Librería
Español
Capítulos
Ajuste

1

Reviso una y otra vez la página web que tengo frente a mí, en busca de algo, de algo en lo que pueda ser buena. Algún trabajo, cualquiera. Pero la mayoría son fuera de la ciudad, muy lejos. Había enviado información sobre algunos: call center, niñera y uno de "actuación". Si supieran la pena que hice pasar, resulta que lo de actuación era para cine para adultos. Reí para mis adentros al imaginarme a mí de actriz porno. Mis padres me matan.

Nada.

No hay nada.

Me estoy empezando a estresar y esto no es bueno. Tengo que pagar el alquiler a fin de mes o si no me corren. Tenía un trabajo antes, era asistente de unos de los profesores de la universidad, pero el señor ya se jubiló ahora estoy sin trabajo. Lo poco que tengo no me alcanza para nada, con costo para comprar comida hoy.

El computador ni si quiera es mío, me lo adquila mi vecino de arriba, es un niño de 12 años. 3 dólares la hora. Y la tengo desde hace una semana. No quiero ni imaginar cuánto me va a salir.

Ok, me estoy estresando demasiado. Apago la laptop y me siento en el piso en posición de meditar. Lo hago seguido. Me ayuda con mi estrés. Me relajo, respiro, suelto el aire y dejo mi mente en blanco.

Media hora después me siento algo mejor. Más calmada. La puerta es tocada así que me pongo de pie y abro. Es Harvey, el cartero.

一La correspondencia de esta semana 一me dice, entregándome los papeles.

一Gracias, Harvey 一tomo las cosas y cierro la puerta con el pie.

Cartas de deudas, cartas de mis padres, y el periódico de hoy. Noto que en la sección de empleos hay uno tachado en amarillo.

Ese ha de haber sido Harvey, pensé. De seguro le di lástima que hasta me busca trabajo. Bueno, le agradezco. El empleo es sobre ser secretaria en Industrias Price.

Industrias Price.

No he escuchado de ese lugar. Bueno, pero nada pierdo con intentar. Hay un número de celular, tomo mi teléfono (prestado) y marco el número. Me siento un poco nerviosa y el corazón me late un poco más rápido.

Me calmo.

Contestan al tercer timbrazo.

一Industrias Price, le saluda Amanda Cook, ¿en qué le podemos ayudar? 一una voz de mujer habla del otro lado. Suena tan fina.

一Ah, 一me trabo一, Hola, hmm, soy Malibú Coleman y 一carraspeo一, vi el anuncio en el periódico sobre el puesto de secretaria, me preguntaba si está disponible.

Soy un poco torpe para hablar.

一Señorita Coleman, para audicionar por el puesto tenemos que hacerle una breve entrevista y ver su hoja de vida.

一Hmm sí, claro, ¿cuando puedo llegar?

一Las entrevistas son hoy a las 10 de la mañana.

Miro el reloj. Son las 9 con 15 minutos.

Mierda.

一Está bien, allí estaré 一ni siquiera sé donde queda Industrias Price.

一Cuando esté aquí pregunte por el señor Stafford, es el jefe de recursos humanos, con él será la entrevista.

一Bien, muchas... gracias.

一De nada, señorita Coleman, que tenga buen día. Y suerte.

一Gracias... Igual 一pero ella ya había cortado.

¿Igual?

Dejo el celular en la mesa y salgo corriendo al baño. Me hago un super bañado y salgo para buscar qué ropa ponerme. No tengo ropa formal. Me decidí por unos vaqueros negros, una camisa azul y camisa de vestir en negra, la cual la uso desabotonada. Sirve de chaqueta. Recojo las mangas hasta los codos y me pongo los zapatos. Son bajitos y cómodos.

Mi cabello está mojado, lo peino y lo dejo suelto, está corto, me llega a los hombros. Me hecho máscara en las pestañas, rubor y brillo labial. Tomo mi bolso, tropezando con un costado de la cama.

一Mierda 一dolió. Voy cojeando hasta la mesa en donde está mi curriculum. Ya lista tomo las llaves del departamento y salgo.

Genial, me duele el tobillo.

Bajo las escaleras como puedo, salgo afuera y busco un taxi. Le hago parada a uno. El día está entre soleado y nublado.

一Disculpe, ¿sabe dónde queda Industrias Price? 一le pregunto al chofer antes de montarme.

一Claro. Está a unas cuántas calles.

一Bien.

Me monto.

El taxi arranca y empieza su recorrido por las calles de Nueva York. Estaba en cuarto año de la universidad, solo me faltaba un año para salir. Y es ahí cuando recuerdo algo, toco mis bolsillos del pantalón y rebusco en mi bolso.

Olvidé mi celular.

Genial.

Estaba un poco nerviosa, no sabía qué encontraría hoy en ese lugar, ni cómo serán las personas, ni si me darán el trabajo. Deben de llegar muchas personas para el puesto. Y mejores vestidas que yo.

Ya, Malibú, no te hagas menos. Eres capaz de hacerlo. Puedes hacer lo que te propongas. Si no lo logras al menos lo intentaste.

一Estamos por llegar.

Llevábamos unos minutos de recorrido.

Mientras más nos acercábamos, mas nerviosa me ponía.

Relájate.

El taxi se estacionó.

一Son 15 dólares.

Busqué el dinero en mi cartera y se lo di.

一Gracias.

Me bajé del coche, cerré la puerta y miré el enorme edificio frente a mi. Wow. Es todo un imperio. Se ve tan fuerte. Tan lujoso.

¿En qué me vine a meter? Los que salen y entran por esas puertas son gente de traje, bien vestida e importante.

Alejo los pensamientos malos de mi cabeza y avanzo. Al entrar sentí un olor agradable en el ambiente. Todos me intimidan. Me siento como pez fuera del agua. Me acerco hacia una chica que parece ser la recepcionista.

一Hola, busco al señor Stanffor 一dije algo cohibida.

一El señor Stafford 一corrige.

一Sí, él.

一El último piso.

一Gracias.

Me dirijo al ascensor y toco el botón para el último piso. Pasan minutos hasta que las puertas se abren. Me quedo anónada al ver las instalaciones. Las paredes son blancas, todo parece tan limpio y caro. Hay gente yendo de aquí para allá. Pero todos son tan ordenados.

一¿Señorita Coleman? 一inquiere alguien detrás mío.

Volteo a ver. Hay una chica en un escritorio.

一¿Si?

一Hablamos por teléfono 一dijo. Asentí. 一Ese pasillo te lleva a recursos humanos, hay varias chicas esperando. 一señaló un pasillo, en eso su teléfono sonó.

一Gracias, 一le dije.

En eso contestó:

一A sus órdenes, señor Price.

Fue lo único que escuché ya que tenía que buscar al tipo ese para la entrevista. Caminé por el pasillo hasta ver dos puertas. No veo a chicas por ningún lado. Me arriesgué por la puerta que tenía cerca, ¿qué podría salir mal? Abrí y entré.

No había nadie aquí. Estaba vacío. Pero la oficina estaba tan espaciosa, tan limpia y olía demasiado bien. Un perfume de hombre. Era agradable. Pero imagino que ésta no es la oficina que busco. Retrocedí para volver al pasillo pero mi espalda chocó con algo duro.

Me asusté y di la vuelta de inmediato, encontrándome con unos ojos negros penetrantes. El hombre vestía traje, era tan elegante y nítido. Me di cuenta de que lo tenía sujetado de los brazos.

Quité mis manos de inmediato.

一Como lo siento 一carraspeé一, estaba buscando recursos humanos.

一Recursos humanos es en la otra puerta. Hay una letrero en ella 一dijo el tipo, pasando de mí y adentrándose a su oficina. No me había dado cuenta que iba hablando por teléfono. Yo me quedé allí, mirándolo extrañamente.

Hablaba tan fluido.

Se sentó en el escritorio y, como no me había ido, se paró en seco, dándome a entender porqué seguía aquí. Reaccioné, riendo nerviosa.

一Lo siento.

Retrocedí, pero en el proceso choqué con otra cosa, pero no fui con alguien esta vez, lo que hubiera querido, sino que fue con un florero, un caro florero de vidrio. Este cayó al piso y se hizo mil pedazos.

Cubrí mi boca con las manos y miré al hombre.

一¡Ay, perdón! L-lo siento mucho 一me arrodillé para recoger los vidrios. 一¿Esto es muy caro? Se lo voy a pagar 一le dije.

¡Soy tan torpe! Considerate sin empleo.

El tipo estaba inexpresivo. Tomó el teléfono y llamó a alguien. Yo seguía acumulando vidrios en mi mano.

一¿Carla? Podrías venir a limpiar algo a mi oficina. Bien. 一colgó.

El hombre ni siquiera se inmutó, sólo dejó caer su espalda en el respaldo de la silla y me observó. Neutro.

¡Ay, Dios, este hombre debe de estar pensando en las miles de formas de sacarme a patadas de su oficina!

Alguien llegó.

一Buen día, señor Price 一saludó la mujer.

¿Señor Price? ¿Industrias Price? El mismo apellido. ¿Acaso él es...? No creo, se ve tan joven.

La chica se agachó junto a mi con cosas para limpiar.

一Yo lo hago, señorita, no se preocupe 一me dijo ella, tan dulce.

一No, te ayudo, yo causé este desastre.

一Se puede lastimar, además, ese es mi trabajo.

一No te preocupes, yo... 一en eso sentí un fuerte pinchazo en mi dedo. Y luego sangre. Genial. Me había cortado.

No era grave, sí. El tipo solo se nos quedaba viendo raro. Estaba como enojado, creo yo.

一¿A qué no adivinas quién fue a... Qué pasó aquí? 一un chico entra a la sala. Me pongo de pie, cubriendo mi dedo con la camisa.

一Señor, Fard 一dije. No sé ni porqué lo dije. Solo se me salió.

一Es Stafford, linda 一me guiñó un ojo.

一Yo venía a verlo para la entrevista de trabajo.

一Me temo que vienes tarde, acabo de terminar con ellas. El tiempo acabó. 一hizo una mueca de tristeza.

Mis ilusiones cayeron.

一Oh, yo... Entiendo 一miré del él al señor Price.

一Suerte en la próxima, señorita...

一Coleman. Malibú Coleman.

一Malibú. Lindo nombre. 一ahora se dirigió al señor Price. No sé ni porqué le digo señor. 一Eso venía a comentarte, ya tienes secretaria.

¿Secretaria? ¿acaso era para él? Bueno, ahora ya sé que no tengo ningún chance. Ese hombre no me querrá ni para la de la limpieza, solo miren el desastre que hice hoy.

La chica terminó de limpiar y se dirigió a la salida. La seguí. No tenía nada que hacer aquí.

一Suerte en la próxima 一me dice Stafford.

Me volteé a ellos.

一Gracias, hmm les haré llegar el dinero del florero一dije sin ánimos, dándoles una sonrisa de boca cerrada y cerrando la puerta detrás de mi.

El señor Price me debe de aborrecer.

Pero lo malo es que no conseguí empleo hoy y me van a hechar a la calle. Viviré bajo un puente.

Sonríe, Mal, al menos lo intentaste.

O más o menos.

Pero ahora tengo que buscar a la chica Carla para preguntar cuánto cuesta ese mendigo florero y poder pagarlo.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.