Sinopsis
Isabela, una mujer que perdió toda vocación debido a un accidente y aún sigue buscando su nueva carrera que la llene y sobre todo no la aburra a los meses, viaja con su tía a USA para aprender de su tía todo lo que respecta a la repostería, aunque el destino la lleva más allá y descubre secretos de su familia que jamás pensó encontrar. William Strelnikov, un hombre de clase alta tercera generación de grupo Lions, mujeriego sólo para no ser herido como en el pasado y que juró jamás enamorarse de una mujer y que sería un soltero empedernido, se topa con una mujer que es inmune a él y que se atrevió a presentarse como su novia, lo cual él piensa hacerle pagar, y al mismo tiempo tener control total de grupo Lions, el cual ha sido su mayor anhelo, si no fuera por su abuelo desde hace mucho lo tendría.
Capítulo 0
Un accidente en la carretera se veía, era un auto deportivo rojo estrellado contra una Jeep negra, el humo salía de ambos autos, una chica de cabello chocolate despierta, sus ojos se abren dejando ver sus ojos color violeta, su cara estaba cubierta por sangre, tenía una herida en el lado derecho de la frente, estaba en shock, no recordaba que había pasado, sólo sabía que la cabeza le quería estallar y los recuerdos le llegan como una lluvia: estaban en una carrera clandestina no por voluntad, sino por querer detener a su novio y hermano mayor, en un semáforo había mandado a su hermano al asiento trasero, pero su novio no detuvo el auto, estaban peleando cuando ya no supo más de ella hasta que despertó, empezó a sentir una gran opresión, pues no se escuchaba nada, intentó abrir la puerta, pero estaba trabada, y al ver a su izquierda y ahí estaba inconsciente y cubierto de sangre su novio, y atrás su hermano con un brazo con sangre, se quitó el cinturón de seguridad y empezó a buscar el celular, llamando a emergencias diciendo lo del choque y después pateó y pateó la puerta hasta que abrió.
—Javier despierta... Javier... —decía en un susurro, pues no despertaba su novio, bajó del auto y al ver que no se veía aún la ayuda, se volvió a meter—, Kevin, despierta.
le da una bofetada a su hermano y este parece reaccionar.
—Javier no reacciona, termina de despertar —dice entre sollozos y le da una bofetada también a su novio Javier, pero nada, así que rompió su camisa como pudo para ver de donde salía la sangre, en su pecho, pero lo que vio parecía una mentira, un vidrio perforó el lado izquierdo del abdomen y la sangre salía por los bordes, intenta detenerla como puede, como se supone, debe de hacerlo hasta que llegue el servicio de paramédicos, no puede sacar el vidrio o podría desangrarse.
—Kevin.... Javier se desangra.
—ayuda, ayuda por favor.
Se escucha a Isabela, voltea hacia el otro auto y hay una mujer atrapada en el auto y la tenue luz alumbra el asiento para bebé detrás, esto no les estaba pasando, era el pensamiento de Isabela, ya no sabía si no podía sentir la respiración de Javier, sólo que no podía dejar de llorar, llegó primero la policía, tránsito y al final la ambulancia llegó, los paramédicos tuvieron que separarla del cuerpo de su amado novio, y tuvo que ser sedada al entrar en una crisis nerviosa al escuchar que había muerto.
Despertó en una habitación blanca y más que los golpes, el dolor emocional era el peor, así que soltó en llanto de nuevo, su amor había dejado este mundo, el cual estaba dejando de tener sentido sin él, no pudo salvarlo, sus manos estaban manchadas con su sangre, la volvieron a sedar, un día después fue dada de alta y fue al funeral, pero sólo se despidió en el cementerio y de nuevo fue sedada al igual que los días siguientes, un mes después fue dada de alta de la clínica donde estuvo internada, aunque había superado la muerte de su novio, algo en ella cambio.
***
Años después.
—Isabela hija cuidate mucho, y también a tu tía.
—Si mamá lo haré, le diré que: le mandas una maleta llena de abrazos y besos —dice en broma Isabella, aunque también lo decía en serio, porque así siempre se decían en la familia.
Se despide con abrazos y besos de su madre, ya que tenía que esperar el momento, para que anunciarán el abordaje. No tomaria el avión por una gran oportunidad de trabajo, ni siquiera por ir a la universidad, ya que la cual había dejado más de dos veces por falta de vocación.
Este viaje tenía como principal objetivo: encontrar su vocación en el arte culinario, primero incursionaría en pastelería, y que mejor lugar que con su tía, dueña de una panadería o pastelería como mejor les guste llamarlo, mataría dos pájaros de un tiro, tendría trabajo y clases interactivas.
Isabella se sienta en la barra, pide un café al ver que estaba tardando ese llamado, revisa su Facebook, hace una actualización despidiéndose de su amado país México y enseguida le llega un un mensaje de whatsapp.
Noemí:
—¿Cómo que te vas?
—¿Cuándo?
—¿Por qué no nos digiste nada?
Finaliza con varios corazones rotos.
Isa:
—Primero: no quería que me hicieran cambiar de opinión, sobre está decisión.
—Segundo: ya estoy esperando a abordar el avión.
—Tercero: no quería llorar —termina con una carita triste y un corazón roto.
Recibe una notificación sobre un grupo de whatsapp, eran sus amigas y amigos donde era regañada y le hacían drama, poco a poco esto se hace divertido, ya que se hacían bromas pesadas entre todos.
Paso a formarse cuando hicieron el anuncio del vuelo, que iba a tomar.
Tres horas más tarde ya estaba en el aeropuerto de New York, tomando sus maletas de la banda, camina hacia la entrada, su celular suena, el sonido único "Angel of darknes" la hace sacar de su bolso el celular, el nombre de su tía Diana se ilumina la pantalla.
—¡Hola tía!, ¿donde estas?
—¡Hola cariño!— la voz dulce de está mujer, parecía que ella era un dulce en vida—, estoy en la entrada, caminare un poco.
—No, sólo ponte en medio del cristal de las puertas, ya voy para allá.
—Esta bien, aquí te espero —dice colocándose, justo donde su sobrina le había pedido.
Isabella camina hacia aquel lugar, la mira de lejos, su dulce y cariñosa tía es la más joven de sus tíos tanto por parte de su padre como de su madre, y tan sólo 13 años mayor que ella, una sonrisa se dibuja en sus labios, al ver que su cabello, lo había pintado Palatinado—, tía no te miro, segura que estamos en el mismo aeropuerto.
—no te burles de mi —dice como si estuviera enojada, pero esa pequeña voz muy parecida a la suya la hace escucharse tierna.
—ja ja ja ja... ya me conoces tía. Ya te vi.
Diana mira a la joven, que camina a toda prisa hacia ella, sonríe como si el mismo sol saliera después de una terrible tormenta. En cuanto están una frente, a la otra se abrazan.
—te extrañe tía linda.
—y yo a ti traviesa impertinente.
Isabella rie como si le hubiera contado el mejor de los chistes, esto era porque le divertía que la llamara así.