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Capitulo 8.

“He tirado todo a la mierda, he hecho que te vayas lejos de mí, he hecho que me odiaras”

Dolor...

Todas sus extremidades dolían como la mismísima mierda, se movió un poco sobre el lugar en el que estaba y gimió de dolor, esto sí que dolía.

Todos los recuerdos la arropan y en ese instante sus lágrimas cayeron de forma desenfrenada pero lo que más le molesta es un dolor en su entrepierna...

—¡NOO! —Sus lágrimas caían por sus ojos como las mismas cataratas y se siento ir, la violaron, le robaron su inocencia de la forma más cruel que existía, no podía creer que eso le estaba pasando a ella ¿pero que iba a de alguien como ella? ¿que era acaso? ¿un amuleto para atraer mala suerte?

—¡MIKHAIL!, m-ikha-il te necesito, por favor. —No pudo ver de una manera clara ya que sus ojos estaban cristalizados, pero eso no impidió que pudiese ver una silueta que caminaba hacia ella, el color que llevaba puesto resalta en sus ojos ya que el color era blanco.

—Hey —Él se sentó a su lado y la consoló frotando sus manos por su pierna. Se intentó reincorporar, pero el dolor en su entrepierna se hacía más fuerte.

—Dime que no me v-iol-aron, Mikhail—habló en un susurro y tenía miedo de la respuesta.

—Cuando llegué de nuevo a darte una explicación, encontré a un tipo intentando hacerlo, pero no lo hizo —En ese momento sintió como el alma le volvió al cuerpo y no sabía por qué, pero se sintió feliz.

Añadió: —Sin embargo, sientes ese dolor porque hicieron cortes en tus piernas, pero descuida, eso se te borrará. —En ese momento él suspiró y le dio una mirada que nunca le hubiese visto, dedujo que era: ¿miedo? ¿culpa o tristeza? —Pensé que te perdía y entré en un estado de pánico calmado.

Ella solo hizo lo que le llegó a la mente y lo que deseaba hacer desde hace un tiempo.

Con dificultad se incorporó y cuando lo hizo se acercó a él en intenciones de besarlo, cuando estuvo lo suficientemente cerca cerró los ojos y cuando sintió que iba a sentir mil explosiones de sabores en sus labios, abrió los ojos y se dio cuenta de que él se había levantado.

—Candy, me espera. —¿Que?

No formuló preguntas las cuales siempre son frecuentes de su parte, solamente asintió con la cabeza y se recostó en la cama.

¿No que decías que te pertenecía? La verdad es que sí, pero eso no cuenta de mi parte, porque no eres mío.

Te di mi corazón, te di quería dar todo mi amor, pero me perdiste...

(...)

Salió de la habitación y se dirigió a la cocina, tenía un hambre de muerte encima.

Cuando llegó al lugar al cual dictó como su destino paró en seco, ahí estaba la morena alta y, estaba cocinando en la cocina en la cual ella debería estar.

¡Ay, perra!

Cuándo se dio cuenta de su presencia no se sorprendió, la miró de arriba hacia abajo y la examina de una manera la cual no le agradó a Lennox, la miró como si fuese algo asqueroso y repugnante.

Terminó de entrar a la cocina y se exaltó cuando ella se puso frente a ella, cuando pasó frente a la susodicha sana y salva, tomó un vaso de agua de prisa porque su mirada le pesaba y cuando pasó de nuevo frente a ella le metió el pie.

Maravilloso, aunque no sé porque me sorprendió, ya que sabía que algo iba hacer.

Se paró de un salto del suelo y con toda su dignidad salió de ahí, al hacerlo se encontró con Mikhail saliendo de su habitación sólo con unos Jeans negros, se acercó a él de manera apresurada y en ese momento le entró un mareo por lo cual tuvo que detenerse y estabilizarse, Mikhail apareció en su campo de visión y cuando le intentó tocar le soltó una gran bofetada.

Cuanto deseaba esto.

—¡No sabes cuánto me repugna tu presencia, no sabes cuánto te odio, hijo de la mismísima mierda! —Al terminar esas palabras se dirigió hacia donde era la que pensaba su habitación, paró en seco y sin pensarlo dos veces se devolvió y salió por la puerta del apartamento.

¿¡POR QUÉ DIABLOS NUNCA ME DETIENE!?

Porque no le importo «pensó» esa era la única respuesta que había, un asesino no siente ni mucho menos tiene sentimientos.

No sabía por qué pensó que él y ella podrían tener algo. Muchas veces nosotras las personas nos sentimos seguros en un lugar en el cual no somos bienvenidos, así fui yo con el corazón de Mikhail, él solo sentía atracción, nada más, él solo quería colarse entre sus piernas.

Aún no se recuperaba de todos los golpes que recibió y le dolían hasta la mierda, pero sabía que su dignidad valía más que eso. Su dignidad valía más que el amor que sentía por él ¿será amor? O es que se aferró a él porque sintió ¿seguridad a su lado? Eso no valía la pena, él no vale la pena.

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