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5

Me estremecí, y en ese instante lo único que quise hacer: fue perderme en el. Cuando estoy apunto de ser por fin besad... por primera vez siento que algo lo aparta. 

 

Miro sorprendida que ya no lo tengo enfrente de mí al chico que siempre me ha gustado.

 

—¡¿Por qué hiciste eso..?! —le grité al encapuchado que se había encargado antes con esa chica.

 

"¡Nuestro mate!"

 

—Porque no quiero que te estés besando con él —dijo simplemente se dio la vuelta.

 

Lo tomo de la mano. 

 

—¿Y eso a ti en que te afecta..? tú no eres nadie para mí —dije frustrada y él se giró divertido. 

 

—¿De verdad no soy nadie para ti..? —dijo, mirándome cercana y en forma peligrosa. 

 

Su presencia, te hacía temblar, y repensar las cosas.

 

"¡Márcalo!"

 

Gritaba mi loba internar.

 

 Pero en ese momento, estaba demasiado enojada como para llegar a reflexionar.

 

—Q-quiero que te alejes de mí. 

 

—Ya luego, la que me está sosteniendo en este momento eres tú, No, yo.

 

 

Me solté de su agarre como si, me quemara y simplemente desapareció de la multitud. 

 

No entendí su comportamiento, incluso la fiesta había frenado en ese momento. Pero pronto, volvió a subir la música.

 

Todos y con todos comenzaron a bailar como si nada. 

 

No podía llegar a entender su comportamiento y en parte me inquietaba.

 

 Suspiré, aún sintiendo el calor de su cuerpo en contra de mi mano. Me gire para buscar al chico, y lo encontré parado confundido al lado de mis amigas. También las conocía como hemos sido creados juntos, hemos jugado durante mucho tiempo cuando éramos niños.

 

Me acerco a su lado y él me tomo de la mano un poco confundido.

 

—¿Él quién es..? —Quiere saber.

 

—Solamente un engreído —dije, me encogí de hombros mientras seguía bailando con los cuatro.

 

Una parte de mí, tuvo miedo de volver a acercarme a Francisco simplemente lo miré de reojo.

 

 Al llegar a casa, me sentí un poco más confundida que antes.

 

Me quito el incómodo traje de brillo que tenía puesto. Yo me puse mi pijama. Tenía bastante ropa de repuesto, porque a veces me transformaba y me olvidaba quitarme la. Entonces lo rompía, eso era la única desventaja de ser loba. 

 

Mire por la ventana, puse mis rodillas sobre una silla, mientras contemplaba con curiosidad la noche nocturna.

 

—¡Qué hermosa!

 

La luna, estaba tan redonda como a que no podía evitar suspirar sentía que si estiraba la mano podría llegar alcanzarla.

 

Estuve ahí hasta que me quedé finalmente dormida. 

 

Al abrir los ojos, lo hago porque siento de nuevo unas pisadas, ese aroma a vainilla y bosques de nuevo está impregnado en mi nariz. 

 

"¡Es él..!"

 

Sé qué es el, creo que de nuevo me está visitando. Pero ¿por qué?, hace tan solo unas horas había dicho que yo no le interesaba para nada y otra vez está en mi patio.

 

Tal vez está buscando otra cosa y no solo a mí.

 

En alerta, me escabullo por la ventana y me quitó el pijama antes de convertirme en lobo, pero no lo hago.

 

 Porque puedo ver que él está a unos metros en forma humana.

 

 Avergonzada, porque solamente me vio desnuda; busco el pijama que está desparramado en el suelo, y me lo pongo. 

 

Recorriendo hasta finalmente llegar a su encuentro y lo enfrento a pesar de ser débil. 

 

—Vete de aquí, estás en mis tierras —reclamo y para mí sorpresa; no tengo la oportunidad de seguir hablando, porque toma mis manos y me pone en contra de un gran tronco.

 

Lo miro sorprendida con mis ojos se abran ampliamente Y puedo sentir su respiración en contra de mí cuello

 

—¿Por qué estabas con el..?

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