interesa, el genio que tengo encima es tal que empiezo a tirar cosas por todos lados.
-Qué se piensa que es para intentar comprarme.Qué se piensa que soy yoooo - grito y sigo tirando lo que hay de por medio.
Se que no me voy a parar, lo mejor para esto es una descarga de adrenalina así que tomo las llaves de mi carro y me dirijo a él. Alzo mi mirada y veo que está mirando por la ventana, le lanzo un dedo y me monto. Enciendo mi carro y salgo de allí tan rápido que cuando salió las gomas se marcaron en el pavimento. Hora de soltar adrenalina...
Deimon.
Cuando veo a Manuela salir por la puerta y dar ese portazo, solo puedo contraer la cara, un poco más y la rompe. Me lanzo en el asiento y suspiro.
Después de lo de Lusiana con el tiempo me fui convirtiendo en un hombre sin corazón, no reparo en el daño de los demás, no mido las consecuencias del daño que pueden estas hacer en otras personas, hasta que llegó Luna. La secretaria de mi amigo, la ofendí sin motivos y lo que me gané fue un buen golpe en mi mejilla.
Hoy, ofendí a Manuela con el dinero, no sabía que tuviera tanto dinero, como siempre la veo tan.. sencilla, nada que ver con las mujeres que tienen en sus manos dinero. Esta vez me equivoqué, como muchas veces en estos días, aunque me cueste aceptarlo, el alejar a Katy de ella, quien más daño recibiría es mi hija, a esa que tanto quiero proteger.
Una idea se filtra por mi cabeza, cómo sabe Manuela que la madre de mi hija no está muerta y qué quiso decir con que tendría que convencer a Katy de ello. Un ruido me saca de mis pensamientos, trato de concentrarme más en él y suena a cosas rotas.
--Qué se piensa que es para intentar comprarme.Qué se piensa que soy yoooo - escucho que alguien dice y sí, es quien creo que es, Manuela.
Oigo un tirón de puerta y me asomo por la ventana, parce que siente que la miro porque alza su mirada y me enseña un dedo. Se monta en su coche y arranca sin preámbulos, sale disparada, cuando el humo se va, solo quedan las marcas de las llantas en el pavimento.
-La he enojado y bastante.- una sonrisa sale de mis labios.- que genio.-