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2

Me levanté del piso y fui a la cocina a prepararle algo de tomar a este hombre, si seguía así se iba a desmayar.

Mariano se acostó en el piso y miró al techo. él era muchísimo más melodramatico que una novela mexicana.

— que va a pasar con mi vida de ahora en adelante? —

Yo me mordí la lengua lo más que pude para no reírme, en estos meses he aprendido a no seguirle el juego, y si le decía algo lastimero el se comportaría como la víctima.

— tener una vida familiar. no es tan mala como piensas, imagínate con ese niño en brazos —

Mariano me miró y me puso mala cara.

Los gritos y golpes en la puerta eran más y más fuertes. acaso en este lugar no había seguridad?

— yo no nací para estar atado a una mujer, eso no es lo mío —

Yo me acerque a el para darle un té, Mariano se arrodilló y empezó a acercarse a mi de esa forma, cuando estuvo lo suficientemente cerca me abrazo por la cintura y me miró con cara de mártir.

— ayúdame Karina! yo sé que no soy el padre —

Me tomé un sorbo de té y lo mire.

— y cómo estás tan seguro? —

Le pregunté.

— use protección con ella —

Me dijo casi medio llorando.

— los preservativos no son 100% seguros, lo sabes no? —

El se apretó más en mi cintura.

— ayúdame! no quiero ser padre! y menos tener un hijo con ella! —

Típico de los hombres!

— suéltame para poder ayudarte! pero no te puedes quejar ok? —

El se levantó de inmediato y asintio con la cabeza, yo le di otra trago a la taza de té para tener valor y después se la entregué a Mariano.

— ok! estás listo? —

El asintio con la cabeza.

Yo abrí la puerta y le puse mala cara el tipo.

— mire! se que está molesto y yo también lo estoy! o sea! me acabo de enterar que su hija se metió con mi prometido! pero no le permito que este gritando en mi casa! —

El se quedó en silencio de una vez y la rubia me miró un poco sorprendida.

— pero el me trajo aquí el día que tuvimos se*o! —

Yo me di media vuelta y mire a Mariano que estaba mirándome confundido. levanté la mano y le di una bofetada de padre y señor nuestro! hasta la palma me quedo ardiendo.

— como pudiste Mariano! esto no te lo voy a perdonar! —

Le grite. pero verle la cara de asombro mezclada con incertidumbre y confusión hizo que casi soltará una carcajada.

Mire al papá de la rubia y le puse mala cara.

— si el hijo de ella es de Mariano yo misma haré que se case con el —

Mariano me agarró el brazo pero yo lo aleje.

— o sea que si se va a casar conmigo? —

Me preguntó ella sonriente. algo raro se trae está tipa, lo puedo oler en el aire.

— claro! cuando el niño nazca y tengamos la certeza de que si es de Mariano, por el momento solo nos toca esperar —

El padre de la rubia quiso volver a gritar. yo di un paso adelante quedando frente a el. mis 1.78 de altura eran muy útiles en estos momentos, ya que el hombre era mucho más bajo que yo.

— tiene algo más que agregar? —

Le pregunté.

— no, entonces esperaremos —

Me contestó el, pero la rubia se empezó a quejar.

— hasta pronto —

Les dije y les cerré la puerta en la cara.

Mariano aún estaba con la taza de té, mirandome con una mueca rara.

Me acerque y mire su mejilla, estaba roja por el golpe, pobre hombre.

— lo siento! —

Le dije y empecé a masajear su mejilla.

— me duele mucho —

Yo abrí los brazos y el me abrazo fuertemente.

— me pegaste! —

Se quejo el como un niño. Que mal acostumbrado tenía yo a este enorme bebé!

— lo siento! pero lo hice para salvarte de ese matrimonio —

El se separó de mí y puso mala cara, después sonrió.

— estuviste genial cuando lo intimidaste! deberías ser mi guarda espaldas! —

Camine a la cocina y tome mis cosas, el nunca iba a aprender! merecía otro golpe más fuerte.

— vámonos! no quiero retrasar el trabajo —

El corrió a la cocina, agarró el croissant que estaba en el piso y se lo llevo a la boca.

— crees que ella quiera dinero? —

Me preguntó mientras salíamos del apartamento.

— no lo creo, pero si te quiere a ti —

Mariano abrió la puerta de su coche para mí y yo entré.

— si me quiere a mí es por qué quiere dinero —

Me dijo en cuanto entro también al coche.

— eso me pasa por ser irresistible! si yo tuviera el rostro de uno de mis hermanos, estás cosas no me pasarían —

Me rasque un poco la cabeza y solo asenti para no hacerlo sentir mal.

El celular de Mariano empezó a sonar, el me lo entrego para que contestará, yo contesté y lo puse en altavoz.

— Mariano Lombardo! —

Grito una mujer.

— que pasa mamá? —

Pregunto él mirando a la carretera.

— es verdad que vas a tener un hijo y que te vas a casar? —

Mariano detuvo el coche de golpe.

— quien te dijo eso? —

El me miró a mi como buscando una explicación, yo me encogi de hombros.

— tu abuelo me llamo histérico! en qué problema te metiste ahora? —

Le pregunto la señora histérica.

— si es verdad, me voy a casar pronto —

Mariano me miró y yo negué con la cabeza de inmediato.

— de verdad? con esa mujer? cariño se que va a sonar feo, pero esa chica no te conviene —

Woow con esa señora.

— no me voy a casar con ella, mi prometida de llama Karina Hernández —

Yo abrí los ojos de par a par y colgué el teléfono.

— de que estás hablando? tu y yo solo tenemos una relación laboral! —

Le recalque.

— solo será hasta que tenga las pruebas de ADN del hijo de esa mujer, tengo miedo Karina! o quieres que ella sea tu futura jefa? —

Enserio el creía que podía asustarme con eso? yo ni siquiera conocía a esa chica!

Abrí la puerta del coche y salí. yo no me iba a involucrar en esos problemas, ese no era mi trabajo.

— Karina por favor! mírame! —

Yo me di la vuelta y lo mire.

— estoy desesperado! —

Me cruce de brazos y espere a que se acercará más.

— piensa en este pequeño favor como un bono navideño —

Ese dinero me serviría muchísimo para ir de visitar a mi familia este fin de año.

— piénsalo! está oferta solo estará vigente por 5 minutos —

Ja! 5 minutos, si al pobre solo le falta llorar y pedírmelo de rodillas.

— más el incremento del 30% de tu sueldo, también te comprare esos zapatos que se que te gustaron el día que me acompañaste a comprar los míos —

Me acerque a el y puse mi mano en su hombro.

— cuando es que nos vamos a casar?—

Mariano sonrió y me cargo, me dió un par de vueltas y me bajo.

— eres la mejor! —

Mariano me dió un beso en la mejilla y sonrió ampliamente, ojalá y esto no sea una mala decisión.

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