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009

-¡Por dios Vanessa!-exclamo Daniela al mirarme.-¿Con quién has peleado?.

Hice una mueca no quería molestarla con mis problemas y tampoco quería que se entrometiera. Realmente ni Daniela ni Rouse podían hacer algo para ayudarme, si me ayudaban empeorarían más la situación y Catherine seguiría haciéndome pagar a mi.

-No pelee con nadie. ¿Nos podemos ir ya?-ella asintió.

-Esta bien pero debes prometer.que me lo dirás después.-se acerco a mí y beso mis labios. Ambas caminamos en dirección de su coche que era custodiado por tres autos negros.

Daniela acariciaba mi mano de vez en cuando y me miraba fijamente como si yo fuera una obra de arte digna de admirar y eso me gustaba pero a la vez me avergonzaba un poco pues yo no me creía bastante cosa para que me mirarán de esa manera.

Ella me platicaba algunas cosas aún que no entro el tema de a qué se dedicaba. Ella era una excelente persona y en serio me gustaba, ella sienpre estaba llena de amabilidad y con una sonrisa en el rostro a comparación de la idiota de Rouse.

Ella era una persona demasiado atenta, siempre estaba muy al pendiente de mí en todo momento, me hacía reír y por si fuera poco me había preparado una cena a la luz de la luna en una de sus tantas propiedades.

-¡Wow esto es increíble Daniela! Eres muy linda no debiste.

-La compañía valía la pena. Espero que en serio lo aprecies por qué no soy mucho de hacer este tipo de cosas.

-¿En serio?-asintio-creo que me siento muy alagada.-sonrei y ella beso mi mano.

Su mirada profunda se encontraba clavada en mi en busca de respuestas, no quería preocuparla y mucho menos meterla en más problemas de los que ya tenía.

-Oye Vanessa....

-¿Si?.

-Es que, quiero decirte algo hace rato, pero no quisiera incomodarte realmente.....

La mire unos segundos, aquellos debía ser algo realmente malo como para sacarlo justo ahora.

-¿Qué cosa?.

-Bueno, yo no quiero que te enojes. Tuve que llamar a Rouse....

-¿Ajá?

-Ella ya me ha dicho lo que pasó con aquella chica en tu instituto-¡Rouse es una hija de puta.

-¿Por qué hiciste eso Daniela?-dije un poco molesta.

-Tu no ibas a decirme Vanessa ¿O si?. Además no puedo permitir que nadie ande por ahí metiéndose con mi chica.

Sonreí ¿Cómo enojarme con ella?

-No quiero darte problemas Daniela.

La verdad es que no te lo dije por qué no tiene importancia y que flojera hablar de ello. Sé que tú tienes problemas más grandes que esto, para sumarle algo más. ¡Prométeme que no vas a hacer nada! Por favor.

-No puedo prometer algo así..... Y tampoco puedo permitir que algo así vuelva a pasar....

-Daniela, de verdad no le deseo tanta importancia. Voy a estar bien, no volveré a ser una presa fácil.

Ella sonrió y me beso nuevamente, pero esta vez era un beso más largo, más lento y más apasionado. Sin duda alguna si la idiota de Rouse no hubiera aparecido nunca tal vez estaría hasta los huesos por Daniela, de eso no me cabía duda.

-No voy a hacer nada, pero creo tener la solución para ese asunto. Y no tienes que preocuparte por ser una presa fácil o no, nadie va a darte más problemas de ahora en adelante de eso me encargo yo.-bebio un poco de lo que al parecer era vino tinto y he de mencionar que eso me ponía un poco nerviosa.

[...]

-No. No creo poder verte hoy Matías, la verdad estoy algo cansada y tengo que ayudar con algunos deberes a mi tía, si.... No, realmente solo quiero dormir. Yo te llamo mañana.

Rouse colgó el teléfono y lo dejo sobre la mesa. Ella bebía una lata de cerveza, era observada por la madre de Vanessa, aquella mujer no tenía problema con que Rouse siendo menor de edad e incluso su hija bebieran alcohol. A ella le bastaba con que tuvieran responsabilidad para beber y no estuvieran lejos de casa.

-Es raro que no salgas en sábado por la noche Rouse.-la madre de Vanessa miro con dulzura a la muchacha que lucía decaida-escuche que le cancelaste a Matías.

Rouse suspiro y miro con atención a su tía mientras que sonaba su brazo, estaba muy exhausta pero sobre todo estaba molesta con Vanessa. Ella la había invitado a beber café y aquella solo la había rechazado por qué debía salir con Daniela.

Daniela no era de su agrado, se había convencido desde que se dió cuenta que su prima significaba más de lo que ella imaginaba por más que pareciera imposible por qué en realidad no la soportaba.

Daniela la ponía de pésimo humor, odiaba que su prima la mirada, que le brindará sonrisas y que ahora la hubiera besado se sentía como la peor de las traiciones.

-Lo veo todos los días, a veces solo quiero descansar y no saber de él ni de nadie.

-Crei que las cosas marchaban bien.

-aquella mujer se acercó y sobó su hombro invitado a la chica a continuar.

-Y marchan bien tía, es solo que, yo..... No sé qué es lo que quiero a veces. Y... Ahora con Matías creo que ya no me llena sentimental mente.

Aquella mujer la miro y reflexionó un momento, le dió un abrazo y beso su frente, comprendía la situación. Aquella chica había perdido a su madre, a quien fuera siempre su única familia. Ahora estaba sola y tal vez no había nada que la hiciera sentir mejor.

-El mundo suele ser muy confuso e injusto a veces Rouse. La vida te da golpes de los cuales dudas que puedas levantarte para continuar luchando por la vida, puedes fingir estar bien cuando todo por dentro de va acabando. Puedes engañar a la gente pero no a ti misma.

-Lo se. Cuando perdí a mi madre, la mayoría de la gente que conozco me dió la espalda, estaba perdiendo las esperanzas pero usted y mi tío me acogieron. No quería darles molestias a Hugo y Vanessa pero era eso o quedarme sola.

-Nosotros te queremos. Estoy segura de que tu madre habría querido que te ofreciera el calor de mi hogar.

Pero vamos que se que todo esto no tiene que ver con Matías al menos eso me quedó claro.

Rouse se mordió el labio inferior y desvió la mirada de su tía, una pequeña sonrisa se asomó por sus labios al recordar la noche anterior. Cómo había disfrutado incomodando a Vanessa, la cercanía que habían tenido y sobre todo lo atrevida que se había vuelto.

-Alguna vez has sentido..... Qué no importa con cuántas personas salgas.

Qué no importa cuánto te esfuerces para sacar a alguien de tu cabeza.

Hace días que me siento así, creo que la confusión me hace perder la cabeza y yo detesto tanto perder.

Tal vez esto no tiene ningún sentido pero.... Comienzo a tener una obsesión, algo que jamás creí que me pasará a mí.

El sonido de la puerta principal hizo que ambas pegaran un grito seguido de un: ¡Ya llegué mamá!. Por parte de Vanessa.

-Vaya me siento como una adolescente-la señora Yolanda pego una carcajada-creo que ya estoy demasiado vieja para esto.

Tal vez Vanessa te comprenda mejor.

-¿Qué es lo que puedo comprender mejor?-dijo Vanessa dejando su llave sobre la mesa y le daba una mirada a su madre.

-Hija-beso la mejilla de su hija y la abrazo-que gusto que llegaste temprano. Rouse está un poco triste pero.... Yo no soy tan buena escuchando ¿Podrías animarla?.

Vanessa abrió la boca y miro Rouse. Miro de nuevo a su madre sin saber que decir no quería ser descortés.

-Ah...

-No tienes que hacerlo si no quieres Vanessa.-dijo Rouse de mala gana al darse cuenta de que la chica no atinaba a decir nada-Tal vez debería llamarme Daniela para que al menos me tomes un poco en cuenta.

Rouse se levantó y se despidió de su tía para después irse a su habitación, no sabía por qué le había dicho eso a Vanessa, es decir no tenía ningún derecho.

Por un momento pensó que Vanessa la seguiría y le pediría alguna explicación lógica por su comportamiento, pero su decepción fue más cuando eso no paso y aquella chica nunca apareció por su habitación.

Continúo bebiendo y cuando no había más cerveza pidió a su tía las llaves del auto para comprar más, quería emborracharse pero sobre todo quería olvidar.

Ya pasaban de las tres de la madrugada y ella continuaba bebiendo como si no existiera el tiempo.

Estaba ebria y muy desorientada, quería aclarar su cabeza y por primera vez aún que fuera, saber que era lo que quería. Tallo sus ojos y bostezo producto del sueño. Se recostó sobre su cama y cerró los ojos al fin, estaba decidida a dormir pero una interrupción en su puerta no. Se lo permitió.

Lanzaba maldiciones a quien fuera que tocará y abrió, miro a Vanessa en el marco de la puerta y se hizo a un lado. Vanessa tapo su nariz debido a que la habitación de Rouse olía demasiado a alcohol.

-¡Tardaste más de lo que creí pero estas aquí!-una Rouse tambaleante camino hacia su cama.

-Estas ebria Rouse. ¿Qué demonios te pasa?. Estas comportándote como una verdadera idiota.

-¿Por qué eres tandura conmigo?.-pregunto Rouse dolida.

-¿Bromeas? Tú eres una hija de puta.

-No te pases.-dijo intentando controlarse.

-¿Por qué le contaste a Daniela? ¡Te pedí que no lo hicieras!.

Rouse no dijo nada se recostó sobre su cama y volvió a cerrar los ojos en serio estaba muy cansada.

-¡Oye despierta!-Grito pero aquella chica no abrió los ojos así que decidió acercarse y moverla un poco.

Pero eso tampoco estaba funcionando, así que subió sobre ella y le dió leves palmadas en el rostro hasta que al fin abrió los ojos.

-Eres... Eres demasiado hermosa....

-¿Qué estás diciendo Rouse? No digas tonterías.

-¿Te has visto en un espejo? Eres, eres una princesa. ¡No! ¡No! Eres, eres una reina.

Vanessa tocó su frente para asegurarse de que Rouse no hubiese contraído una fiebre, pero Rouse sin en cambio tomo su mano y la movió para colocarla del lado izquierdo de su pecho.

-No tengo fiebre. ¿No crees que eres una reina?-Rouse la acerco más a su cuerpo. Vanessa podía sentir como el corazón de Rouse latía a la misma sincronía que el de ella.-Crees que no lo digo en serio ¿Ya sentiste mi corazón?-Vanessa la miraba expectante-esta latiendo como un loco, y eso solo lo provocas tú.

Pe-pero... Tú, tú crees que soy una idiota y....

-¡Y lo eres!-interrumpio Vanessa.-deja de llamarme reina y deja de decir tonterías.

-No entendía el gusto de Daniela por ti, ni, ni siquiera estaba de acuerdo con la homosexualidad y..... Creo que... ¿Estoy loca? Te tengo muy cerca de mí y siento, siento tantas ganas de besarte.........

Vanessa la escuchaba con atención, pero estaba ebria, la noche anterior se había metido a su cama para molestarla estando ebria también, no había forma de que le creyera.

Recordó que Rouse se había mudado la noche anterior por su reacción lo cual provocó su enojo, se quiso safar de su agarre pero Rouse era más fuerte y no se lo permitió..

La apego con fuerza a su cuerpo hasta que no soporto más y beso los labios de Vanessa sin saber que eso solo le daría más estragos y dolores de cabeza, sin saber que al besarla solo despertaría más ese sentimiento.

Vanessa sabía que ese beso no podía compararse con los de Daniela, por que ese beso había movido mucho en ella, pero no podía dejarse llevar así como si, le dió un empujón y después una fuerte bofetada.

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