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5 * Primera Vista*

Jack molinero

Al llegar a la empresa, fui directo al ascensor:.

Ni bien salí del ascensor, ya percibí un delicioso olor tenue a vainilla con alguna flor, que no sé identificar. Mi lobo se agitó y yo también.

- Jack, que olor tan delicioso, solo sigue ese olor. Estoy volviendome loco. dijo Max.

Hice lo que queríamos y me dirigí a donde nos llevaba el olor, en el baño de arriba. Tenía hombres y mujeres y el olor provenía del baño femenino. No podría entrar, sería demasiado irrespetuoso con las mujeres que podrían estar allí. Respiré hondo ese maravilloso olor y me fui a mi habitación. Sabía que volvería a encontrar ese olor.

Pasaron unos minutos y hubo un ligero golpe en mi puerta y pronto sentí ese olor que me revolvía la cabeza. Pedí entrar y para lo que no fue mi sorpresa, una hermosa mujer de cabello castaño, boca carnosa, ojos verdes y un lindo cuerpo que en su momento ya me emocionaba.

Su olor me estaba matando, mi erección subió a un nivel que me moví en la silla por la incomodidad y cuando no pude soportarlo, las palabras salieron;

- ¡ Mi compañero!

¡Y ella solo me miró con esos hermosos ojos confundidos y dijo!

- Disculpe lo que dijo señor?

Me levanté y acomodé mi miembro en el pantalón que ya estaba muy duro y me acerqué a ella, me incliné y le olí el cuello. Ella se sobresaltó y dio un paso atrás.

- Señor Castillo, ¿qué está haciendo?

Me preguntó un poco nervioso.

- Por favor, no me llames señor. Sólo llámame Jack, pequeño.

- Ok, señor Jack, solo quería presentarme y decir lo que necesite. Estaré aquí y le daré su horario para hoy.

Lo dijo todo formalmente mostrándome que no había sido afectada por mí como yo lo había sido por ella. Estaba tan excitado con solo mirarla y acercarme que quería agarrarla y tomarla allí mismo. No sé cómo me las arreglé para contenerme. Tomé una respiración profunda una y otra vez.

Me pasó la agenda a la que ni siquiera le presté atención, solo podía sentir mi polla palpitando en mi pantalón y ese olor a ella acabando con mi psiquiátrico. Tan pronto como terminó de hablar sobre la agenda, dijo;

- Así que estas son tus citas para hoy y si necesitas algo más solo llámame. ¡Permiso! -Ella dijo.

Y así se fue de mi habitación dejándome loco, emocionado y feliz por finalmente haberla encontrado y donde menos me lo imaginaba, vino a mí. Ahora sería una lucha vivir con ella sin agarrarla y mucha paciencia que probablemente tendré que tener para conquistarla.

Tuve que ir al baño para hacer mis necesidades porque no sería capaz de cumplir con mi horario tan difícil como era.

Saqué mi pene y estaba tan duro que no podía recordar cuándo se puso así. Todavía podía olerla en la habitación y movía mi mano cada vez más rápido y pensaba en su voz e imaginaba sus gemidos. Empecé a jadear, estaba cerca, me movía más y más rápido y me vine tan fuerte que incluso temblé un poco y gemí fuerte.

Diablos, ya me muero por volver a verla, esta mujer será mi perdición.

Samantha

Salí de su habitación un poco nerviosa y confundida, no entendía a qué se refería; -Mi compañera.

Eso es una locura, no creo que esté teniendo un buen día o que esté loco.

Eso fue muy extraño, apenas prestaba atención a lo que decía, solo sabía mirarme como si fuera un trozo de carne.

Solo sé que no debo prestar atención, mucho menos estoy aquí para ser una distracción sexual para alguien, mucho menos para mi jefe.

Que piense que va a conseguir lo que quiere conmigo, por qué no. Estoy aquí para trabajar y no me importan mucho los hombres. Porque por la forma en que me miraba, ya entendía sus intenciones.

Sé que soy una mujer hermosa y llamo la atención. Pero eso nunca fue bueno para mí, después de todo solo me llevaba bien con los hombres y siempre me traicionaban. Dios no quiera que tenga que volver a pasar por eso o ser el juguete de alguien.

Voy a hacer mi trabajo y concentrarme solo en eso. Pronto cogí el tranquillo de lo que había que hacer, revisé informes, hice planillas organizando todo y arreglé la agenda del jefe que estaba un poco desordenada.

Él dijo: e iba a salir a almorzar, porque la Sra. Walter dijo que mi hora de almuerzo sería esa y que solo tenía que irme y no necesitaba decirle al Sr. Castillo que ya estaba al tanto.

Tomé mi bolso y fui al ascensor y solo veo al Sr. Castillo corriendo para entrar al ascensor antes de que se cierren las puertas.

Entró jadeando, creo que por la carrera y me miró así y me sonrió con malicia. Y me dijo:

- ¿Vas a almorzar Samantha?

- Sí.

- Genial, yo también voy, podemos almorzar juntos.

- Oh, no moleste Sr. Castillo, ya tengo una cita. Lo negué, no quería acercarme demasiado, más aún que en cierto modo me ponía nervioso y más mirándome con ese brillo travieso en sus ojos.

- ¿Compromiso con quién? dijo algo cambiado.

- Un amigo.

- ¿Como asi amigo? No sabía que ya tenía amigos aquí, señorita Terez.

"Bueno, hay muchas cosas que no debería saber sobre mí, Sr. Castillo". (Dije ya irritado con el interrogatorio).

- Ah Samantha si supieras que todo me conviene en relación contigo.

Las puertas del ascensor se abrieron y ni siquiera tuve tiempo de contestar, seguí adelante, queriendo alejarme de ese hombre cuya energía me atraía y me irritaba a la vez.

Salí de su vista y fui a un restaurante sencillo cerca de la empresa y allí terminé conociendo a la chica de la recepción de la empresa y a Johnny Rarys.

Jonny me vio y me indicó que me acercara a ellos.

 

- Hola Samantha, ¿no? dijo Johnny.

- Sí, Jonny Rarys, ¿no? Dije y sonreí.

- Así es, me alegro de que hayas conseguido el trabajo. Esta de aquí es Julia Summer.

- Hola Samantha, es un placer. Ese día ni siquiera me presenté. Sentarse con nosotros.

-No quiero molestar.

-No vayas, siéntate ahí y almuerza con nosotros.

    

Pedí arroz, pollo a la parrilla y ensalada, mousse de chocolate de postre. Hablamos mucho y me hablaron un poco del jefe y de la empresa. Decir que el jefe no estaba casado y nunca aparecía con ninguna mujer, su empresa era seguridad. Entonces, según ellos, siempre había algunos guardias de seguridad calientes allí. Me reí mucho en el almuerzo como no lo había hecho en mucho tiempo. Me sentí bien con ellos y quedamos en ver una película un día de estos.

Volviendo a la empresa, fui a terminar un informe que necesitaba y llamé a la puerta de la oficina del Sr. Castillo y no escuché respuesta.

-Tal vez aún no ha vuelto de almorzar (pensé).

Entré a su oficina y dejé los informes que revisé y salí poco después. Incluso pensé que era bueno que no fuera así, evitaba estar a solas con él.

Ese día volvió un poco más tarde y me dio esa mirada devoradora y entró en su oficina y no me llamó por el resto del día.

As: era mi hora de irme y llamé a su oficina preguntando si podía venir, porque ya había dado mi hora. Suspiró en la línea y dijo que estaba bien.

Me fui rápidamente antes de que cambiara de opinión.

En casa fui directo a darme una ducha y pensé en la mirada del señor Castillo, les confieso que esa mirada me emocionó un poco y me aterrorizó a la vez. No quiero volver a sufrir. Y ese hombre es peligroso, rico, guapo y caliente. Definitivamente no es para mí y si me enamoro de él, me volveré a lastimar gravemente.

Dejé ese pensamiento a un lado y después de la ducha hice mi rutina de humectación y fui a la cocina a prepararme un snack porque no tenía mucha hambre. Hice una merienda de jamón, queso con tomate y jugo de naranja. Cuando terminé todo, me tiré en la cama y dormí profundamente.

Samantha

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