Capítulo 2
Fernanda
Pude ver en sus ojos lo sorprendido que estaba al escuchar la palabra divorcio y supe que tenía que prepararme para una larga batalla.
- ¡Te quiero! - Él dice.
"Bonita manera de demostrar, ¿no crees?" - respondí sarcásticamente. Yo no tenía sangre de cucaracha.
— ¡Fernanda no volverá a pasar! - Él dice.
— Otávio, estoy cansado de escuchar tus lamentos y solo digo una cosa, quiero que empaques tus cosas y te vayas de mi casa hoy.
"¡Te refieres a nuestra casa!" — Otávio me cuestiona y yo lo miro.
— No, ahora es la casa de mis hijas y la mía. - Hablo.
— Fernanda me escucha… — Pregunta una vez más.
— Me escuchas, ¿quién puede garantizar que no me hayas traicionado antes? — Hablo mirándolo y ahí viendo que ese hombre que juró amarme y terminó traicionándome terminó conmigo.
"Te juro que fue solo esta vez". - Dice desesperado ya.
“Como dije, no lo creo. —Respondo y sigo: — Ahora necesito irme y tú cuando llegues a mi casa, tus cosas ya estarán en las bolsas. — Con eso salgo de su cuarto escuchándolo llamarme y no miro atrás y cuando llego a su mesa de putas solo respondo: — ¡Ahora es todo tuyo!
— ¡Señora Fernanda, perdóneme! - ella me pregunta
- ¿Perdonar? - Doy una risa sarcástica y respondo, - Sal de mi camino si no quieres que te desplumen. La amenazo y me deja.
Salgo de ese piso con la frente en alto y cuando paro frente al elevador mis ojos ya están llenos de lágrimas y cuando las puertas se abren y no hay nadie adentro y cuando las puertas se están cerrando las lágrimas que estaba conteniendo comenzaron a caer .
Cuando llego a la planta baja salgo rápido sin hablar con nadie y voy hacia mi carro y vuelvo a llorar y me quedo así un buen rato.
Oigo que la ventanilla de mi coche se cierra de golpe y me doy vuelta para ver quién es. Otávio estaba ahí llamándome y lo único que hago es encender el auto y salir.
La verdad no se como llegué a mi casa y cuando entré me encontré a mis niñas jugando y al ver mi estado empezaron a hablar:
"Madre, ¿qué pasó?" - Pregunta Kam preocupado.
Y los miro y veo lo hermosos que son y gemelos idénticos. ¡La gente estaba confundida sobre quién era quién! Nunca tuve problemas para identificar quiénes eran Katherine y kamille.
— ¡Madre contesta! - Kathy pregunta y no sabía cómo decirlo y respiré hondo y respondí:
— ¡No te preocupes por tu papá, estaba muy ocupado y lo está haciendo muy bien! - Hablo.
"Entonces, si él está bien, ¿por qué lloras?" - pregunta Kam mirando sin entender nada.
"Porque tu padre..." digo tratando de controlar el llanto y me enojo conmigo misma por no controlarme.
- ¿Qué hizo él? — Preguntan juntos y si la situación no fuera tan grave me hubiera reído.
"¡Estaba teniendo sexo con la nueva secretaria!" Lo suelto de inmediato y ella me mira sorprendida.
"¿Estás segura, madre?" – pregunta el kam sorprendido.
'¡Lo peor que tengo!' Desde que los vi teniendo sexo en la oficina. - respondo con firmeza y vi sus ojos llenarse de lágrimas.
- ¿Y que hiciste? – Pregúntale a Kathy.
"¡A partir de hoy, tu padre ya no duerme aquí!" - Suelto.
- ¿Qué? — Prácticamente gritan y dicen: — ¿Dónde va a dormir?
¡Sabía que les costaba asimilar lo que estaba pasando! Tenían una verdadera adoración por su padre y viendo lo tristes que estaban les respondo:
"¡Debería pensar en eso antes de traicionarme y dejar una cosa clara!" - Respiro hondo y termino de decir: - Pedí el divorcio.
"Más... ¡Madre!" - Protestas a Kam.
— No existe tal cosa como más madre... ¡Está decidido y es definitivo! - Hablo y miro a Kathy y ella se quedó en silencio y voy a mi habitación y cuando llego agarro mis maletas de viaje y pongo todo lo que era de él.
Y así estuvo una hora y cuando por fin terminé, bajo las escaleras con mis maletas y mis hijas vienen a ayudarme y yo solo digo:
"¡Si quieres hablar con tu padre, por mí está bien!" Pero ya no vive aquí. - Terminé.
— ¿Dónde quieres que llevemos las bolsas? – Pregúntale a Kathy.
— ¡Hija, tu padre viene a buscarte, no te preocupes! ¡Solo dáselo!
"¿Y si pregunta por ti?" – Pregúntale a Cam.
— Dile que la próxima semana mi abogado firmará un contrato. — Digo y digo: — Y amores, aprovechen para salir con mi carro y divertirnos y sacar la tarjeta aquí y llevársela para gastar.
Voy a mi bolso y tomo mi billetera y les doy mi tarjeta y como ya saben la contraseña, es fácil.
— ¡Solo te pido que esperes a que venga tu padre a entregarle sus cosas y te puedes ir! — Les doy un beso a cada uno y les digo: — ¡Y no se preocupen, estaré bien! Solo necesito algo de tiempo a solas.
Me despido de ellos al escuchar que me llaman y llego a mi habitación y la cierro y voy directo a la ducha, me quito la ropa y me meto y sintiendo el agua caliente mojarme me abrazo y me siento en el piso y empiezo a llorar como un niño.
Dos meses despues...