Capitulo 5
Capítulo 5
Planeta Tierra - Estados Unidos - Área 51.
Beatriz, más conocida como Bia, está jugando con la comida en su plato en la cafetería, sus lentes insisten en deslizarse por su nariz. Ella resopla cada vez que los vuelve a poner en su lugar.
Ya ha tenido numerosas operaciones en los ojos, ninguna de las cuales le ha vuelto a ver bien, por lo que tiene que usar esos lentes gruesos, lo peor es escuchar las bromas que hacen sus compañeros de turno.
Tiene solo 25 años, es especialista en farmaceutica y toxicologia, su pasion es estudiar el veneno de varias especies, produce antídotos efectivos con gran agilidad y sabiduría.
Decidió estudiar sobre ello porque a su hermano le gustaban mucho las serpientes y otras especies venenosas, tenían varias serpientes en casa, con el tiempo se acostumbró a los animales, los estudió y decidió especializarse en esta área.
Sigue estudiando, su vida es de eterno aprendizaje, tanto así que hace unos meses la invitaron a trabajar en Área 51 en lo que más le gusta hacer.
Esto es como un sueño hecho realidad, después de todo, tu vida se trata de estudiar, y poder demostrar todo lo que has aprendido en el Área 51 no tiene precio.
Hay tantas cosas en este lugar, cosas que nunca imaginaste en tu vida, sabes guardar secretos como nadie.
El último secreto que se mantuvo bajo llave fue un extraterrestre que estaba congelado, era hermoso, incluso congelado a muchos grados bajo cero.
Ingresó al área 51 una semana antes del ataque de ese mismo extraterrestre, vio de lejos a otro de piel rojiza y cabello rojo peleando con él, era lindo, desde entonces hace seis meses su color favorito cambio de amarillo a rojo.
Me gustaría hacer una reseña del extraterrestre que salvó a todos hace seis meses, saber de su cultura y si es posible conocer su planeta y lo principal, las especies venenosas que debe haber en tu planeta.
Volviendo a su dura realidad, lo que más le molesta son algunos compañeros, tanto hombres como mujeres, que se fijan en su ropa, sus gafas y su pelo despeinado.
Así es ella, ya está resignada a sí misma, lentes gruesos, ropa larga y holgada en un cuerpo pequeño y cabello despeinado.
No puedes cambiar tus caminos, ¡así es y ya está! Si te gusta ámalo, si no te gusta ámalo.
- Ah, sinceramente lo que más echo de menos es tener a alguien con quien compartir estas ganas de amar que hay dentro de mí - se dice en voz baja. - Lamentablemente tengo que aceptar que estaré solo para siempre. Hoy voy a maratonear un libro y olvidarme un poco de ciertos hechos de mi vida, vivir mi dulce ilusión en una novela de fantasía, porque esa es mi preferencia.
Toma la bandeja con la comida casi intacta y la deja cerca del bote de basura, toma una lonchera descartable y mete las sobras adentro, había visto un perro antes, le había dado agua, se va a llevar la comida porque el animalito parecía hambriento.
Sale a la calle, busca al animal unos metros delante de él, aparece todo contento moviendo la cola, pone la lonchera en el suelo y come rápido.
Está contento de haberlo alimentado, piensa mientras le da palmaditas en la cabeza.
Mirando la montaña frente a él, recuerda la pelea entre los extraterrestres hace seis meses, el pequeño niño rojo fue arrastrado por un misil que explotó en esa misma montaña.
Desde donde está puede ver el enorme cráter que quedó en la montaña, suspira profundamente, se despide del animalito y vuelve al trabajo.
***
Todos entraron a la nave, Jack dejó a Akyria y Mosha en el suero, sus cuerpos necesitan líquido para no deshidratarse.
- ¡Capitán, vamos a Plupton! - Taylor da las órdenes.
- Sí señor. Zybia, enciende motores, llévanos a Plupton - dice el Capitán Crystal.
- Pedidos aceptados. Motores arrancando, lanzamiento en tres, dos, uno... - dice Zybia la voz robótica de la nave.
Camily dice que la lleve a la Tierra, ya que tiene un colega en el Área 51 que se especializa en antídotos, que podría ayudar.
Taylon acepta de inmediato, por mucho que confíe en Nastya, cuanta más ayuda tengan, mejor, las posibilidades de que su hija y Mosha sobrevivan serán mayores.
Edna ha estado al lado de su marido desde que se enteró de lo que le pudo haber pasado por ser humano.
Minutos después Enrico está mirando a través de la pantalla gigante de la nave observando el cielo estrellado, dejó a su esposa por un breve momento, es difícil soportar tanto dolor en su corazón, suspira con pesar.
Zybia el holograma de la nave se le acerca diciendo:
- Mi rey, nuestra reina sobrevivirá, solo confía.
- Gracias Zybia.
Enrico regresa al dormitorio y se queda allí sosteniendo la mano de su reina.
- Oh mi amor. No tuve el coraje de decírselo a nuestros hijos, no quiero verlos sentir este dolor horrible en mi pecho...
En la sala de control, Zybia pide permiso para aterrizar, el cual es otorgado por Klaus, el gobernante principal del planeta Plupton.
- Capitán, aterrizamos en tres, dos, uno...
- Zybia, abre las compuertas.
- Apertura de compuertas. Nave espacial de Plupton acercándose a quinientos metros.
- Déjalos entrar - responde Taylon dirigiéndose a la entrada.
Dos pequeños vehículos entran en la nave, Taylon observa a dos pluptorianos vestidos de blanco descender de las naves.
- Venimos a buscar a los mercurianos que están envenenados - dice uno acercándose con una camilla en la mano.
- Acompañeme. - Con cara seria, Taylon los lleva a las cabañas. - Aquí están.
Las naves son tomadas rápidamente, Taylon, Liana, Enrico, Edna y Jack siguen a la nave, el Capitán Cristal se encarga de llevar a Camily y Odin a la Tierra para buscar al farmacéutico toxicólogo.
En el camino, Odín llora con las manos en la cabeza, sentado en el sillón de mando que una vez fue de su padre y hoy es suyo.
- Tranquila mi amor, tu hermana y tu tío estaban bien. Estoy segura de que esta chica ayudará mucho – dice Camily abrazándolo por los hombros, él toma su mano agradecido por el consuelo que ella intenta darle.
Zybia camina por la sala de control frente a la pantalla mirando hacia afuera.
- Planeta Tierra avistado. Aterrizaremos en menos de cinco minutos.
Minutos después aterrizan frente al lugar, salen varios militares con armas en mano, temiendo un ataque.
- Zybia, abre la puerta principal - dice Odín acercándose a la salida. - Queridos terrícolas, soy Odín, guerrero de combate de Mercuryon. Mi novia Camily y tu científico, venimos en son de paz.
- Necesitamos la ayuda de una empleada que trabaja aquí, su nombre es Beatriz - dice Camily acercándose con las manos en alto.
Los soldados ven que no hay peligro, bajan las armas, luego de unas palabras sobre lo sucedido, lo dejan entrar. Un soldado los lleva al joven farmacéutico de su zona.
Odín ve a la mujer de espaldas, el soldado a su lado la llama por su nombre, haciendo que la joven los mire.
Bia mira a Odín con la boca abierta, se parece mucho al guapo pelirrojo que los salvó hace seis meses.
- Puedes callarte Bia, este es Odin mi novio – dice Camily yendo a abrazar a su compañera de trabajo.
- Lo siento, es que él está... Vaya...
- No te culpo, es muy guapo. Pero lamentablemente no venimos de visita, te necesitamos.
- ¿De mí? - dice colocándose las gafas en su sitio, que insisten en deslizarse por su nariz.
Odín se adelanta, a pesar de que Bia está tratando de permanecer lo más natural posible, ella lo observa de pies a cabeza, el uniforme negro de nanopartículas lo hace muy guapo y sexy, especialmente en la parte inferior donde el volumen es increíble.
- La hermana de mi novio y su tío fueron envenenados, necesitaremos toda la ayuda posible para hacer el antídoto.
El lado profesional de Bia toma su lugar:
- Dime qué animal era, tengo varios antídotos.
- La especie que los infectó es de otro planeta, habrá que estudiarlo - dice Camily.
- Ya veo... Bueno, necesito un comunicado de la junta y puedo ir contigo. Solo para despejar la duda, ¿hacia dónde vamos? - pregunta curiosa esperando ser otro planeta para acabar con tu curiosidad por otra especie.
- De momento vamos al planeta Plupton, luego a Mercuryon donde tiene un cuerpo que puede utilizar para sus estudios - responde Odín.
Con una gran sonrisa en sus labios, Bia responde:
- Excelente. Conseguiré la liberación y podemos irnos.