Capítulo 2. De como mi vida se fue al demonio...
Hace un año...
Catherine
Paul es el hombre más maravilloso que he conocido, bueno, nos conocemos desde la secundaria, hemos estado juntos desde entonces y ambos estamos estudiando mercadotecnia, muchas de las chicas me envidian porque él es muy guapo, lo han comparado con Eric Bana, yo en cambio soy normal, mido 1.68, piel blanca, ojos verdes, cabello negro, labios delgados, busto normal (95cm, ¿es normal verdad?), mi cintura pequeña, mi cadera ancha (110cm, tengo problemas para encontrar pantalones que me queden bien), él y yo siempre estamos juntos.
Cuando terminamos nuestros estudios pusimos un despacho y nos ha ido bien, 3 años después decidimos casarnos, fue un día increíble, nuestra luna de miel fue en un lugar montañoso, una cabaña, niebla rodeándonos, fue muy romántico, toda la semana la pasamos encerrados.
Al volver todo iba viento en popa, 2 años más tarde, cuando cumplí 28 años, supe que estaba embarazada, mi vida era un sueño, mi matrimonio era sólido, nuestro negocio prosperaba, pronto seríamos 3, y de pronto, todo se fue al carajo.
Esa noche salimos a cenar, estábamos festejando por nuestro bebé y por un negocio muy jugoso que Paul había cerrado ese día, cuando regresamos a casa, un perro enorme nos salió al paso, Paul intento defenderme, pero ese animal lo asesino, caí sobre mis rodillas y abrazaba el cuerpo inerte de mi Paul, una mujer apareció junto al perro y note que le puso una correa al collar rojo con símbolos plateados que no note en un principio, el animal se calmo, la mujer se me acerco y me dijo, — Tú vendrás conmigo —, mis ojos se llenaron nuevamente de lágrimas, ella me sujeto y la ví quemar el cuerpo de Paul, empecé a forcejear, mi vida y la de mi bebé estaban en juego, la mujer me golpeó en la cara y caí al suelo, — No podrás huir nunca —, me arrojo un polvo extraño y todo se volvió negro.
Desperté en una celda oscura, pero podía oír a otras mujeres pedir auxilio, y un rugido al fondo de este lugar me erizo todo el vello del cuerpo, se oían pasos que se acercaban a mi celda, me aparte, otra mujer entro, — Levántate, es tu turno con ese perro sarnoso —, me tomo del brazo y me llevo por el pasillo hasta estar frente a una puerta donde un rugido salía, abrió la puerta y me arrojo dentro, había algo al fondo, retrocedí y cuando iba a gritar oí una voz varonil, — Porfavor, no grites, no te lastimaré —, era un hombre, estaba muy delgado y la barba cubría gran parte de su rostro y cuello, — ¿Qu—quien eres? —, se acercó a mí, o bueno, lo que las cadenas le permitían, tenía vendadas las muñecas, — Solía ser Keylan Fort, pero de eso ya hace muchos años, tienes que escapar, y si lo logras, busca a Luke y Marcus Fort, son mis hermanos, y porfavor sálvame —, oí pasos, — ¿Quien trajo a esta aquí? —, dijo una mujer, entro y me llevo con ella, ví de reojo al pobre hombre, me volvieron a meter a esa sucia celda.
No volví a verlo, pero oía sus aullidos y de como intentaban que tuviera relaciones sexuales con otras chicas que estaban secuestrando, pero no lo lograban, estoy tratando de no olvidar lo que me dijo, pero no sé si lograre salir con vida de aquí.
Estoy llevando un conteo de días, estoy por cumplir 8 meses de embarazo, he oído que el hombre prisionero está muriendo, pero lo están alimentando vía intravenosa, a mi me han traído de comer pero no es suficiente, he perdido mucho peso, me preocupa mi bebé, lo siento moverse, al menos así se que vive y no me desánimo.
Ha pasado otra semana, ahora se que estas mujeres son brujas, están muy agetreadas, algo grande está por suceder, una mujer pelirroja muy hermosa me miró desde afuera de la celda, le dijo algo a otra mujer, se alejaron, pero algo me decía que era mi oportunidad, un rato después abrieron y me sacaron, habían 6 brujas, la pelirroja entre ellas, me vendaron los ojos y me subieron a una camioneta, oí a 2 de las mujeres acomodarse, — Está es la que sacrificaremos para nuestro señor Atalon —, mi corazón comenzó a latir muy fuerte, saldría de aquí, pero seré un sacrificio, y eso no suena bien.