Capitulo 2
Giovanni
¿Puedo decir una cosa con certeza que me muero por follarme a mi hermosa asistente? Sí, puedo decir con todas las letras que soy realmente un maldito pervertido. Desde el primer momento en que se presentó como mi nueva asistente, supe que algunas cosas de ella me harían querer romper mis reglas y comenzó así:
“¡Mi primera regla cuando la rompo es ser mi asistente!”
“¡La segunda regla a romper es ser una mujer gordita!”
“¡La tercera regla a romper es hacer lo que nadie ha podido hacer en años es enamorarse!”
“¡La cuarta regla a romper es hacerme sentir posesivo contigo!”
"¡La quinta regla, si la rompes, te hará mía, cueste lo que cueste !"
"¡La última regla cuando la rompes es que lucharías contra cualquier cosa y todo para mantenerla!"
"¿Lord Sartori?" — Soy interrumpido de mis pensamientos sucios de las reglas que había hecho sin que ella lo supiera por supuesto desde que vino a trabajar conmigo y sin saber que ella es quien provocó que ella esté en mi habitación.
"¿Sí?", respondo, teniendo cuidado de no dejar que se vea lo que estaba pensando.
— ¡Disculpa que te moleste, pero cenas mañana! - Dice rápido y apenas mirándome de frente y sí con la mirada fija en su Tablet.
—¿Es mañana?—La pregunta se había olvidado por completo de la bendita cena.
— ¡Sí, y debes llevar un acompañante! Ella responde con firmeza.
"Oh, mierda..." Gruñí frustrado. Y cuando se me ocurre la idea de que me acompañe y no veo la hora de verla con otro vestido así y que Dios me ayude a no saltar sobre ella y demostrarle como me afecta.
— ¡ La invitación acaba de llegar por e-mail! ¿Puedo reenviártelo? - pregunta, sin dejar de mirarme y sin darse cuenta, se muerde la comisura de la boca y por dentro grito, muriéndome en silencio de envidia de sus dientes por tener el placer de morder su boca y yo no.
- ¡Sí, por favor! Agradezco no querer mirarla como un hombre hambriento que no ha comido en meses. Y aun controlándome mucho no podía dejar de mirarla y desearla con locura. Sí, estaba a cuatro patas por una mujer y verla allí frente a mí y no poder hacer nada me puso de mal humor.
Oh, ella era tan hermosa allí mismo, frente a mí. Hoy se veía hermosa, tan sensual con ese vestido negro con la raja en el costado que me volvió loco. Oh, mi deseo era saber qué llevaba algo debajo del vestido.
¿Llevaba una tanga? Y gimo bajito cuando me sale una imagen de ella sin nada debajo del vestido y estuvo muy cerca que no le pedí que se levantara el vestido solo para ver que llevaba debajo.
¿Y esos zapatos? El día que me folle a esta mujer, quiero que lleve esos zapatos y quiero sentir cómo me perfora cuando le meto la polla.
- ¡DE ACUERDO! ¡Lo haré de inmediato! - Responde toda profesional y la miro saliendo de los pensamientos impuros que estaba teniendo con ella y le respondo:
— ¡Gracias, señorita Garcés ! — Le doy las gracias y la veo girarse y irse y verla de espaldas, casi gimo de dolor al ver como tenía un gran trasero con carne que dan ganas de agarrar y apretar y no veía la hora de hacerlo pronto _ _
-¿Necesitas una cosa más?-Pregunta sin dejar de mirarme y sus ojos mostraban lujuria ahí y yo me perdía en ese hermoso par de miradas y las ganas de gritar "SÍ " .
— ¡No gracias, se puede retirar! — Te agradezco, casi levantándome y tomando a Julia en mis brazos y rogándole que sea mía y una vez más estuvo cerca y la dejo ir y espero a que se vaya.
Apenas sale Julia de mi oficina y cierra la puerta me encuentro ahí temblando y tratando de ver si puedo respirar mejor y me miro el pito y me lo saco y salta todo orgulloso y lo veo todo duro con las venas pulsando a su alrededor, liberando ya el líquido del semen.
Estuvo cerca que no le pedí que viniera de mi cita y le pedí que se arrodillara y lamiera mi polla muy despacio y me la chupara durante mucho tiempo haciéndome retorcerme en la silla hasta correrme en su boca mientras la follo boca sin parar.
- Oh, joder... - gimo de nuevo y sabiendo que si no me masturbo pronto tendría un dolor insoportable y Dios, ojalá fuera ella quien lo hiciera por mí y no por mis manos.
Yo sentado aquí en mi sala de estar solo con mis manos en mi pene, deslizándolo hacia arriba y hacia abajo en un intento de hacer que mi pene comprenda que no se deslizaría dentro de ningún coño, es decir, mi asistente.
"¡Por favor, tienes que bajar pronto!" —pregunto mirándolo que no daba señales de que se iba a rendir tan pronto y ni siquiera quiero saberlo, lo puse más fuerte y gimo con un poco de dolor sabiendo que sería muy doloroso para él estar bromeando con él.
Ya no sabía a quién le hacía daño si sería a él oa mí porque sinceramente ya no aguantaba más duchas frías y el hijo de puta de aquí no acepta ningún coño ¡no!
Era codicioso y muy hijo de puta, podia pasar una puta de bombon con pechos de silicona que no le importaba ella ni nadie!
¡Mi polla solo se levantó para una mujer! ¡Ella, sin saberlo, lanzó un hechizo sobre él, eso debe ser!
"Mis manos continúan envolviéndose alrededor de mi polla y empiezo a sorber imaginándola de rodillas levantando su trasero hacia mí y al mismo tiempo agarro su cabello y empujo mi polla por completo".
“Mientras la follo tiro más de su cabello y la dejo mirándome y viendo esos hermosos ojos rogándome que la folle de placer y no tarde mucho y me unte con mi semen.”
Y sigo sintiendo mi polla latiendo ahora más despacio y deseando que ella estuviera aquí en mi mesa con las piernas abiertas y mientras yo la chupaba con placer y sintiendo su sabor preparando mi polla para follársela bien rico .
— Ah, maldita sea... — gimo desesperado por querer a Julia aquí frente a mí y con esa imagen me corro de nuevo y si eso fue posible no lo sé, solo sé que con ella todo era posible y lo sabía ¡ Estaba jodido !
Abro mi cajón y saco un paquete de toallitas húmedas y sí, tengo que usarlo cada vez que me corro como una adolescente cada vez que la veo y eso ha sido casi todos los días.
Tan pronto como termino de limpiarme, llevo mis pañuelos sucios al baño y ¡muy pronto no necesitaré usarlos! Ella sería la que limpiaría mi polla cuando me corriera y estoy absolutamente seguro de que se tragaría cada gota de mi semen.
Me salpico el agua en la cara para ayudarme a controlarlo. Era aún más difícil para mí tener una mujer como ella que me prestaba atención. Salgo del baño, finalmente tratando de ver si puedo dejar de lado el deseo obsesivo que siento por Julia para que no interfiera con mi trabajo.
No fue fácil para mí, siendo propietario de una empresa, sabiendo que prestamos nuestros servicios con mucha responsabilidad.
Voy hacia mi cuaderno y miro la invitación, casi gimo de frustración cuando veo que la invitación es para dos. Este evento, o más bien esta cena, fue un lío donde íbamos a hablar de seguridad y de cómo yo no quería ir, sino hacer lo que tenía que hacer.
Este evento fue bueno porque terminó atrayendo a muchos empresarios para contratarnos para hacer seguridad para ellos o incluso para sus empresas y esa fue la única razón por la que fui.
Cada empresa de seguridad termina recibiendo estas invitaciones que se hacían cada seis meses estos eventos y realmente se habían olvidado y por lo que veo no se olvidaron de mí.
Que bueno hacer lo que, ya que no tenia nada mejor estaría muy bien acompañado de mi hermosa asistente Julia. Y revisando la hora y todo me dirijo hacia Julia que en ese momento estaba agachada buscando algo y la llamo y se levanta rapidamente golpeándose la cabeza y cuando se iba a caer logro tomarla en mis brazos y decirle:
"¡Lo siento!" Me maldigo por hacerla lastimar por mi culpa.
"No se preocupe, señor Sartori". - Dice cuando me toma del brazo y trata de soltarme y yo no quería soltarla y la ayudo a sentarse y la suelto aun en contra de su voluntad.
- ¿Está realmente todo bien? - pregunto viéndola tocar su hermoso cabello.
"Sí, estoy bien, ¡no te preocupes!" Dice mirándome.
— ¡Qué bueno, estoy más tranquila, necesito un favor! - pregunto mirándola y no quería mostrar mi nerviosismo.
"¿Y de qué se trata?" ella pregunta con curiosidad. Y me animo y digo:
— ¡ Ay, necesito que seas mi cita para cenar mañana!— Le pido que me mire sorprendido y continúe: — ¡Por favor, te necesito!