Capítulo: 01

Una vida, una historia. Cada día viene con su propia tristeza. Algunos días nos sentimos muy bien, como si hubiéramos ganado una gran suma de dinero o algo nos saliera bien. Pero otros días nos muestran con qué frecuencia la vida está llena de tontos y, sobre todo, de hombres irresponsables en el hogar.

¿Has conocido alguna vez a un hombre infiel? ¿Un hombre que aprovecha la ausencia de su mujer para engañarla? No con la vecina, sino con la propia hermana de su mujer. Yo diría que su cuñada.

Soy la prueba viviente, el único error que cometí en mi vida fue ¿cuál? Irme a vivir con mi hermana, sí, fue uno de los peores errores de mi vida. No te lo vas a creer, pero el marido de mi hermana y su amigo me comían el coño como locos, al principio era solo el marido de mi hermana el que me comía el coño, pero con el tiempo se unió su mejor amigo. Los dos me comían mucho el coño. Su amigo muchas veces me comía el coño en su casa o a veces lo hacía cuando venía a echar de menos al marido de mi hermana. Hacíamos posturas que eran imposibles, no me puedo creer que haya sido yo, he destrozado el matrimonio de mi hermana por este pequeño fenómeno, estaba feliz porque los dos hombres me volvían loca, mi hermana nunca tenía tiempo, estaba ocupada con su trabajo y yo cuidaba de su marido tranquilamente sin hacer mucho ruido. ¿Por qué fui a su casa? Estás a punto de averiguarlo. Y también te voy a contar todas las posturas que adoptamos, no te lo vas a creer, pero no te recomiendo esta horrible vida que llevé en esta casa, hasta el punto de destruir una familia. Ya te lo contaré todo. Mientras tanto, me gustaría hablaros un poco de mí, de mi hermana y de los dos que me comieron el coño.

Lydia es mi nombre, no sé por qué me pusieron ese nombre pero eso no viene al caso. Soy una chica con mucho, mucho talento para la seducción, seducir hombres era una de mis especialidades, nunca supe que un día acabaría haciéndoselo al marido de mi hermana mayor. No soy gorda, no, de hecho no hay ni un solo gordo en mi familia, todos somos delgaditos. Soy redonda, así que sólo tenía que ponerme un vestidito y ya tenía a los hombres detrás de mí. Doy gracias a Dios por esa forma. Siempre he llevado esmalte en las uñas y peluca en la cabeza. No soy prostituta, no, de hecho este sector es sólo para personas adictas al sexo. Prefiero callarme, tenía 24 años cuando empezó todo, puedes ver por ti mismo que ya era madura? Después de todo, ya no soy una niña.

Mi hermana mayor se llama Thérèse, y al mirarnos se diría que somos gemelas, pero no es así. Trabaja en un hospital, por eso su ausencia me permitía cuidar de Patrick, que es el nombre de su marido. Era un hombre pervertido que se aprovechaba. El día que se aprovechó de mí por primera vez, no se cansaba de hacerlo porque comerme el coño le sentaba muy bien, me dijo un día.

Su amigo se llama John, el mejor amigo de mi tío, y es con él con quien voy a tener el mejor sexo de mi vida. Fue realmente genial, aunque hoy me arrepienta, todavía sentía algo. Sigue leyendo y entenderás por qué es realmente importante cuidar de tu hogar y especialmente de tu marido, por muy ocupada que estés.

Ahora empezaré con las cosas que he hecho, te lo explicaré todo. Oh, el marido de mi hermana y su amigo me están comiendo el coño.

Continuará