Sinopsis
Sara Quintero una hermosa joven que solo queria su libertad, la hija menor de la familia Quintero, la que mas sufre a manos de su padre, su hermana mayor Quin se deshizo de el nada mas casarse con Nick, su medio hermana y mimada por su padre, y su madre según su padre era una máquina para darle herederos, ¿un encuentro le dará la libertad que tanto desea Sara? Lorenzo Chirinos hijo mayor de la mafia Chirinos capo de la mafia italiana quiere vengarse de la mafia francesa hará cualquier cosa hasta casarse con un Quintero para vengarse.
Capítulo 1. La familia sin amor
Sara Quintero
Lo único que quería en mi vida es la libertad más obvia con el padre que tengo. Nunca conseguiré lo que quiero si de él depende. Muero encerrado en mi habitación. Me odia. Odia a mi hermana mayor. Odia a mamá. hermana mediana siempre quiso herederos varones mas como si solo tuviera hijas su odio por mama es grande como si fuera culpa de ella y por el hecho de que mi hermana y yo somos rubias nos repugna ahora mi hermanita la ama porque se parece a el .
— Sara papi quiere a todos en la habitación ahora — solo decía que brotó abriendo la puerta.
— ¿Sabes lo que quiere? — dije acercándome a ella quien me miraba burlonamente, la odio.
— si hubiera sabido que no estaría aquí ahora, vamos — atraviesa la puerta y baja las escaleras.
Bajé las escaleras detrás de ella, mi madre ya estaba parada allí con la cabeza gacha, odio a mi padre, pero si digo una A, me golpearán hasta mañana por la mañana.
— si papá mandó a buscarme? — Me detuve al lado de mi madre sin mirarlos a los ojos me asustó...
— esta noche va a haber un baile de máscaras vas a salir con el guardia de seguridad vas a comprar un vestido vulgar y una máscara — divertido escucharlo decir que no fue él quien pensó en mi blusa de manga larga era vulgar.
— Más... Papi, no me siento cómoda mostrando mi cuerpo — dije lo obvio.
— no me importa lo que te guste o no te guste vas a hacer lo que te digo sal por la puerta y cómprate el maldito vestido – dice con autoridad levantándose viniendo hacia nosotros, miré a Emma que tenía una sonrisa en su rostro.
— si papá — asentí con la cabeza me dijo que me fuera y salí rápido de ahí.
— ¿Dónde señorita? — preguntó el guardia de seguridad mientras miraba alrededor del vecindario nunca había visto a nadie allí.
—Al centro comercial, por favor—, dije cortésmente.
Saqué mi celular sí tengo un celular que solo tiene el número de mi papá y el de mi mamá y mis hermanas solo tienen ese, y llamé a Quin.
— hola — dice al otro lado de la línea con una voz un poco ronca debe haberse despertado recién.
— Buenos días, hermana, ¿cómo estás? — Miré al guardia de seguridad que conducía mirando por el espejo retrovisor mirándome por si al ver que yo miraba desviaba la mirada hacia la carretera.
— no, me despertaste — me reí con ella diciendo que Quin está muy estresada últimamente y con sueño.
—¿Papá te hizo algo? o con mamá? — Escuché que algo caía al suelo, parece que ella se levantó.
— no, Quin, todo está bien entre nosotros y quería saber si vas a ir a esa fiesta hoy, papá me mandó a comprar un vestido vulgar — repetí su discurso y pude escuchar a Quin respirando con dificultad.
— no puedo creer que no cambie Sara cuanto más pasan los años parece que empeora debería haber dejado que enzo le disparara en la frente.
— Quin voltea esa boca hacia allí él es nuestro padre.
— Sara, ¿a esto se le puede llamar padre? Crecí viéndolo pegarle a mamá por mi culpa por ser mujer y cuando tenía años me pegaba por un cristal roto, cuando llegó Emma le gustó a pesar de que era mujer porque al menos se parece a él Sara cuando llegaste se convirtió en el perro nos desprecia con todas sus fuerzas excepto esa perra Emma — Quin tiene razón se merece todo lo malo pero no puedo desearle la muerte porque es mi progenitor.
— Lo sé, Quin, nunca tuve nada como un padre y una hija, pero sé que un padre es lo que Nick es para Sofía. — Nick es un padre babeante a pesar de que su heredera es una mujer.
— Nos vemos esta noche Sara Sofía me esta llamando beso hermana te amo ves?.
—Está bien, yo también te amo.— dije y colgué al guardia de seguridad estacionado en el estacionamiento del centro comercial y me abrió la puerta para que saliera
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