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capitulo 5

Es un nuevo día, abro los ojos estoy con un dolor punzante en mi cabeza que me está matando, me levanto aún llevo puesto el vestido de ayer, como vine a la habitación justo en ese momento se me viene los recuerdos del día ayer hice un gran escándalo en la fiesta ahora seré recordada como la chica vómito, que vergüenza.

Por qué me embriague, fue por el ponche.

Izy voy a matarte, gracias a dios que no tengo clases matutinas, salgo de la cama y tomo una ducha, mi rostro se ve fatal me aplicó una mascarilla hidratante por unos 10 minutos, mientras me visto.

Me pongo una camiseta azul y un short de mezclilla negro con tenis blancos y una gorra negra con el logo de Boston, me quito la mascarilla me veo mejor ahora me maquillo muy natural y finalizo con un perfume con olor a jazmín.

Me voy de la habitación, necesito un poco de aire fresco y me dirijo fuera de la facultad, hay árboles, bancas y una fuente pequeña.

Son las ocho de la mañana y ni siquiera he desayunado, estoy sentada en una de las bancas cerca de la fuente , me reclino relajada y elevo mi cabeza con la mirada al cielo cierro los ojos y siento las brisas de aire fresco me relajo un poco.

Cuando siento que me arrebatan la gorra de la cabeza, abro los ojos rápidamente.

Es el cretino de Max, por qué tengo que seguir topándome con él.

- Devuélveme mi gorra.- exclamó molesta.

- Por qué me hablas con ese tono, tan temprano.- dice Max.

Aún tengo resaca y su voz irritante es molesto además que no piensa seguir su camino y dejarme en paz.

Lo veo y simplemente lo ignoro.

- ¿Eres de Boston gordis?- Pregunta Max

- No te importa.- digo molesta mientras le quitó la gorra de las manos.

Me siento otra vez con dificultad, suelto un suspiro ya no aguanto la resaca, me quito los lentes y froto mis ojos, Max continúa hablando y hablando es tan molesto, voy a explotar.

- Cierra tu estúpida bocata.- gritó enojada.

Max me observa, examinando que me sucede.

- Parece que tienes resaca.- dice Max.

Saca una botella de agua de su mochila y me entregan unas aspirinas.

Lo veo desconcertada y acepto las pastillas.

- Gracias Max.- asiento con mi cabeza.

- No, mal intérpretes la situación o te hagas ideas equivocadas siempre cargo analgésicos porque soy un atleta.- dice Max nervioso.

- No lo haré.- esbozando una sonrisa.

Tomo las pastillas y le entrego su botella de agua, cuando está a punto de irse.

- Sabes dónde queda un restaurante cercano.- preguntó.

- Porque, no has desayunado.- responde Max curioso.

- Bueno no todavía.- digo incomoda.

- Está bien, vamos recién termine mi entrenamiento y tengo hambre.- dice Max sonriendo.

Vamos hasta un restaurante de barbecue (BBQ) que queda casi a una cuadra de la universidad, nos sentamos en una mesa vacía.

- ¿No te parece un poco excesivo desayunar carne roja? - pregunto

- Nunca pensé que te preocupara tanto lo que comes.- responde burlándose.

- Claro que sí, el problema es que no quiero engordar.- digo molesta mientras frunzo mi ceño.

Nos traen la carne asada con verduras y ensalada y brochetas, me abre el apetito.

- ¿Y cuándo le dirás a mi hermano cómo te sientes? - pregunta Max.

- No quiero que sepa, a los chicos no le gustan las gorditas.- lo digo suspirando.

- Eso que tiene, no eres tan fea.- dice Max riéndose.

- No sé si tomar eso como una ofensa o un cumplido.- exclamó sería.

- Lo piensas demasiado, si yo estuviera en tu lugar solo le diría lo que siento solo debes hacerlo.-exclama Max con comida en la boca.

- Alguien como tú qué sabe de la vida, eres bien parecido, te sobran chicas, soy una tonta ni siquiera sé por qué estoy hablando esto contigo.- Respondo ofendida.

Que solo debo confesarme acaso no sabe sobre el miedo al rechazo claro si es un pretencioso, que fácil para el decirlo, pesado bueno para nada.

Terminamos de comer, él se levanta y me dice que se va al baño, unos minutos después me traen la cuenta.

- señorita, el joven dijo que usted pagaría por su comida y se retiró.- dice el mesero.

- Perdone.- Respondo sorprendida.

- Si, se me olvidaba me entrego está nota.- dice el mesero entregándole un papelito doblado.

Abro el papelito y leo su contenido.

- Gracias por la comida gordis.-

Arrugó el papel con la mano y suelto un suspiro de molestia, voy a matarlo, él quiere morir, no sé ni cómo terminé involucrándome con un tipo tan horrible, que ni crea que esto se quedó así.

Pago la cuenta, y me dirijo a la universidad, me encuentro a Izy en la facultad.

- Ya llenaste tu formulario para el club académico, hoy es el último día que recepciónan.- dice Izy.

Sólo el club de cocina y natación tenían espacio para nuevos miembros.

Decidí inscribirme en el club de natación femenino para mantenerme en forma, No soy gran nadadora pero puedo intentarlo.

El día transcurrió rápidamente después de finalizar mi última clase me dirigí a la piscina, es gigantesca.

Me quedé sorprendida al ver que en el equipo masculino está el patán aprovechado de Max.

No puedo evitar hacer una cara de molestia que me provoca ese engreído.

Puedo notar que muchas chicas vienen para ver a los chicos nadar principalmente a Max.

La entrenadora solicita que nos cambiemos y nos pongamos un traje de baño, tengo años de no ir a una piscina sin embargo tengo un viejo traje de una sola pieza color azul con franjas rosas, se me olvidó en la habitación así que llame a Caroline para que me lo traiga ya que ella estaba libre.

Izy entro al club de cocina y Caroline está en el club de teatro.

Casi todas las chicas nuevas ya se han cambiado, ha pasado como diez minutos cuando llega Caroline con mi traje de baño.

Me apresuró para llegar a los vestidores, puedo notar la mirada de Max desde las bancas está hablando con una chica rubia esbelta, me parece familiar.

Espera un momento, es la chica de las gradas.

Es su novia entonces, hacen linda pareja es decir ambos son atractivos.

Entro al vestidor es un espacio con casilleros y bancas no hay nadie, me quito la ropa hasta la ropa interior estoy completamente desnuda, me hago un moño en el cabello, cuando escucho unas pisadas detrás de mí, cuando volteó a ver...

MIERDA...

Es Max de pie a un metro de mi está en toalla sorprendido abre sus ojos como platos, su mirada penetrante está viendo cada centímetro de mi piel desnuda, mi primera reacción es cubrir mis áreas íntimas.

-No mires, pervertido.- grito asustado.

- Pervertido, que mierda haces tú en el vestidor de varones.- vocifera indignado.

Me abalanzó rápidamente cerca de él y le jalo la toalla para yo tomarla y cubrirme con ella.

- Pero, ¿Que haces loca?- exclama max enojado.

Él también está desnudo, Dios su pene es tan grande, desvío mi mirada para disimular mientras yo enrollo la toalla en mi cuerpo él se tapa su entrepierna solo con las manos.

- Sal de aquí pervertida.-grita enojado.

Me voy a prisas fuera del vestuario, pero me percató que estoy dejando atrás mi ropa y traje de baño, así que espero que se vista para entrar por mi ropa, no puedo creer que haya sido tan tonta para entrar al vestuario de los hombres.

Hay Dios que vergüenza me da, no tengo cara para verlo a los ojos, han pasado algunos minutos cuando entro y pregunto si está vestido que solo tomaré mi ropa.

- Puedes pasar.- dice Max.

Cuando entro está de espalda con sus jeans negros puesto, sin camisa puedo observar sus tatuajes y tiene un abdomen bien marcado, se nota que es un atleta con ese cuerpo ya veo por qué las chicas andan enloquecidas por este tipo superficialmente es muy atractivo, lástima que su interior sea tan petulante.

- No te basto con verme antes.- exclama Max

Me sobresalto asustada.

- Fue un malentendido.- digo nerviosa.

Él sonríe pícaro, se me acerca está a solo unos centímetros cuando me dice.

- Si te sirve de consuelo gordis, tienes unas lindas tetas.- exclama Max burlándose.

Tomo mi ropa y mi mochila, estoy avergonzada nunca nadie antes me ha visto desnuda, así que me doy la vuelta pero el sale rápidamente antes que yo después de recalcarme la cena de hoy.

Esto es una pesadilla, no entiendo por qué se me sigue atravesando este payaso en mi camino, lo peor de todo que me puso muy nerviosa que se haya acercado así de la nada, sus últimas palabras se sintieron excitantes , ya no pienses más en el Melek.

Estamos hablando del mismo idiota de esta mañana.

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