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Un poco más de Owen

Esos minutos fueron de shock para mí, no me podía creer que mi amor precioso platónico inigualable fuera el hermanastro de mi mejor amiga, o bueno eso pensé en los instantes en los que Jaiz me estaba describiendo a su medio hermano. Estaba en un limbo, no me podía creer lo que estaba pasando, necesitaba despertarme de mi burbuja ya.

—¿Dash, que ocurre? —me dijo.

—Jaiz Pierro Altamar por el amor que le tienes a tu vida, dime que Owen no es...

Ring Ring Ring —tocó el puto timbre para entrar a clases.

—¿No es quién?, acaba de decirme Dash —me dijo Jaiz algo preocupada y ansiosa, mientras íbamos caminando de prisa por el pasillo.

—Ya no hay tiempo para contarte, esto debe ser con calma porque yo estoy que ni me lo creo, en el turno de Cultura Política le digo a Elio que se cambie de puesto y te sientas a mi lado, ¿está bien?.

—Si, que ya no puedo más que esta intriga me está matando lentamente —contestó y seguidamente sonrió.

—¡Ayyy amiga no me creerás! —exclamé mientras corríamos hacia el aula.

—Ya no me intrigues más, y vamos corre que vamos a llegar tarde.

Logramos entrar a tiempo, luego empezó el turno de Español, uno de los turnos más aburridos que existía, ya que la profe Nora no hacía más nada que leer como loca y demasiado despacio.

Por dios nunca había visto una tortuga más lenta, y sí que parecía una tortuga, ya que era bajita, encogida, de pelo castaño y ojeras prolongadas. Se vestía como si viviese en los años 90 y así nos hablaba y trataba también,  bueno la verdad ninguno de mis profesores eran nada atractivos, solo "Polo" el de Mates ese hombre era el Dios Zeus acabado de bajar a la tierra, era la sensación de la escuela, todas las profesoras y alumnas babiaban por él.

Y mientras los puntualitos intentaban interpretar lo que decía Nora en su pasiva lectura, al otro lado de la fila estaban los populares con el móvil entrando en Facebook y tomándose fotos probando los distintos y nuevos filtros de Instagram, en la siguiente fila estábamos nosotros los "raritos", Julia la chica pelirroja emo, que siempre andaba con sus audífonos a todo volumen escuchando su extraña y mítica música de rock, a lo que puedo apostar que escuchaba a los "Rolling Stones", ya que nunca dejaba de hablar de estos, estaba obsesionada. Detrás de mí estaba Older, un chico callado pero muy tierno y educado que se dedicaba a pintar en ese turno, en esos momentos se encontraba terminando uno de sus maravillosos dibujos de mujeres, era algo extraño, este siempre dibujaba mujeres golpeadas y la mayoría llorando, y creo realmente que había algo extraño detrás de cada uno de sus dibujos, pero apartando esto, Older era un crack dibujando, seguramente tenía algunos problemas en su casa y los trasmitía y dejaba ver en sus preciosos dibujos. Cinthia la loca despeinada con saya rota, blusa por fuera y cada día maquillada como si fuese para una discoteca a las nueve de la mañana, siempre en la ventana tirándole señitas a los chicos guapos que jugaban fútbol en la cancha, si, a los más guapos del 9no 5 los conocía como a la palma de su mano, Cinthia era de estas chicas despreocupadas de ellas mismas y más de los estudios, era uno de los casos que más le preocupaban al grupo de profesores, muchas veces citaron a sus padres a la dirección por este motivo, pero ellos nunca asistían. Ya luego estaba yo que como dije antes no pertenecía mucho al grupo de los raritos, pero tampoco a los otros demás. Cuando no estaba Jaiz, siempre solía estar sola en mi puesto, leyendo o jugando en el teléfono. Pero ese día estaba muy aburrida, no encontraba nada que hacer, y se me ocurrió hacerle una pequeña broma a Jaiz, la que se encontraba leyendo su libro favorito "El principito".

Rápidamente arranqué una hoja de la libreta de Español y rasgue cinco pedacitos de esta, empecé por el primero y le puse "Jaiz, amiga esto es terrible, estoy desesperada, necesito tu ayuda", mientras escribía este primero, las risas en mi interior se intensificaban cada vez más y hasta creo que de mis labios solté un chasquido.

—¿Le puedes alcanzar esto a Jaiz por favor? —le dije a Paula la cual se sentaba delante de mi, mientras hice un gesto de "Acabaré con su lectura en 3,2,1".

¡Lo logré!, grité por dentro al ver la reacción de Jaiz al voltearse para atrás y mirarme con los ojos entrecerrados frunciendo el ceño. Por su reacción me di cuenta de que ya se estaba preocupando y que su respuesta de vuelta llegaría muy pronto a mi.

—La miré y le hice un gesto de desesperación y dolor cuando por dentro moría de la risa.

Un rato después recibí un papel de Pau. Era lo que estaba esperando, ver la respuesta de Jaiz, debía contener la risa porque sino todos se iban a dar cuenta.

—Toma Dash, aquí te manda Jaiz —me dijo Pau un poco agobiada por el transcurso de papel de mano en mano en media clase, su cara me asustó, ya que al parecer quería tirarme el papel en la cara.

Pau era una de estas chicas inteligentes y responsables, que nunca caía en estos jueguitos, y de milagro no le contó nada a la profe de lo que estaba sucediendo.

—Gracias Pau —puse cara de lograr simpatizar con ella y con su cara de desagrado por lo que se sucedía.

El papel, decía...

¡Dash, ya me tienes preocupada, dime por favor que te está pasando, devuélveme el papel y escríbeme lo ocurrido!.

Al terminar de leerlo una fuerte y alta carcajada salió de mi, no me pude aguantar, tan alta que la profe y todos en el aula la escucharon y se me quedaron mirando.

—¿Dash, que tienes ahí?. ¿Qué está pasando? —dijo la profe mientras se acercaba a mi.

—Ay Diosito Santo esta broma se me ha ido de las manos, por favor que la profe no logre leer el papel —me dije bajito, mientras me cambiaba la cara de burla totalmente.

—Entrégame esos papeles señorita Walker—me dijo Nora con cara de asesina.

—Este es mi fin, por favor Diosito que algo o alguien la interrumpa y no llegue a leer ese papel —mencioné en mi interior.

Nora caminó hacia su buró y con los papeles en la mano entonó:

—Que esto no vuelva a suceder en uno de mis turnos de clases, sino será expulsada del colegio y me traerá a sus padres, oyó señorita Walker —gritó con voz imponente.

—No pasará más profe —respondí.

—Después de todo tengo suerte —le comenté bajito y entre risitas a Elio.

—Si escapaste —me dijo riendo por aquel incómodo pero divertido momento.

—Mira mira ya viene llegando Sofía para el turno de Cultura Política. ¡Que alivio! —exclamé.

Sofía era una profesora adicta a las redes, esta solo nos mandaba a sacar el libro, nos leía el primer párrafo, lo explicaba brevemente, y luego se sentaba en su buró pegada al teléfono como chicle los cuarenta y cinco minutos de clase.

Era mi oportunidad, era el momento de contarle todo a Jaiz, ya me encontraba preparada, era mi hora. No tuve que decirle a Elio que le diera la oportunidad de sentarse a mi lado, el solo lo notó y se fue de ahí al ver a esta acercarse.

—Ya estamos solas de nuevo Dash, ahora si  dime, ¿qué pasó con Owen?.

—Amiga, sé que no me creerás, que es muy magnífico, pero...

—Estás generando toda mi furia Dash, dime de una puta vez —dijo mirándome fijamente y con cara de estrangular mi pescuezo.

—Creo que Owen es mi chico, si Jaiz, creo que tú hermanastro el guapote del que me hablas muy poco, es mi amor precioso platónico inigualable —solté bien emocionada.

—¿Que dices Dash, en qué te basaste para llegar a pensar en eso?.

—Amiga concuerda con todas sus características físicas, aparte de que una vez me dijiste que este se había mudado con sus abuelos a una casa pequeña cerca de un mercado, el mismo mercado que queda frente a la pública en donde mis primas y yo llevamos a cabo el simulacro.

—Pues si todo cuadra, y si, recuerdo que te conté donde vivía Owen, pero nunca pensé que ese mercado era el que quedaba por tu casa. ¡Que maravilla!. Soy media hermana del platónico de mi mejor amiga —y saltó encima de mi apeñuncandome de la emoción.

—Calmémonos Jaiz, todos nos miran como si estuviésemos locas —dije entre risas.

—Ya ya me calmo —¡Es que estoy muy emocionada y feliz! —gritó.

—Jaiz calla. Realmente estás loca, ya no grites más, Sofía nos observa.

Cuando las dos nos logramos calmar, le pedí a Jaiz que me hablara bastante de Owen, ya estaba segura de que era él, pero quería saber más de como era su vida, qué edad tenía, qué temas le interesaban, cómo era su carácter, a que aspiraba en la vida y esas cosas importantes, en fin quería saberlo todo. Esta me dijo que Owen vivió con su madre poco tiempo, la cual nunca se ocupó de él, solo sus abuelos paternos lo cuidaron como debían desde que tenía cinco años de edad, a los que cuando creció se vio con la responsabilidad de cuidar y se mudó para su casa más o menos a los dieciséis años (esto ya me lo había dicho). Owen tenía veintidós en aquel entonces, ya habían pasado seis años de que este viviera con sus abuelos, estos nunca fueron una carga para él. También me dijo que era profesor de Educación Física en un pree universitario y que amaba su profesión. Qué su carácter era un poco extrovertido y que sus aspiraciones no las sabía ya que nunca convivió bastante con este. Cada vez más tenía menos oportunidad de estar con mi chico. ¿Por qué realmente ustedes creen que él se podía fijar en una chica con apenas catorce años?.

Bueno yo era algo guapa, con ojos negros azabache, unas cejas anchas y bien definidas, el pelo castaño un tanto ondeado y bien largo, casi me llegaba a la cintura, mi cabello era lo que más presumía, ya que lo mantenía siempre oloroso y bien cuidado, mis labios eran un poco gruesos y mi nariz fina, algo que le daba un toque muy cool a mi rostro, pero mi cuerpo era mi única inconformidad, mi cuerpo era el de una lagartija desnutrida en tiempos de pandemia, no tenía muchos senos, pero me gustaban ya que nunca quise tenerlos muy grandes, parecían dos limoncitos pequeños y combinaban muy bien conmigo. Yo era muy delgada, diría que demasiado y segura estaba de que Owen buscaba el cuerpo perfecto, por esto no creo que este se fijase en alguien así, También cabía la posibilidad de que le llamase más la atención mi físico, no todos los chicos siempre se fijan en el trasero, bueno una gran mayoría si, pero igual no sabía en aquel momento que hacía pensado en que le pudiera gustar o no a Owen de mi, si la posibilidad de que estuviésemos juntos era nula, así que me estaba atormentando la cabeza por gusto. Yo era bastante madura, pero creo que no lo suficiente para en ese momento darme cuenta de que Owen no era el chico para mi, solo tenía catorce años y que por esta sencilla razón todo estaba en mi contra. Era mejor que dejase de soñar y me enfocará más en mi realidad que eran mis estudios y terminar la fucking secundaria por una vez

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