Capítulo 6
Cuando entramos en la zona residencial, pareció levemente sorprendido. Supongo que no esperaba que las casas fueran tan... grandes .
- ¿Vives en la parte noble de la ciudad? - Preguntó.
- ¿No? – sonríe torpemente. - No exactamente. Mi casa no está tan cerca de aquí, y tampoco es tan grande como estas.
- No reconocí el lugar por el nombre de la calle... – se giró para mirarme cuando se detuvo en un semáforo que acababa de ponerse en rojo – pero al parecer vivimos en el mismo barrio – parpadeó y señaló hacia adelante, haciéndome seguirlo, su mirada y la dirección que señalaba su dedo. -Esa es mi casa-, sonrió. Arrancó el auto y, exactamente 9 cuadras después, estábamos frente a mi casa.
Aparcó enfrente y esperó.
- Gracias, Set. Me ayudaste mucho. Mi mamá se asusta cuando llego tarde a casa, sonrío.
- ¿Tan estricta es tu madre con horarios así? Debe ser un poco cansado, ¿verdad?
Me encogí de hombros.
- Las personas se entienden. Y sé que sus intenciones son buenas. Es solo preocupación. No es gran cosa, me incliné hacia atrás para poder tomar mi bolso del asiento trasero y abrí la puerta. -Hasta luego-, sonrío.
Se despidió y se fue.
Entré a la casa agradecida de haber llegado antes que mi madre. Dejé mi mochila en el sofá y me quedé en la cocina para preparar la cena.
- Vanessa? Mamá llamó desde la puerta.
- Estoy en la cocina.
Apareció y se apoyó contra el marco de la puerta mientras yo buscaba en el armario una sartén.
-Llegas tarde hoy-, comentó.
- Así es. Terminé quedándome a jugar un poco más y ni me di cuenta de la hora.
- ¿Volviste con alguien del equipo?
Me encogí de hombros, puse la olla en la estufa y tomé algunas cosas de la nevera.
-El capitán del equipo masculino me llevó.- Me giré para mirarla. – ¿Te importa si es una comida sencilla? Estoy súper cansada.
- ¿Este chico es confiable? ¿Estás interesado en él? – Empecé a pelar las papas, considerando que mi madre es la segunda persona hoy en hacerme esta pregunta. ¿Qué le pasa a esta gente?
- No tengo otro interés que el voleibol. Sabes. ¿Por qué arriesgaría mi paz por alguien que conocí hace una semana?
Ella suspiró.
- Gustar a la gente es parte de la vida, Vanessa. Un día sucederá.
- Me gusta la gente. Simplemente no así .
Me dio carta blanca para hacer lo que quisiera para la cena y se fue, dejando el tema.
Escuché mi celular sonar dentro de mi mochila. Consideré dejarlo allí y solo ver de qué se trataba cuando terminé de cenar, pero la curiosidad pudo más que yo. Es bastante raro que alguien me llame, así que podría ser algo importante.
Respondí cuando estaba a punto de colgar.
- ¿Lucía? ¿Sucedió algo?
- Maldita sea, gracias por mostrar gracia - dije irónicamente. -He estado tratando de hablar contigo por un tiempo.
- Lo siento, es que llegué hace un rato.
- ¿Estuviste en la escuela con Cristh hasta ahora? preguntó, y sentí que el más mínimo indicio de travesura comenzaba a deslizarse en su voz. - ¿Qué estaban haciendo? 5
- Sí, estuve hasta ahora en la escuela con él. Y creo que la respuesta es algo obvia...
-Parece interesado en ti-, soltó de la nada.
- ¿Serio? Me quedé en silencio, sin saber qué decir. ¿Qué espera ella que haga, celebrar? - Agradable...
- Vanessa, lo digo en serio. Y ni siquiera estoy bromeando esta vez. Parece estar realmente interesado en ti. Realmente no es el tipo de chico al que dejar... Vamos... incluso yo creo que está bueno.
-Entonces ponte cómoda,- bromeé. - Él es todo tuyo.
- Jaja, chica graciosa... No es mi tipo, aunque debo admitir que es atrapable – rodé los ojos. Ella simplemente lo llamó caliente... Saqué los auriculares del bolsillo de mi mochila y llamé a mi teléfono celular para tener las manos libres mientras volvía a pelar y cortar cosas. -De todos modos… Llamé para preguntarte si te importaría si le diera tu número a Cristh.
- ¿Por qué harías eso?
- ¿Por qué preguntó? dijo, como si fuera obvio. - Pero relájate, yo no haría eso sin tu permiso. Estoy loco, pero no tan despistado. Sé que te preocupas mucho por tu privacidad.
- ¿De verdad me pidió mi número de celular o se lo ofreciste?
- ¡Solo dije que respeto tu privacidad! ¡¿Por qué diablos haría eso?! ¿Dónde está tu confianza en mí? el se quejó.
-Yo no-, me reí entre dientes.
- ¡Ingrato! Sé cómo guardar secretos, ¡y tú lo sabes!
- Lucy… – la interrumpí antes de que empezara a enloquecer. – No sé por qué crees que está interesado en mí, pero si accedo a pasarle mi número de teléfono y está realmente interesado, ¿cómo voy a deshacerme de él y hacerle entender que no me interesa ? el tampoco? Son muchas complicaciones innecesarias en mi vida ahora mismo...
- Vanessa, ¿eres tonto? preguntó ella seriamente.
- ¿No?
- ¿Alguna vez te has detenido y notado cómo actúas a su alrededor? ¡Ustedes están coqueteando todo el tiempo! Todo el equipo se muere a tu alrededor. ¡Todos piensan que ustedes ya se están besando! 5
Sentí que mi cara se calentaba, pero fingí que lo que dijo Lucy no era yo.
- ¡Yo no coqueteo! 1
- ¡Así que eres un idiota! ¿Qué crees que te está pasando? Solo estoy ciego, así que no me doy cuenta de que ustedes están coqueteando con la cara de imbécil más grande del mundo. No tienes que salir con el chico. Sal con él. Dar unos mangos y cada uno en el suyo después.
-No puedo-, le dije. - No quiero. Ahora, si me disculpan, necesito terminar de hacer la cena, porque estoy morada de hambre.
- ¿Y qué le digo de tu teléfono? - dijo antes de colgar.
- No lo sé. Di algo. Ahora adiós. Hablaremos mañana. Y olvídate de esa broma.
Colgué y reproduje una lista de reproducción aleatoria en mi teléfono.
Me aclaré la cabeza con respecto a lo que dijo Lucy y solo lo recordé tiempo después cuando me acosté y fui a trabajar al teléfono nuevamente y vi dos mensajes de whatsapp: uno de Lucy y otro de un contacto desconocido.
El mensaje de Lucy era simple y solo decía:
Nunca vuelvas a decirme -di algo- cuando quieras que la respuesta sea no. Dulces sueños.
No hacía falta ser un genio para saber que el otro mensaje era de Cristh.
Consideré ignorarlo por unos minutos, pero decidí que sería mucho más fácil saber lo que quería de inmediato.