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CAPÍTULO 5

Avery había ordenado a su cabeza a levantarse de la cama e ir a darse un baño, así poder quitarse el maldito vestido, quería que el agua se llevara todo los recuerdos que había vivido en las últimas horas, todo tenía que ser una maldita pesadilla, no podía dejar de llorar, de recordar todo lo que le habían hecho a esa mujer.

Habían abusado de ella, mientras uno se lo hacía por la vagina, otro maldito se lo hacía por el ano y un último se la metía por la boca, ¿cómo eran capaces de hacer esas cosas? ¿Eso era lo que le esperaba a ella?.

Busco entre las cosas que habían en su maleta una pijama, miró la que ella pensaba usar para su noche de bodas y lloró más fuerte, nada era lo que ella pensaba. Luego de vestirse se acostó en la cama, estaba en posición fetal, sus lágrimas no dejaban de salir, además tenía un dolor de cabeza horrible, sin saber en qué momento sus ojos se cerraron y quedó sumergida en un profundo sueño.

—Despierta Avery, hoy es tu gran día — Avery se removió y sintió un dolor de cabeza y cuerpo horrible, poco a poco fue abriendo los ojos algo confundida, pero al ver en la habitación en donde se encontraba recordó lo que había sucedido, se sentó de inmediato. Miró a Maggie que sacaba prendas del armario. — Quiero que te pongas esta ropa y te prepares, quiero ver si has aprendido bien todo lo que te enseñé por años del buen comportamiento de una mujer.

—¿Por qué me haces todo esto?, — dijo de nuevo con los ojos llenos de lágrimas — es más, ¿Qué es todo esto? ¿Qué clase de personas son ustedes? — Maggie se quedó mirando por un momento a su sobrina y luego se acercó hasta ella.

—De algún modo tienes que pagar todo lo que he invertido en ti por años, todo te lo di Avery, nunca fui tacaña contigo, esto es mi vida, es mi trabajo de muchos años, me gusta el dinero, la vida que el dinero da, los lujos, viajes, joyas, en fin, una vida a la que te acostumbré.

—Yo no quiero esta vida, no la quiero, yo no te pedí nunca nada. Sólo estudiar.

—No la quieres pero es lo que hay Avery, y tus estudios fueron pagados en una universidad privada, deja ya de quejarte, aunque ahora pienses lo peor de mí, en este momento es cuando deberías estar muy agradecida conmigo, porque he sido muy buena. No es ni una cuarta parte de lo que me hizo pasar tu abuelo, mi padre abusó de mi, dijo que él era el que debía iniciarme en el mundo del sexo, pase por todos sus asquerosos amigos, solo me faltó que Robert abusara de mi, pero no lo hizo, mi hermano siempre fue bueno conmigo, él nunca quiso este mundo, pero ninguno de los dos podía hacer nada, estábamos metidos, si o sí, tu abuelo y el padre de Harry era los jefes, los dueños de esta organización, así que eso nos convierte en dueños a Harry y a mí, después de que nuestros padres murieran en un terrible accidente — Avery vio en la mirada de Maggie algo oscuro y supo de inmediato que ese accidente no fue tan accidente. — por lo que tú siendo la única hija de Richart eres también dueña de esto, por eso y porque mi hermano siempre fue considerado conmigo es que no te metí en este mundo hace muchos años Avery, te di más de lo que una vez me dieron a mí, así que ahora vas a ser agradecida y te vas a ir con Sander, él te quiere para él y para su hijo, pero en un caso que el hijo no te quiera, serás la mujer de Sander, él es un hombre muy millonario, vivirás muy bien y te aconsejo que no lo hagas enojar, ya has visto lo que le pasa a las mujeres que desobedecen. Por eso vas a ir a darte un baño muy relajante y usaras un lindo maquillaje para ti, y cuando bajes quiero que lo hagas con una gran sonrisa, no estoy jugando Avery, a partir de ahora no podrás tener opinión propia, a partir de hoy vas a trabajar como tanto deseas. — Maggie se levantó de la cama y salió de la habitación, Avery aún seguía en shock, no podía creer nada de lo que había oído, todo esto era una mierda que cada vez se hacía más grande, volvió a echarse a llorar, no podía evitarlo, nadie estaba preparado para lo que ella estaba pasando, era una pesadilla de la cuál al aparecer no podía despertar.

Luego de casi una hora, estaba lista para salir de su habitación, no tenía caso seguir ahí tratando de no bajar, el solo recordar lo que habían hecho a esa pobre mujer la hizo decidir y bajar, en la sala la esperaba Harry, Maggie, Sander y el mismo hombre de ayer, él que había estado manoseando a la mujer en el suelo.

—Cariño, que bueno que ya estás aquí, luces realmente hermosa — Maggie se acercó a ella, la ropa que le había ordenado a Avery ponerse era algo que la joven nunca había usado, era algo atrevido y sensual, tanto que a Harry le costaba dejar de mirarla — Eres toda una O'Ryan. Mira te presento al señor Eric Johonson.

—Mucho gusto señor — dijo sabiendo que debía ser cortés, eso era lo que Maggie quería, que mostrara, todo lo que ella le había enseñado.

—El gusto es mío preciosa — la mirada de ese hombre le dio náuseas, pero se obligó a sonreír.

—Bien, ahora iremos a desayunar, porque Avery debe irse con Sander. ¿Estás seguro que quieres llevártela? — volvió a preguntar Maggie, cuando había llegado a la mansión ese día, ya Sander la estaba esperando, incluso le ofreció dos millones de dólares más con tal de llevársela.

— Sí, mi hijo llegó ayer y quiero llevársela hoy, él quiere entrar en este mundo y deseo iniciarlo como se debe.

—Bien, pero recuerda que Avery es virgen, que aún no la hemos entrenado en el mundo del sexo como se debe. — normalmente cuando llegaba una virgen al lugar, el hombre que la compraba la desvirgaba y luego la dejaba en la mansión para que la entrenarán como se debía.

Avery por su lado pensaba que en cualquier momento podía vomitarse, hablaban de ella como si fuera un animal al cual debían adiestrar.

—Lo sé, no te preocupes, mi hijo la moldeara a nuestro gusto, él hará de ella una exclava sexual, solo espero que en verdad sepa comportarse en los eventos, no quiero problemas.

—No habrá ningún problema, Avery va a comportarse sino, ella misma sabe lo que va a pasarle. — dijo Maggie mirando a su sobrina.

Todos pasaron a desayunar, y aunque Avery no quería nada le tocó comer y comportarse como todo una dama de la sociedad, luego una de las sirvientas bajaron varias maletas, que al parecer eran de Avery.

—Me hice cargo de votar toda la ropa que tenías y te compré lo que vas a necesitar de ahora 3n adelante. Ya sabes. — le advirtió Maggie. Avery asintió sin poder pronunciar palabra alguna, ya que tenía un nudo en la garganta.

Sander la tomó de la cintura y la guió a la salida. Ella sabía que debía empezar a hacerse una idea del infierno que iba a empezar a vivir.

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