Capítulo 8: ¿Está soltero?
Valeria estaba perpleja, y no pudo reaccionar. Vio a Aitor sonreírles levemente, —Sois de la Revista Brisa, ¿no? Por favor, sentados.
Valeria estaba todavía aturdida hasta que Lola la tiró de la mano, —Valeri, ¿en qué estás pensando?
Valeria volvió en sí y se sentó en el sofá con sus compañeras.
Aitor se acercó lentamente y Lola preguntó emocionada, —Presidente Aitor, ¿podemos empezar ya?
—Por favor —Aitor seguía tranquilo sin mirar especialmente a Valeria de principio a fin, como si no se conocieran en absoluto.
Al ver su actitud distante Valeria no pudo evitar preguntarse si esta persona solo se parecía mucho a su esposo Aitor.
—Esto... presidente Aitor, debido a que es tan misterioso, no sabemos ni siquiera tu apellido—Lola se sonrojó y preguntó nerviosa—. ¿Le importaría decírnoslo?
—Aitor Cabrera —lo que dijo rompió por completo la última esperanza de Valeria.
Aitor Cabrera.
¡Realmente era su esposo recién casado!
—Señor presidente, bien —Aurora sonrió—. A continuación, queremos hacerle algunas preguntas.
Cuando terminó, Aurora inmediatamente miró a Valeria. Se puso un poco ansiosa al ver que Valeria seguía mirando a Aitor aturdida y la pellizcó discretamente.
Valeria gimió de dolor y se recuperó del aturdimiento.
Hoy, Valeria se encargaba de entrevistar mientras que Lola y Aurora de tomar notas.
Viendo la mirada de Aurora, Valeria se calmó rápidamente. Adoptó una actitud profesional y comenzó, —Presidente Aitor, ¿es usted de la Ciudad S?
—Se puede decir que sí —a diferencia del pánico de Valeria, Aitor estaba calmado de principio a fin—. Nací en la Ciudad S, pero me fui a la Nación E cuando era muy joven.
Le parecía un poco ridículo a Valeria. La persona de enfrente era su esposo, pero no sabía nada de él.
Valeria rápidamente dejó a un lado sus pensamientos porque estaba en el trabajo y continuó haciendo las preguntas que habían preparado.
La entrevista transcurrió sin problemas, aunque Aitor fue muy distante, también fue muy cooperativo. Borrando su imagen indiferente de antes.
Valeria también entró lentamente en el estado de la entrevista. Olvidó temporalmente que el hombre era en realidad su esposo. Pero cuando llegó la siguiente pregunta, se atragantó y la oficina se quedó en silencio.
—Valeri, ¿qué estás haciendo aturdida? —esta vez fue Lola quien la empujó y Valeria volvió en sí rápidamente y se disculpó.
—Lo siento, presidente Aitor, esta pregunta es un poco privada, pero creo que a muchas de nuestras lectoras les interesará —Valeria trató de reprimir el extraño sentimiento y preguntó—. ¿Puedo preguntarle si está soltero?
Cuando hizo la pregunta, Valeria quería morderse la lengua.
La respuesta era obvia. Ella sabía mejor que nadie si Aitor estaba soltero o no. Pero Lola y Aurora estaban al lado y no podía no preguntarlo.
Después, Valeria miró a Aitor nerviosa. No supo si era su ilusión, pero le pareció que Aitor sonrió.
Solo que fue una sonrisa fugaz y Valeria dudó de su veracidad.
—Sobre esta pregunta... —Aitor dijo lentamente, en un tono indescriptible— ¿Tú qué opinas, señorita reportera?