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Capítulo 6.

Me desperté a la mañana siguiente de la misma manera, asustada y mirando alrededor como si mi papá estuviera aquí, Booker estaba sentado mirándome, le sonreí abrazándolo antes de sentarse y encender la televisión.

Preparé su desayuno y fui al baño a mirar el daño, mi brazo estaba morado con el agarre y nuevamente mi piel estaba lastimada, mis ojos lagrimearon pero evité llorar porque no podía ser débil, Booker me necesitaba y yo podía. No mostrar debilidad por la vida.

Me bañé y me cambié, hice lo mismo con Booker en cuanto terminó su café y estábamos listos, salí de la casa mirando alrededor y corrí a la escuela donde se hospedaba, se que era muy chico, pero aún quería él para poder estudiar y empezar a leer, lo llevé a su habitación pero cuando salí, mi padre estaba al otro lado de la calle, negué con la cabeza casi corriendo por la acera pero él logró alcanzarme.

Brent — te lo advertí — me tiró al suelo y pateó mis piernas, abracé mi cuerpo cerrando los ojos y solo pidiéndole a Dios que se fuera.

XXX— LIBERARLA — Llegaron unos hombres y se lo llevaron, yo estaba mareada y con mucho dolor cuando me levantaron, mire a mi padre siendo entregado por la policía y el jefe de policía sosteniéndome para que no cayera, mis piernas dolían por el el dolor y mis brazos también — LLEVARLO A LA DELEGACIÓN— lo subieron al auto y respiré aliviado abrazando el cuerpo del delegado.

Celeste — gracias — se quedó ahí conmigo unos minutos hasta que me miró.

Philip— vamos al hospital, Booker aún se quedará unas horas en la Guardería antes de que tengas que regresar — Fui sin quejarme, Philip era hermoso, ojos azules y cabello negro, pero aun así no me llamó la atención, tal vez si lo tuviera, mi padre desaparecería de mi vida. — No haré preguntas, pero meteré a tu padre en prisión.

Celeste— ojala — dije porque la ultima vez mi padre no se quedo ni dos dias y luego volvió detrás de mi y me golpeo por horas, Booker estaba encerrado dentro de la habitación y lloraba a carcajadas, me desperté con los vecinos ayudando mi padre y yo nos habíamos escapado, la ley me estaba jugando. En el hospital fue lo mismo, los exámenes para asegurarse de que no sangraba por dentro, mi cuerpo otra vez lleno de moretones, el jefe de policía tomando las pruebas y cuando me llevó de regreso, tomé a mi hijo y me fui solo a mi casa. Me dolía todo el cuerpo y sabía que sería una lucha trabajar de esta manera, pero aún necesitaba esto para alquilar una casa mejor y más segura, sacar a Booker de la guardería y cambiar el lugar, salir de aquí.

Cuando subí al autobús camino a la empresa, agarré fuerte a Booker para que no se cayera por el balanceo del autobús, llegar a la empresa sonriendo y fingiendo que todo estaba bien fue lo mejor que pude hacer. Angelina sonrió como siempre y Brendon se veía nervioso como siempre también, negué con la cabeza dejando que Booker corriera hacia Becca quien lo abrazó y comenzaron a jugar, la cuidadora sonrió a los niños y pronto llegué al estudio.

Brendon — Ponte esta ropa — Conseguí el traje de cazador y me cambié en el baño tratando de evitar la mueca de dolor, me dolían mucho las costillas y me dolía mucho el brazo, suspiré profundamente volviendo al estudio y me senté esperando el otros modelos — COLLINS — Lo busqué, me levanté tratando de evitar la mueca de dolor y me acerqué — vamos con esto — gruñó — me estás perdiendo el tiempo con ese cuerpo — Evité las lágrimas y me posicioné, tragué el dolor y sonreí tomándome las fotos como siempre lo hacía, sentir dolor ya empezaba a ser algo normal en mi vida, me dolía saber eso, pero soy solo otra mujer víctima de la agresión de un hombre que debe amarme y protegerme mí de la maldad del mundo.

Después de las fotos fui al baño y me cambié poniéndome una bata y sin dejar nada puesto, me dolía tanto que casi grito con la pesada tela raspando la piel morada, mis piernas aún temblaban cuando me senté en el inodoro con la tapa bajada deseando que esto pueda terminar de una vez por todas.

Cerré los ojos orando a Dios para que tuviera misericordia de mí y me protegiera, miré al techo como si fuera el cielo, donde estaría mi padre nuestro señor.

Celeste— por favor – pedí dejar escapar por fin algunas lágrimas de mis ojos, solo él podía oírme – encuentra a alguien que me proteja por favor, no puedo hacerlo sola – supliqué cerrando los ojos y pidiendo con más fuerza. Me levanté yendo al fregadero y agachándose sintiendo que el frío aliviaba un poco el dolor, gemí de satisfacción sobre el fregadero pero no podía quedarme mucho tiempo aquí, me levanté poniéndome la ropa, pero tan pronto como Me fui, encontré a Brendon que estaba a mi lado, probablemente iba a sacarme del baño, pero antes de que pudiera decirme algo, terminó desmayándose....

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