CAPÍTULO .03
Me escondo más bajo esta máscara de sentimientos que he construido para protegerme. Hago la pregunta que me quema los labios.
-¡¿No has leído mi archivo o qué ?!
Una leve sonrisa se extendió por sus labios.
-Nunca leí las historias clínicas de mis pacientes antes de nuestra primera reunión.
¿Entendí correctamente allí?
-¿Por qué?
Una leve sonrisa toma forma en sus labios carnosos.
-Porque quiero que me cuenten su historia. Poder darme mi opinión al respecto.
Su frase completa el rompecabezas que es nuestro primer encuentro.
-Entonces si leo entre líneas me pides que te cuente mi historia. Eso es ?
- De hecho, eso es lo que te estoy preguntando.
Oh...
-¿Encuentras que hay algo mal en mí físicamente hablando?
Sus ojos redondos. Sus ojos oceánicos recorren con avidez mi anatomía.
Aparecen sofocos.
¡Puta! Me da una impresión loca.
-Uh ... No, te ves bastante normal para mí.
¿Es miope o qué?
-¿Y un chico que tiene el pelo blanco a los 25 es normal para ti?
Una risa suave se escapa de sus labios.
-Oh ! Ese ! No es muy raro, he visto cosas peores.
Levanto las cejas.
-Ah ah ?!
Su sonrisa se ensancha.
- ¡Obviamente!
Mi curiosidad se despierta.
-¿De género?
Su risa llena la habitación y mi corazón.
-Ese es un secreto profesional, Sr. Overland Frost.
-Si claro.
Nos evaluamos unos a otros. Tengo la impresión de que puede leerme y esta sensación es muy desagradable.
Con un movimiento de su mano, golpea el aire en señal de cambio de tema.
-Volvamos a nuestro tema principal: ¡tú!
Una risa totalmente falsa sale de mi boca.
-Estar colocado en el centro de atención, eso no me gusta.
- Puedo entenderlo, pero vienes a mi oficina a hablar de ti.
Bajo el comentario del psiquiatra, levanto las cejas.
- Vete a la mierda.
Una risa forzada distorsiona su rostro.
-¡Muy espiritual! Entonces vienes aquí para hablar de ti, así que hablemos de ti.
Un suspiro de descontento se evapora de mi boca.
-Si fuera yo, no vendré. Hago esto por Mabel.
Su mirada se llenó de un sentimiento que detecté rápidamente en ella: curiosidad.
-¿Quién es Mabel?
Una sonrisa malsana se congela en mi rostro.
-¡Es mi pez dorado!
Por enésima vez en 2 horas, levanta las cejas.
-¡¿Seriamente?!
Asumo un falso aire desastroso.
Manejo brillantemente el arte de los sentimientos falsos.
-Ella está muerta, mi gato ha llegado a las 4 en punto. ¡Oh! ¡Dios mío, qué mundo tan cruel! ¿Por qué me quitaste mi querido y tierno pez dorado que tanto amaba?
Un atisbo de sonrisa se ensanchó en su rostro.
Y una sonrisa real, casi invisible pero ahí, emerge en mis labios.
-¿Trata de hacer algo de humor?
Sus ojos impenetrables me auscultan. Un guiño. Un ardor masculino cobra vida en mí.
-Fue gracioso, ¿no?
-Y también me estás tomando el pelo, ¡pero estoy soñando!
Le doy una leve sonrisa.
Finalmente abro forma de hablar.
-¡Oh, estoy bien! Si quieres saberlo todo, Mabel, es mi hermana pequeña.
Su bolígrafo encuentra el papel.
Inmediatamente me arrepiento de haber soltado esta información.
-Está bien, ¿qué edad tiene ella?
Su mano está ocupada transcribiendo mis palabras.
Respondo a sus preguntas de mala gana.
-¿Curiosa?
Arqueo una ceja.
-¡Muy!
Respiro fuerte, mientras sus ojos me miran una y otra vez.
Dejo la información.
-Ella tiene 6 años.
Su bolígrafo golpea frenéticamente su bloc de notas mientras una tierna sonrisa estira sus labios.
-¿Estás cerca?
Apoyé los codos en las rodillas. Me rasco la nuca antes de responder.
-¡Oh, muy cerca! Tiendo a sobreprotegerla.
Pasa una sección de su cabello detrás de su oreja.
Continúa su interrogatorio.
-¿Por qué?
Alzo las cejas, hundiendo mis ojos en sus ojos más oscuros.
-Demuestra que no has leído mi archivo.
Sus ojos brillan con picardía mientras muerde la punta de su bolígrafo.
- ¡Entonces ilumina mi luz!
A mi pesar, su línea me hace sonreír levemente.
-Soy su tutor.
El brillo de sus ojos se evapora instantáneamente.
Ella frunce el ceño.
-Tus padres son ...
Su voz está llena de emoción sin barreras.
Frunzo el ceño, me azoto la mandíbula y la aprieto con fuerza.
-No, bueno no el 2. Mi padre se rompió y mi madre murió hace 5 años.
Su bolígrafo sigue raspando el papel.
Ella me miró lo siento.
- Lo siento sinceramente.
Bajo la mano en el aire en señal de que no me toca, de que nos olvidemos de su falta de tacto por su parte.
-¿El detonante de tu depresión es la muerte de tu madre?
Estoy atascado. Los recuerdos dolorosos pasan ante mis ojos. Se siente un fuerte dolor en mi pecho.
Me levanto rápidamente. Me acerco a mí mismo, apretando los dientes.
-Yo no quiero hablar más de eso.
El sonido del bolígrafo se detiene. Supongo que sus ojos me miran mientras los míos miran mis pies.
-Por favor, Jack. Háblame, has dicho demasiado.
Aprieto los puños.
Los recuerdos surgen en mí. Tengo una pelea interna con mis demonios.
-¡Te dije que no quiero hablar más de eso! No insistas.
Ya no la miro.
Le oigo poner el bolígrafo y el bloc de notas sobre la mesa de café.
-Está bien de todos modos, es hora.
Me levanto rápidamente y me dirijo a la puerta.
Ni siquiera la miro.
Mis demonios me van dejando poco a poco.
-Adiós.
Escucho vergüenza y tristeza en su voz cuando me responde.
- Adiós Jack, nos vemos el próximo lunes.
Nos damos la mano y salgo de la sala de chat.
La puerta se cierra de golpe a mis espaldas. Cruzo rápidamente y me dirijo por el largo pasillo.
No miro a la secretaria, entro en el ascensor y salgo del edificio.
Llego rápidamente a mi coche. Tengo nervios en la pelota.
Esta entrevista fue especial. Al mismo tiempo intrigante, irritante y justo ... vivo.
Mi cerebro está hirviendo.
En un momento me sentí casi a gusto con este joven desconocido de curvas de ensueño.
Ruedo y pienso.
Tomo el camino a mi trabajo,
Curiosamente, no puedo esperar a ser el próximo lunes.
Este psiquiatra me molesta con sus intrusivas preguntas pero al mismo tiempo me siento diferente con ella. Tengo la amarga impresión de que puede traerme algo.