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04

Le sonrío a Seb y me retiro para retomar el viaje hasta el quirófano, veré qué está pasando allí.

Miro a través de las ventanas de la esclusa de aire quirúrgica, nada emocionante. Salgo por el vestuario, allí un interno que vi esta mañana está recuperando su blusa, me saluda cuando me ve. Lo desafío.

- ¿Terminó el ginecólogo por hoy?

- Cote Chir sí, excepto emergencia, de lo contrario lado obstétrico ¡nunca termina!

- ¿Me mostrarás los alrededores?

- ¿de qué? ¿La sala de partos?

- Sí, tengo curiosidad, nunca he estado en Estados Unidos, nunca estuvo en el mismo hospital que yo, así que está justo al lado, me gustaría verlo.

- sí no hay problema, sígueme, por cierto, ese es Antoine, el semestre pasado, ¡puedes hablar conmigo!

Asiento con la cabeza y voy tras él. Entra por la puerta de emergencia usando un código que rápidamente registro. Después de pasar por la primera puerta, me muestra las primeras 3 habitaciones reservadas para emergencias para mujeres no embarazadas o de corta duración. Pasa por una puerta nueva, veo la sala de guardia de los ginecos, la oficina, luego la oficina del ejecutivo.

- ahí al final del pasillo, es la cesárea.

- ¿tienes un bloque separado?

- sí, un poco más abrigado para bebés, y directamente al lado de las mesas de rea neonatal.

Lógico al mismo tiempo, avanzamos y por la ventana veo que está por comenzar una cesárea.

Mila está ahí, frente a un interno, el que vino a recogerla esta mañana. Con su gorro de flores, se ve tan decidida. Espera la señal del anestesista, cuchillo en mano.

- ¡incisión!

Ella hace una incisión en la piel al lado del área del traje de baño y luego baja su bitouri. Y ahí, realmente no entiendo lo que está pasando, todo se hace con el dedo. El pasante realiza los mismos gestos, reflejándose. Vuelve a tomar el bisturí y 10 segundos después, el niño sale, el cordón se sujeta y el niño lo confía a una tercera persona, probablemente la partera.

2 minutos, tomó 2 minutos, reloj en mano para sacar a un niño, ¡estoy impresionado! Sentimos que la presión se le escapa de los hombros y los siguientes movimientos son mucho más lentos.

Debe sentir que la estás mirando, porque vuelve su mirada hacia la ventana y se encuentra con la mía. Ella arqueó una ceja, debe estar preguntándose qué está haciendo un cirujano por aquí. Con una patada, Antoine abre la puerta entre nosotros.

- El doctor Sánchez quería visitar ...

- No hay problema, eligió al interno adecuado.

Mila le guiña un ojo, sonríe y mira hacia atrás a su intervención. La puerta se cierra.

- ¿Por qué el buen becario?

- Oh, es una broma, somos amigos. Tiene más problemas con los jóvenes que encuentra menos comprometidos.

¿Amigo? Me pregunto si no hay más entre ellos de lo que sugiere este tipo. Pero después de todo, eso no es asunto mío.

- Somos complementarios, me llama cuando tiene caca, y cuando estoy en la sala de partos con ella, acierta en todo lo que toca, sé que si no lo consigo, nada se le resiste, es olímpica tranquila en en todas las situaciones, es muy agradable trabajar con ella.

Echo un último vistazo por la ventana, la joven no parece estresada, en su elemento. Mi ego se da un golpe, me gustaría saber cómo hacer una cesárea como ella acaba de hacer, parecía que estaba bailando, y 2 minutos después, el resultado estaba ahí, sin estrés, sin dificultad. Antoine me hace terminar la visita antes de disculparse para terminar los informes operativos del día. Regreso a mi oficina, esperando que Seb termine llamándome.

 

¡Pero qué día! ¡Tengo muchas patas! 3 cesáreas, 4 partos con instrumentos, gemelos, una hemorragia, no me faltó la oportunidad de ir al quirófano para colmo. Pero ahí son las 6 p.m., y Véro me llevó de regreso al bip a tiempo por una vez, podré recoger a Liam en la guardería sin tener que correr. Subo las escaleras para llegar al primer sótano y cuando paso por las puertas del ascensor, se abren a Monsieur Arrogant, esa es mi suerte. Le doy las "buenas noches" y continúo mi viaje.

 

- ¡Esperar!

 

Detengo mi progreso y lo enfrento, ¿qué quiere de mí ahora? Vestido con una camisa gris oscuro y pantalones chinos, tengo que admitir que tiene mucha clase. Le pregunto con una mirada.

 

- Tengo que reunirme con Seb en el estacionamiento -1, pero no recuerdo cómo llegar, ¿puedes decirme?

 

Sonrío, el chico nuevo está perdido en los giros y vueltas del nuevo pequeño hospital donde aterrizó.

 

- No te preocupes, yo también voy, sígueme.

 

Él asiente con lo que sospecho que es un bosquejo de una sonrisa y se acerca a mí mientras camino por el pasillo hacia el estacionamiento.

 

- Es extraño, tu amiga Charlotte me tocó de inmediato y no tú.

 

- Mi amiga Charlotte es más sociable que yo y no es muy educada. Pero puedo enviarte el reflejo, no me hables.

 

- Solo respondo tu dirección, pero si no te importa, podríamos hablarnos en términos familiares, después de todo tendremos que volver a vernos.

 

- Está bien, nos vemos de nuevo, sí, ¡especialmente si pasas el rato en la sala de partos!

 

Mi ironía lo desconcierta, pero apenas me lo señala.

 

- Tocado, en mi defensa, en Estados Unidos no tuve la oportunidad de ir allí, simplemente tenía curiosidad.

 

- ¿Curiosidad satisfecha?

 

- Más bien sí, gracias.

 

Entro por la puerta del estacionamiento, él es realmente taciturno como un chico, y no tengo el coraje de hablar con un chico que obviamente no quiere hacerlo.

 

- Ahí está, Seb está ahí por cierto. Bueno, buenas noches Neal.

 

- Gracias, Mila también.

 

Sonrío, me gusta la forma en que pronuncia mi nombre, es estúpido pero me gusta. Abro mi auto usando el botón central de mi llave y me apresuro a entrar en mi auto, saludando a Seb cuando paso.

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