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El segundo día pasa rápido y también el tercero, el cuarto. Ya ha pasado un mes desde el día que llegamos a esta magnífica ciudad. Ayer me telefoneó mi tío Niko y me preguntó si estábamos realmente bien ya que aún no le hemos pedido que nos acompañe en el aeropuerto. Ahí para ellos guardé el juego, pero cuando vi que hablaba serio me eché a reír y no pude ni hablar, tanto que me colgó en la cara. El jueves salimos con Giulia. Fuimos a varias tiendas y centros comerciales y lo pasamos muy bien. No te puedes aburrir con ella porque tira chistes sobre todo lo que dices, tiene uno nuevo cada dos segundos. En este momento me estoy preparando para el trabajo y, como de costumbre, tengo que despertar a Mariabil. Me ducho y me pongo un par de leggins negros, una maxi sudadera azul, unas air max blancas y el pelo de Lego en la habitual cola de caballo alta. - Mariabil despierta - grito entrando a su habitación y extrañamente la encuentro despierta pero aún debajo de las cobijas - hoy no vengo a trabajar porque tengo fiebre - me acerco para tocarle la frente y en realidad está caliente - tú quieres que me quede contigo? - sacude la cabeza con una sonrisa maliciosa que me hace pensar que está tramando algo a mis espaldas - noveno, anda, si necesito algo te llamo - asiento con la cabeza, la saludo y después de desayunar me dirijo al restaurante. Apenas entro me encuentro solo Samuel - buenos días - le digo - a ti - me regala una sonrisa y continúa - hoy solo somos nosotros, dices que lo lograremos? - Hace una mueca - bueno creo que sí, sino salimos corriendo - digo y él se ríe. Nunca hemos hablado del beso pero he probado cosas que nunca antes había probado, pero tal vez sea por el hecho de que era la primera vez que besaba a alguien, también me da vergüenza decirlo. Siempre pensé en cómo sería y en cambio en ese minuto solo pensé en dos iris verdes. - ¿Cómo estás? - pregunto mientras tomamos el café que ha preparado - bueno, de verdad. Antes de salir sentí como si tuviera un peso muy pesado encima, que no me dejaba respirar, me asfixiaba. Cada vez que intentaba contarle todo cambiaba de tema y si insistía cortaba la llamada. Ha vivido en Los Ángeles durante dos años y venía 3 veces al año. Al principio tal vez pensé que la amaba, ahora ni siquiera estoy seguro de si era amor, pero desde el día que la vi con mi ex amiga, si realmente sentí algo, se desvaneció. Me vi obligado a fingir que la perdoné solo porque mis padres son como hermanos con ella y sus padres tenían miedo de un escándalo, sabes que estamos hablando de una familia muy importante. Hoy estoy feliz de haberlo hecho y esto gracias a ti porque nunca pensé en dejarlo como un mensaje o mejor dicho, lo pensé pero nunca evalué la idea – termina con convicción – ¿estás seguro de que realmente lo querías? - asiente con una sonrisa radiante - nunca había estado tan seguro en mi vida - . Empiezan a llegar esos primeros trabajadores que madrugan para ir a trabajar, nada especial, algún café y unas medialunas. La parte más pesada viene del 12 en adelante. Estudiantes, madres, padres, ancianos y parejas que vienen a almorzar, están los que han salido de la escuela, los que están en su hora de almuerzo y los que simplemente estaban de paso. Cada persona tiene una vida diferente. Quién sabe lo que hay detrás de cada persona.
Ya casi llegamos a la hora de cierre y un grupo de chicas entran por la puerta, se acercan al mostrador - hola que les traigo? - uno de ellos me mira con cara de disgusto - no queremos ser atendidos por ti - mmh! Pero, ¿quién se cree que es ? - Lo siento, pero no tenemos muchas opciones de personal hoy - digo con una sonrisa falsa y un tono amable falso - pero Samuel es suficiente para nosotros - ¿Ya he dicho cuántos necesito? ¿los odio? Si el club fuera mío, ya les habría pateado el trasero. - Te llamaré enseguida. - Estoy a punto de llamarlo pero no me escucha. Me acerco a su estudio y continúo - Samuel... Samu - Llamo a la puerta y él abre la puerta. Ni siquiera el tiempo de comprender lo que sucede que me tira del brazo, cierra la puerta con el pie y me aprisiona contra la pared. Estoy a punto de caerme y aferrarme a sus fornidos brazos, joder qué músculos. No tengo tiempo para pensar o para esquivar eso que une sus labios con los míos. Realmente no creo que si me hubiera dado a elegir, me habría negado. Un escalofrío me recorre la espalda, mis piernas empiezan a temblar y mi corazón late con fuerza. Pone una mano detrás de mi cuello y otra en mi cadera y me aprieta más fuerte mientras mis manos alcanzan sus antebrazos. Me siento bien. No es en lo más mínimo comparable a lo que sentí cuando conocí a Marco. Sus cálidos labios y su aliento uniéndose al mío. Muerde mi labio inferior y después de un rato sale para tomar aire. Él apoya su frente en la mía - ¿Qué carajo me estás haciendo? - Dice en voz baja y ronca. No sé por qué pero no hablo y lo único que hago es acariciarle la mejilla. Toma mi mano y apoya su mejilla y luego me besa de nuevo, pero un beso más simple, dulce y delicado. Se baja y me acaricia la mejilla . ¿Qué tal si salimos un rato esta noche? – tiene un tono esperanzado y me suplica con la mirada – está Mariabil sola y está enferma – es la verdad, si no hubiera sido por ella hubiera aceptado. - ¿ Seguro que está sola? - Asiento con la cabeza - ¿y si no lo es? - me encojo de hombros - en este caso creo que se podría hacer - él asiente y me da un beso y se aleja. Estoy volando. - sin embargo recordé que hay algunas civetas… er, chicas que son atendidas solo por Samuel - . Se echa a reír y va al mostrador y yo lo sigo. - Sam - grita el pato cabeza - hola, te traigo - ay bueno entendí que es hermoso, o sea que es super hermoso y que es maravilloso pero ser tan coqueto me parece exagerado. - lo que quieras, lo importante es que te quedes con nosotros! - Sacude la cabeza y me lanza una mirada que no le devuelvo. Más bien sigo lavando el mostrador - No puedo, Vane y yo tenemos que cerrar porque estamos ocupados y por lo tanto tenemos que trabajar duro para poder terminar a tiempo - A eso me refería cuando dije que Arianna tuvo suerte de tener él con todas esas mujeres que lo quieren. Ante sus palabras las lechuzas se giran para mirarme con cara de disgusto y yo las miro con una ceja levantada, Samuel en cambio, se ríe, con una mano frente a su boca. La puerta se abre y aparece Giulia - ah aquí, el holgazán ha llegado - dice, mostrándole a Giulia, me río y ella corre a abrazarme
- Mi amiga - - y ella cree que tú me abrazabas - dice Samuel con un puchero fingido y ella salta sobre él. Mi teléfono suena y sé que es Kevin. -Kevin- digo . _ "Lo siento" murmuro con mis labios a Giulia y Samuel y salgo a la terraza. - y amiga como estas? - ay yo estoy bien y tu? Pensé que estabas muerto, no te hacías escuchar ni por mensajes ni por llamadas - le reprocho pero se ríe - tuve un pequeño problema con la escuela, ya sabes cómo es - ¿cómo está Rocco? - Kevin es nuestro mejor amigo y va a la universidad, es gay y su novio se llama Rocco. Hablamos de esto y aquello durante otros diez minutos y luego nos despedimos y volvemos adentro. En el interior, solo quedó Samu, incluso Giulia se fue. - dijo Giulia si puedes llamarla quiere un consejo - asiento con la cabeza - ¿ cerramos ahora? - pregunto - si, creo que ya no viene nadie - tiene un tono desprendido, extraño. - ¿estás bien? - Él asiente. Hace dos cafés y me da uno . ¿ Están comprometidos? - ¿Qué? ¿Por qué esta pregunta - no por qué? - se encoge de hombros y por su expresión entiendo que no está convencido - ¿por qué me preguntas ahora? ¿Te arrepentiste del beso? - . Lo miro esperando mientras mis manos descansan en mis caderas - no, no, no es esto, al contrario, ese momento podría repetir en este momento, es solo que... nada lo sueltes - agita su mano como para dejarlo pasar pero yo soy una chica muy curiosa y por eso no me doy por vencido - Samuel? - Me mira - Te escuché hablar por teléfono con ese Kevin y pensé que estabas comprometido - Sonrío, no sé por qué pero me sale espontáneamente y sacude la cabeza - Es un amigo - Asiente pero él no está convencido , quiero decir realmente. Si estuviera comprometido, no habría hecho lo que hice . Trato de persuadirlo y él asiente y se acerca . ¿ Vamos a ver cómo está Mariabil? - Asiento con la cabeza y después de cerrar subimos a mi apartamento.